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Despiden a Ruth Bader Ginsburg como a "una estrella del rock"

El féretro con los restos de la jueza del Supremo fallecida el viernes, fue llevado el miércoles a la sede del Tribunal.

Vista de cientos de personas a las afueras del Tribunal Supremo de Estados Unidos que despiden a la jueza Ruth Bader Ginsburg.
Foto: EFE/Shawn Thew

WASHINGTON - Cientos de ciudadanos anónimos de distintas partes de EE.UU. hicieron cola este miércoles para despedirse de la fallecida jueza del Tribunal Supremo del país, Ruth Bader Ginsburg, un ícono en la lucha por la igualdad de género, que fue descrita por el presidente de esta corte como una "estrella del rock", "dura", "luchadora" y, en definitiva, "una ganadora".

El féretro de Ginsburg, que falleció el viernes a los 87 años por complicaciones de un cáncer, llegó a primera hora de la mañana a la sede del Tribunal, situada enfrente del Capitolio de EE.UU., donde le esperaban más de un centenar de secretarios judiciales de la corte, vestidos de negro y con mascarillas del mismo color.

Tras esta recepción, se celebró en el interior del edificio una ceremonia para los familiares y amigos más cercanos, a la que también asistieron otros jueces del Supremo, mientras afuera iba creciendo la multitud de personas que aguardaba para dar el último adiós a Ginsburg.

El ESCENARIO DE LA ESTRELLA DE ROCK: LA SALA JUDICIAL

Visiblemente emocionado, el presidente del Supremo, John Roberts, recordó la pasión de Ginsburg por la ópera y cómo acabó convirtiéndose en toda una estrella que ha movido multitudes, incluso a título póstumo.

"Se decía que Ruth quería ser una virtuosa de la ópera pero en su lugar se convirtió en una estrella de rock. Encontró su escenario justo a mi derecha, en nuestra sala judicial", rememoró.

En ese sentido, Roberts explicó cómo la jueza ha llegado a ser tal ídolo de jóvenes y mayores: "logró triunfos famosos que contribuyeron a acercar nuestra nación a una justicia igualitaria bajo la ley, hasta el punto de que las mujeres son ahora la mayoría en las escuelas de derecho, no simplemente un puñado".

El magistrado se refería así a los comienzos de Ginsburg, que solía rememorar cómo, cuando empezó, eran solo nueve mujeres en su facultad.

Una de sus herederas es Bailey Brewer, de 21 años, que se trasladó a Washington DC desde Ohio junto a su padre Ed, de 52 años, para rendir homenaje a la fallecida.

"Realmente ha sido una gran inspiración para mí, de hecho, estoy estudiando para ser abogada, por lo que ha inspirado toda mi carrera y mi camino en la vida", dijo Brewer a Efe, tras hacer cola durante dos horas para aproximarse al féretro en la capilla ardiente instalada fuera de la sede del Tribunal, en lo alto de sus emblemáticas escaleras.

UNA INSPIRACIÓN PARA JÓVENES Y MAYORES

"La manera en la que luchó por los derechos de las mujeres toda su vida es realmente inspiradora, y es lo que me gustaría hacer cuando me gradúe", agregó la joven.

El féretro se mostrará al público entre el miércoles y el jueves en el Tribunal Supremo, donde se espera que acuda mañana el presidente de EE.UU., Donald Trump, según medios de comunicación.

El viernes se le rendirá tributo en el Capitolio, convirtiéndose en la primera mujer funcionaria en recibir este honor.

En 2005, los restos de la activista de derechos civiles Rosa Parks también yacieron en el Capitolio, pero al no ostentar ningún cargo gubernamental, se le concedió ese honor como ciudadana, no como funcionaria.

No hay precedentes en el pasado reciente de que se haya rendido un homenaje por tantos días a un juez del Supremo fallecido, lo que da idea de la dimensión de la figura de Ginsburg, la segunda mujer en la historia en llegar a magistrada del Supremo tras Sandra Day O'Connor.

"HE VENIDO AQUÍ POR MIS NIETOS"

Este miércoles pasó por la corte para darle el último adiós el expresidente que la nominó para el Supremo, Bill Clinton (1993-2001), que estuvo acompañado por su esposa, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton (2009-2013).

Para Leslie, una profesora de yoga jubilada de 67 años, que había viajado a la capital desde Baltimore, Ginsburg ha sido una de las mujeres más importantes "en lo que se refiere a lograr avances por las mujeres y otros grupos".

"He venido aquí por mis nietos, para que se me tenga en cuenta. Quiero que la gente sepa que la mayoría de nosotros no acepta lo que se está preparando, la mayoría de nosotros no está de acuerdo con lo que se está preparando que ocurra en el Senado", indicó a Efe.

Leslie se refería a la disputa política actual sobre la vacante dejada por Ginsburg en el Supremo.

Y es que el presidente de EE.UU., Donald Trump, y el líder de los Republicanos en el Senado, Mitch McConnell, quieren cubrir esta vacante lo más rápido posible antes de las elecciones del 3 de noviembre, para poder elegir a una jueza conservadora.

"ES FÁCIL DAR LOS DERECHOS POR GARANTIZADOS"

La decisión es de gran calado, porque los puestos en el Supremo son vitalicios y, con Ginsburg, había una proporción de cuatro magistrados progresistas frente a cinco conservadores.

Por tanto, si Trump logra la confirmación en la Cámara Alta de su nominada -ya ha dicho que hará el anuncio el próximo sábado- la balanza se inclinará aún más hacia la derecha, lo que podría tener repercusiones en asuntos como el aborto, la inmigración y la cobertura sanitaria.

A Heather, una agente de ventas de 44 años, que se trasladó a Washington DC desde Charlotte (Carolina del Norte) junto a su hija Emily, de 15 años, y una amiga, se le quebraba la voz de la emoción cuando hablaba de la pérdida de Ginsburg y la situación actual.

"Es muy fácil dar por garantizados los derechos que tenemos ahora, todo parece tan natural, pero sabe, hace años nosotras ni siquiera podíamos tener nuestra tarjeta de crédito", reflexionó en declaraciones a Efe, ataviada con unas gafas de sol.

"Por eso creo que es importante que ella (su hija) haya venido conmigo -detalló-. Creo que ella lo capta, pero quiero que entienda que hay gente que ha fallecido por estas cosas y todavía estamos luchando por ellas, porque todavía hay mucha discriminación".