Con arte, cultura y justicia racista, ¿Puerto Rico, respira?
A raíz de la muerte de George Floyd en los Estados Unidos, una discusión entre la antropóloga Bárbara Abadía Rexach, el actor Modesto Lacén y la escritora Yolanda Arroyo Pizarro cuestionó cómo el racismo y la desigualdad se manifiestan en Puerto Rico.
La respuesta a si “¿Puerto Rico, respira?” —una pregunta fundamentada en las últimas palabras que pudieron decir Eric Garner en el 2014 y George Floyd en el 2020 con sus últimos respiros de vida mientras eran asesinados por policías solo por ser negros—, es una que se continúa hilvanando.
La pregunta es otra forma de cuestionarse si existe el racismo en la Isla, tema que se ha intentado suprimir bajo el pretexto de que todos somos afrodescendientes, aunque hay instancias consignadas por personas negras y no negras de desigualdad en áreas como el arte, la educación y la justicia.
“Es posible que sí, que Puerto Rico respire, pero no todas las personas en Puerto Rico respiran de la misma manera. Las personas visiblemente negras no respiramos igual que las personas no negras en Puerto Rico. Cuando se nos acusa de polarizar a la sociedad sobre este tema, diciendo ‘ahí viene este con el tema’, es otra forma de ponernos una rodilla en el cuello y no nos dejan respirar”, planteó la antropóloga Bárbara Abadía Rexach.
La discusión sobre las formas en que se manifiesta el racismo en la Isla data desde mucho antes del pasado 25 de mayo del año como señaló Abadía Rexach. Sin embargo, ha resurgido en la atención pública desde ese día a raíz del asesinato de Floyd en Minnesota. Un policía blanco, Derek Chauvin, puso todo el peso en su rodilla mientras la presionaba en el cuello de Floyd por ocho minutos y 46 segundos, hasta que lo asfixió.
El suceso, grabado en vídeo, desató protestas y reflexiones aún en curso en Estados Unidos, Puerto Rico y el mundo, con el propósito de exigir un trato digno a las vidas negras, que enfrentan desigualdad de forma sistémica, así como una revaluación de lo que representan los llamados oficiales de ley y orden.
Abadía Rexach cuestionó cómo hay personas que argumentan que el racismo no existe en la Isla, pero el tema se aborda desde la burla, a la vez que las personas negras son víctimas de la hipersexualización y el ‘tokenismo’ y las redes sociales están llenas de recuentos de instancias de desigualdad a nivel local mediante el hashtag #AquíNoExisteRacismoPero.
Del mismo modo, mencionó los ejemplos de Adolfina Villanueva, mujer negra que fue asesinada en el barrio Tocones en Loíza por una orden de desahucio, y la niña Alma Yariela Cruz Cruz, a quien el Departamento de Justicia —liderado por la gobernadora Wanda Vázquez Garced— decidió radicarle cinco cargos criminales por defenderse del acoso escolar que sufría por ser negra.
“Puerto Rico no respira completamente, sus pulmones no se llenan a la capacidad que tienen que llenarse. Aunque no ocurre la matanza física como el caso de George Floyd y otros hombres y mujeres negras en Estados Unidos, sí poco a poco asesinan, quebrantan nuestro espíritu, nuestra autoestima y nuestra autenticidad con muchas cosas que la doctora ha hablado, microagresiones diarias, la invisibilización de nuestra historia, los epítetos racistas”, analizó el actor Modesto Lacén.
El actor, reconocido a nivel internacional, apuntó hacia la ignorancia como uno de los elementos que ayuda a perpetuar el racismo, pues en la televisión puertorriqueña “hasta los otros días” algunos comediantes y productores, como Lucy Boscana, Ramón “Diplo” Rivero y Raymond Arrieta, se han pintado la cara de negro, conocido en inglés como “blackface”, y han adoptado un acento particular para mofarse de las personas negras.
