Solo el testimonio del exdirector de tecnología de la Cámara de Representantes, Víctor Burgos, vinculan al acusado Glenn Rivera Pizarro en el esquema de fraude orquestado por Anaudi Hernández Perez en el cuerpo legislativo.

Para efectos del caso que se discute en sala, la intervención de Burgos pretende probar la comisión de un delito por parte del exayudante especial de la Cámara, acusado de conspiración para cometer fraude electrónico y mal uso de fondos públicos en la concesión de contratos a 3 Comm Global, empresa de Anaudi y sus socios, para realizar labores para los cuales no están cualificados.

‘Glenn Rivera me dijo que yo no estaba acostumbrado a ese ambiente de trabajo y que yo tenía que encontrar la manera de ayudar a los amigos’, declaró Burgos en sala. Luego entendería que ‘los amigos del Presidente’ eran todos aquellos que hubiesen colaborado con la campaña política de Perelló rumbo a la Cámara, añadió.

Sin embargo, todavía no se han presentado documentos que evidencien la presión que ejercía Glenn Rivera para que se firmara el contrato de 3Comm. La firma de Glenn Rivera solo aparece en cartas oficiales y brilla por su ausencia en los contratos firmados con la empresa de Anaudi.

Incluso, a pesar de que el testigo dijo sentirse amenazado en incontables ocasiones por sus superiores con que perdería el empleo si no firmaba el contrato a 3 Comm, el organigrama que detalla la jerarquía de puestos en la Cámara de Representantes presentado en sala por el abogado de Glenn Rivera, el licenciado Juan Masini, mostró que su representado carecía de poder alguno para despedir al testigo.

El organigrama mostraba que quien supervisaba directamente a Burgos era el administrador de la Cámara, Xavier González, quien se declaró culpable de participar en el esquema, y el entonces presidente Jaime Perelló. El ayudante especial del administrador – puesto de Glenn Rivera – no aparece como supervisor de Burgos, pese a que este afirmó que en la práctica, otros directores de área podrían corroborar que él se reportaba también a Glenn.

Otro dato relevante que finalmente aclaró el fiscal Henwood fue que, en efecto, la firma de Jaime Perelló no es la que aparece en el contrato que se firmó con 3 Comm. Por el contrario, es la firma de Xavier González la que finalmente le da el visto bueno de modo oficial a 3 Comm, según dos documentos que se contrastaron en la sala federal. Esto seguiría apoyando la versión que ofreció Perelló al Gran Jurado Federal, de que nunca había firmado ningún contrato a la empresa de Anaudi Hernández.

Durante la tarde del martes, Burgos declaró que había sido presionado por sus supervisores para firmarle contratos a 3 Comm Global, empresa que pertenecía a Anaudi, a pesar de que esta incumplía con los requisitos necesarios para encargarse de la instalación del cuadro telefónico de la Cámara.

Según el testimonio del exfuncionario público, se sintió amenazado con la posibilidad de perder su trabajo si se negaba a conceder el contrato a ‘los amigos del presidente’ de la Cámara, Jaime Perelló, a quienes indentificó como Anaudi Hernández y sus socios Ramses Maldonado, Héctor Vargas y José Rodríguez.

Sin embargo, el contrato como empleado de confianza de Burgos le otorgaba términos fijos de seis meses con opción a repetir. Esto demostró en sala que al testigo le renovaron el contrato en julio a pesar de su resistencia de firmar el contrato a 3 Comm desde que en marzo le hicieran el acercamiento, que sería sucedido por unas ocho versiones de la propuesta inicial.

Burgos se declaró culpable de tener conocimiento de la comisión de un delito y no notificarlo a las autoridades federales, a pesar de que contra él pesaban los mismos cargos que contra Glenn Rivera. El abogado Masini hizo hincapié al inicio de su contrainterrogatorio que esta admisión de culpabilidad y el acuerdo de cooperación con Fiscalía reducen considerablemente su sentencia, al punto que podría salir solo con probatoria.

En un lento y puntilloso contrainterrogatorio, Masini repasó el resumé de Burgos, del que afloró que este no poseía un grado formal en ingeniería eléctrica de la Universidad Politécnica como había dado a entender en el directo del fiscal Timothy Henwood. Tampoco aparece en el resumé la preparación que tenía Burgos, a pesar de que este aclaró que había diseñado e instalado el cuadro telefónico de la Oficina de la Procuraduría de las Personas con Edad Avanzada.

En la sala 3 del Tribunal Federal de Hato Rey, presidida por el juez Pedro Delgado, prosigue el juicio contra los cuatro supuestos cómplices del empresario Anaudi Hernández en el esquema de fraude gubernamental y venta de influencias.