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El mortífero rescate en Nuseirat, un punto de inflexión en las negociaciones de tregua

En el ataque murieron 64 niños, 57 mujeres y 37 ancianos, denunció ayer la Oficina de Medios del Gobierno gazatí, controlado por Hamás.

Palestinos heridos en el hospital de Al Awda durante una operación militar israelí en el campo de refugiados de Al Nusairat, en el centro de la Franja de Gaza.
Foto: EFE

Jerusalén.- El rescate de Noa Argamani, Almog Meir Jan, Andrey Kozlov y Shlomi Ziv otorgó un balón de oxígeno al Gobierno de Netanyahu, al validar en cierto grado la premisa de que la presión militar puede devolver a algunos secuestrados, pero al mismo tiempo menguó la posibilidad de una tregua con Hamás.

Más de 270 palestinos murieron y cerca de 680 resultaron heridos en el rescate ayer de cuatro rehenes en el campo de refugiados de Nuseirat, centro de Gaza, confirmó este domingo el Ministerio de Sanidad gazatí, en la que ha sido una de las operaciones más importantes del Ejército desde el inicio de la guerra a la par que una de las más violentas.

En el ataque murieron 64 niños, 57 mujeres y 37 ancianos, denunció esta tarde la Oficina de Medios del Gobierno gazatí, controlado por Hamás, mientras que 89 casas habitadas y edificios residenciales fueron bombardeados por Israel.

"Seguiremos haciendo juntos todo lo posible para recuperar a todos nuestros secuestrados y para lograr una victoria sobre nuestro enemigo", sentenció el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, en unas declaraciones bélicas pronunciadas al inicio del Consejo de Ministros.

El ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir -cuyo partido es clave para que el Ejecutivo de coalición siga en pie- reiteró ayer en la red social X que "solo mediante una gran y continua presión militar" Israel podrá devolver al resto de secuestrados a sus hogares.

Pero según el brazo armado de Hamás, al menos otros tres rehenes perecieron ayer durante la ofensiva militar lanzada por Israel para liberar a cuatro de sus cautivos.

La ofensiva israelí no solo puso de relieve brechas de seguridad de Hamás, sino que según Avi Melamed, analista de seguridad israelí, menguará "la posición de negociación de Hamás" para lograr un acuerdo de tregua e intercambio de rehenes.

A pesar de ello, la organización islamista todavía cuenta con 120 cautivos en la Franja -116 secuestrados el 7 de octubre- por lo que según el ex jefe del Departamento de Desaparecidos en Acción de la Inteligencia israelí, Avi Kalo, este rescate "no mejora significativamente la situación estratégica de la guerra".

"Hamás va a buscar lecciones de los agujeros de seguridad que ha revelado esta operación", dijo Kalo en un encuentro digital con la prensa, en el que insinuó que mientras tengan rehenes, mantendrán su capacidad de demandar a Israel un alto el fuego definitivo.

Gabinete de emergencia en jaque

Este domingo está programada la comparecencia del ministro del Gabinete de Guerra Benny Gantz, que inicialmente debía haber sido ayer, y en la que se espera que comunique su dimisión del gabinete de emergencia creado a partir del 7 de octubre.

Hace tres semanas, Gantz advirtió a Netanyahu que si el Gobierno no alcanzaba seis "objetivos estratégicos" relacionados con el quién y cómo se desarrollará la posguerra en la Franja de Gaza, presentaría su dimisión el 8 de junio, si bien su apoyo es simbólico y el Gobierno no caería.

El político comparecerá tras reunirse a las 17.30 hora local (14.30 GMT), con el conjunto del gabinete de Guerra, en el que se encuentran también el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y Netanyahu.

El propio Netanyahu urgió anoche públicamente a Gantz que diera un paso atrás: "pido a Benny Gantz que no abandone el gobierno de Emergencia. No renuncies a la unidad", escribió en su cuenta de X.

Su salida supondría un duro golpe para Netanyahu, que se sumaría a las presiones de los familiares de los rehenes que le demandan desde hace meses un fin a la guerra a cambio de la vida de sus seres queridos.

Miles de personas salieron anoche, como cada sábado, a las calles de Tel Aviv a reclamar al primer ministro israelí una tregua, en una manifestación multitudinaria mezclada con las celebraciones en todo el país por el rescate de los cuatro cautivos.