El pívot español Marc Gasol llevó a los Grizzlies de Memphis a forzar un séptimo y definitivo encuentro en la serie de primera ronda frente a los diezmados Clippers de Los Ángeles (88-90), que se decidirá en Tennessee este próximo domingo.

Gasol registró 23 puntos y nueve rebotes para Memphis, que llegó a estar 3-1 por debajo en la eliminatoria. Zach Randolph agregó 18 tantos y 16 rebotes. Por su parte Chris Paul, con molestias en la cadera, firmó 11 puntos y siete asistencias, mientras que Blake Griffin, con un esguince de rodilla izquierda, aportó 17 puntos y seis asistencias.

Los californianos buscan superar la primera ronda en las eliminatorias por el título desde 2006. La vez anterior tuvo lugar en 1976, cuando el equipo tenía su sede en Buffalo.

San Antonio Spurs espera en las semifinales del Oeste al ganador de este enfrentamiento.

Un arranque muy errático por parte de ambas franquicias se fue inclinando del lado de Memphis gracias a la velocidad de Gay y el acierto de Conley (14-23), si bien los angelinos fueron a más con el paso de los minutos mientras los espectadores, a quienes la hora del partido (hora y media antes de lo habitual) les jugó una mala pasada, comenzaban a llenar el Staples Center.

Un gran mate y personal a cargo de Kenyon Martin trató de reactivar el ambiente y meter a los locales de nuevo en el partido, dominado por los Grizzlies en base a sus contraataques y mayor acierto en el tiro, pero los de Vinny del Negro resistieron con sus secundarios en pista, a la espera de recuperar una mejor versión de sus estrellas.

La defensa de los Clippers creció de forma exponencial (26-30) y los locales supieron mantenerse al acecho a pesar del sólido trabajo de Gasol en la zona. La primera canasta de Paul llegó a tres minutos para el descanso, seguida justo después por un triple que dejó a los suyos a un solo punto (34-35).

Los angelinos habían recuperado la confianza. Jugaban mermados físicamente, pero espoleados por su afición y por la entrega de reservas como Reggie Evans y Eric Bledsoe.

A pesar de ello, el entendimiento entre Gasol y Randolph -excelsos ambos- dejaba claro por dónde debían ir los tiros en el ataque de los de Lionel Hollins, lo que fue contrarrestado por el resurgir físico de Griffin y las espectaculares acciones de DeAndre Jordan.

Una suspensión lateral de Paul igualó el choque (60-60) y dio paso a un imparable intercambio de golpes firmados por Caron Butler y Marresse Speights que dejó la situación en un puño a falta de un cuarto (66-66).

El peso de la historia se palpaba en el ambiente. Los nervios y las indecisiones habían hecho acto de presencia, pero se disiparon tan rápido como llegaron. Los Clippers, con un imponente cambio de imagen, se lanzaron a por la victoria (76-68) con intensidad mientras Griffin se trataba la rodilla con hielo.

Bledsoe había recogido el testigo de las heroicidades y enfrente se topaba con un Gay que destapaba el tarro de las esencias al liderar un parcial de 0-10. Memphis controlaba de nuevo el encuentro a falta de seis minutos (76-78).

A partir de ahí cada posesión, cada detalle, valía oro. Entonces un triple de Conley y un rebote ofensivo de Randolph alumbraron el camino (80-85) en un mar de precipitaciones de su rival, incluidas un par de malas decisiones de Paul.