Buena experiencia con medicalización impulsa la legalización del cananbis en Oregón (vídeo y galería)
Portland - 'Sufro convulsiones al despertar y antes de dormir, provocan dolor en todo mi cuerpo, despierto media hora despues del ataque y el dolor es persistente. No me importa si me crees o no, pero si fumo un poco de marihuana ya no siento el dolor, puedo caminar, ir al colmado y bregar con mis hijos', aseguró Carl Johnson, paciente que sufre de una condición conocida como encefalopatía, con quien me tope en 'KALEAFA', un sencillo dispensario de cannabis medicinal ubicado al sureste de Portland, ciudad del estado de Oregón.
Hace poco más de una década, su programa de marihuana medicinal (OMMP por sus siglas en inglés) fue establecido, facilitando que pacientes con condiciones como cáncer, epilepsia, glaucoma y esclerosis múltiple entre otras, reciban tratamiento con la planta Cannabis Sativa. La ley de sustancias controladas fue modificada para este fin por la medida 67 aprobada en 1998, y según estadísticas del mencionado organismo, sobre 60,000 participantes están registrados en el sistema hoy día.
En la Isla, con el Proyecto de la Cámara 1362, se propuso regular el uso de la marihuana para propósitos medicinales, con la proyección de recaudar unos $5 millones para el presupuesto gubernamental, según información contenida en los documentos presupuestarios. Dicha medida de los representantes populares Carlos Vargas Ferrer y José Báez fue rechazada y transformada en una legislación que viabilizaría un proyecto piloto para determinar si esa sustancia tiene o no las propiedades medicinales que algunos estudios científicos ya le han atribuido.
En múltiples ciudades de la nación americana el panorama es otro, con 23 estados de la unión que ya permiten su uso con propósito medicinal, y Colorado y Washington para su uso recreacional, mientras que tres más buscan la legalización mediante elecciones este año. Oregón es pionero en la transición, al ser el primer estado en descriminalizar la posesión de una onza o menos de la planta en el año 1975.
El periódico principal de la región The Oregonian ha expresado oposición o preocupación sobre la legalización, al igual que otros siete alrededor de la nación, como el Wall Street Journal, USA Today y Los Angeles Times, mientras que nueve ‘salieron del closet' a favor de la regulación. Entre estos está el New York Times, The Washington Post y el Seattle Times.
El movimiento ‘New Approach Oregon', cita cifras del Departamento de Hacienda de Oregón que reflejan los recaudos de Colorado en impuestos, licencias y patentes ascendientes a 27.2 millones de dólares en los primeros cuatro meses de legalización. En Oregón, aunque los pacientes no pagan impuestos, el estado recauda dinero con la otorgación de licencias para pacientes, mientras que en marzo se aprobó la creación y operación de los dispensarios, generando más recaudos mediante permisos y patentes.
La renovación de licencias para pacientes recauda aproximadamente $1.5 millones anuales, y a diferencia del mercado legal, el cannabis medicinal no recauda impuestos sobre ventas a pacientes.
Los pacientes pagan $200 por el permiso del OMMP, siendo este el más costoso de la nación. Oregón es el único estado que otorga licencias para residentes de otras jurisdicciones. Una vez cualifica, el paciente puede sembrar un máximo de 24 plantas y poseer hasta libra y media (24 onzas) de cannabis, y si no puede o no desea sembrar por su cuenta, puede nombrar a cualquier ciudadano como su agricultor, siempre y cuando no tenga antecedentes penales a partir del 2006.
Son muchos los que se benefician del programa medicinal, pero el alcance de la transición continúa ensanchando, ya que al igual que Alaska y Washington D.C., Oregón celebrará elecciones el próximo 4 de noviembre para legalizar el uso recreacional de la sustancia mediante estricta regulación, en cumplimiento con las guías que circuló el Departamento de Justicia Federal en agosto del año pasado.
El destino de la legalización en la región pasará a las manos de los ciudadanos, cuando acudan a las urnas y voten sobre la medida I91. La primera elección fue en el 1986, mientras que la segunda se llevó a cabo en el 2012, perdiendo la legalización con el 47 porciento de los votos. Según encuestas del ‘Oregon Broadcasting Poll, la medida este año cuenta con el apoyo de un 54 porciento de los encuestados.
Uno de los activistas del movimiento es Paul Stanford, fundador y presidente de la organización The Hemp and Cannabis Foundation (THCF), entidad compuesta por múltiples clínicas dedicadas a ofrecer servicios de consulta y referido para pacientes, además de apoyarlos en el proceso de obtener los permisos que otorga el estado para el uso, posesión y producción legal de marihuana medicinal.
'Creo que la legalización provocará una aceptación más abrumadora, lo que hará que el cannabis medicinal sea más barato para los pacientes, definitivamente los ayudará. Los opositores ya no podrán decir que los pacientes utilizan como pretexto sus enfermedades para fumar marihuana', señaló Stanford.
A la fecha, la fundación tiene clínicas en diez estados, las cuales atienden la población de 60 ciudades a través de la nación. Desde su comienzo en el 2001, han diligenciado los permisos de sobre 225,000 pacientes, 90,000 de estos en el último año, en su mayoría residentes de Oregón y Washington, y en otras jurisdicciones como Colorado, Michigan, Hawaii, California y Montana entre otras.
'Washington State legalizó desde enero del 2013, y con la apertura de sus tiendas nuestras clínicas no se han afectado en lo absoluto, ya que continúan llegando personas para obtener sus permisos … los enfermos no quieren ser tratados como la población general', añadió Stanford refiriéndose al hecho de que los pacientes no pagan impuestos por el producto.
Según Stanford, muchos de los pacientes que atienden logran dejar lo que el cataloga como 'narcóticos debilitantes', utilizando la marihuana como substituto de medicinas que tienen múltiples efectos secundarios contraproducentes para la salud y para la calidad de vida en general. El sesenta porciento de sus pacientes recurre al cannabis medicinal para tratar cuadros de dolor crónico.
'Resulta que combate el cáncer, estudios reflejan que fumadores de marihuana son menos propensos a contraer cáncer del pulmón que personas que nunca fumaron nada en su vida, promueve balance en los diferentes sistemas del cuerpo como el cardiovascular y el endocrino. El cannabis promueve el bienestar', concluyó el también presidente de la organización política ‘Campaña para la restauración y regulación del hemp' la cual promueve resucitar la industria de lo que en Puerto Rico se conoció como ‘cáñamo', variedad de la planta utilizada para la manufactura de múltiples productos textiles, alimento y hasta combustible.
Una compañía americana llamada Kannaway, dedicada a la manufactura y venta de productos derivados del cáñamo o ‘hemp', ya puso sus miras en Puerto Rico, al invertir dos millones de dólares para abrir una franquicia en la Isla, y celebrarán un evento el próximo 13 de septiembre en un hotel de la capital, para convocar talento local que mercadee su mercancía. Según Troy Nihart, co-fundador de la entidad, la empresa fue creada hace seis meses como producto de la 'fiebre verde' que persigue la legalización en el país, la cual según proyecta el empresario, se convertirá en una industria de $10 mil millones al año para el 2018.
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