Con la única inversión de tiempo y sus computadoras portátiles, tres jóvenes puertorriqueños han logrado acaparar la atención del mercado internacional y competir con las compañías más experimentadas en la elaboración de software para la gestión de proyectos.

A sólo un año de su lanzamiento, Blimp, una plataforma web dedicada a facilitar la organización de recursos y la división de tareas entre grupos, ha ganado alrededor de 8,000 clientes en más de 100 países. El auge del producto ha incrementado de forma orgánica sin hacer una inversión en publicidad, según relataron sus cofundadores.

‘Nosotros recibimos usuarios de compañías que tienen 600 empleados y millones de dólares en capital de riesgo, y nosotros somos tres tipos con laptops’, destacó el cofundador Giovanni Collazo Cañizares, de 31 años.

Collazo junto con José Padilla Feliciano, de 22 años, y Elving Rodríguez Rodríguez, de 24 años, establecieron su negocio en Puerto Rico en lugar de irse a buscar comunidades de ‘start-ups’ en el exterior, donde ya se han establecido unas redes de apoyo tanto de inversionistas como de incubadoras. ‘La posibilidad de irnos siempre está. Hay demanda infinita de programadores y se puede conseguir trabajo en cualquier parte del mundo en un día’, admitió Collazo.

La tecnología, sin embargo, ha disipado los límites entre lo que significa salir y permanecer en el país, ya que una empresa digital puede conectar con clientes e inversionistas en todas partes del mundo sin necesidad de emigrar. ‘Podemos estar donde sea, pero escogemos estar aquí por todas las razones obvias que tiene todo el mundo’, mencionó Collazo, quien especificó que disfruta vivir en la isla y compartir con su familia. ‘Si puedo hacer lo que me gusta desde un lugar hermoso, pues eso es lo que quiero hacer… Es mi isla y me quedo aquí hasta que pueda’, coincidió Padilla.

La idea del producto surgió de una necesidad que tenían como programadores independientes, luego de que notaron que la aplicación que utilizaban para el manejo de proyectos no tenía una forma estructurada de utilizarse, lo que dificultaba la comunicación entre las partes. ‘Pensamos que este problema lo tenía que tener más gente, así que planteamos una solución’, dijo Collazo. Inmediatamente la retroalimentación de las personas fue positiva, por lo que decidieron seguir adelante con la empresa.

‘La gente que esconde sus ideas está cometiendo un error gigantesco. Lo más importante cuando tú tienes una idea es compartirla con la mayor de gente posible porque tienes que validarla’, aseguró el joven empresario. ‘Las ideas no tienen ningún valor, lo que vale es la ejecución de la idea’, insistió.

Blimp es una de las cinco empresas que se benefician del programa del Fideicomiso de Ciencias, Tecnología e Investigación, el cual les provee el espacio de oficina para hacer sus reuniones, citar a internos y realizar actividades para la comunidad de empresas incipientes en tecnología.