“Es ignorancia. El ‘blackface’ humilla y ridiculiza a las personas negras. […] Si prendes la televisión, no hay personas negras en la televisión, fuera de algunos periodistas”, subrayó Lacén, quien además indicó que los actores negros han sido incluidos en el reparto del cine local, pero no como protagonistas.
En su experiencia en los Estados Unidos, Lacén recordó que en algunas audiciones le han comentado que es “muy negro para ser latino” o que pronuncia las palabras en inglés con el acento de una persona que lo habla como segundo idioma, que es su realidad porque su primer idioma es el español.
El actor, nacido en Loíza, cree que su rol como Pedro Knight en la serie televisiva “Celia” junto a Jeimy Osorio, oriunda de Ponce y quien interpretó a la cantante Celia Cruz, es una —tal vez la única— de las muy pocas series de habla español protagonizada por dos personas negras. Esta pieza audiovisual estrenó hace solo cinco años, en el 2015.
Lacén subrayó la importancia de que no solo las industrias lleven a cabo un proceso de introspección sobre sus prácticas racistas o antirracistas, pues las instituciones públicas, sus servidores y los ciudadanos también tienen un papel importante en esta lucha.
El actor mencionó el escudo del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) como ejemplo de una representación de quienes ya no somos. El escudo presenta “las tres razas”, español, taíno y negro esclavo.
En cuanto a los creadores de política pública, cuestionó el silencio de la senadora por el distrito de Carolina, Nayda Venegas Brown, y la comisionada residente en Washington, Jenniffer González Colón, quienes no han emitido expresión alguna sobre el asesinato de Floyd, las protestas subsiguientes o el racismo, pese a que una supone representar a la comunidad negra y otra ha dejado claro su apoyo al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, cuyos comentarios y acciones han dejado claro que es racista.
“Hay que pensar qué líderes están trabajando a favor o en contra del racismo. ¿Pensamos que el Presidente de los Estados Unidos ha dado consuelo o aliento o es alguien quien divide? Dos, creo que hay que darle ejemplos vivos a niños, como Ruth Fernández, Julio Rivera Saniel, Ernesto Ramos Antonini. Tres, hay organizaciones antirracistas, hay que aportar a ellas, ir a las actividades. Cuatro, no seguir a estos artistas, influencers o personas que promueven el racismo”, recomendó Lacén.
El artista urbano Cosculluela aseguró durante el fin de semana que las personas negras de Puerto Rico en realidad no eran negras, porque “no vinieron de África”. “Una persona así lo dejo de seguir. Lo ignoro, le afecta el bolsillo y ahí sí reaccionan”, declaró Lacén.
Uno de los problemas persistentes con la ignorancia mencionada por Lacén es la falta de educación, no solo en la manera en que se enseñan los sucesos históricos que definen a la sociedad, sino en la forma en que se excluyen otros, particularmente los que tienen que ver con personas negras, de acuerdo a la escritora y profesora Yolanda Arroyo Pizarro.
“Se enseña que en 1955 Rosa Parks dijo basta, pero no se enseña que diez años antes Ruth Fernández también dijo basta”, relató Arroyo Pizarro. En ese tiempo, contó, no se le permitía a ninguna persona negra entrar a un hotel en Puerto Rico por la puerta principal. Fernández fue invitada a cantar, pero le advirtieron que debía entrar por la cocina, cosa que la cantante retó, de acuerdo a la profesora, y entró por la puerta principal.
La escritora y profesora subrayó la necesidad de “ennegrecer” el prontuario de los salones de clase para contar con literatura negra, desde portada hasta contenido, pues el currículo del Departamento de Educación solo ha ayudado a perpetuar los mismos estigmas que se intentan combatir. Resaltó, además, que solo EDP University cuenta con un programa antirracista, algo que la Universidad de Puerto Rico no tiene, pero pudiera implementar.
Mira también: Publicación de Arroyo Pizarro "Afrofeministamente".
La profesora añadió que también se debe educar sobre el lenguaje y las connotaciones negativas que tiene la palabra negro.
“Les ponemos Blanca, Rosa, Violeta, son nombres para bautizar, en inglés le ponen Pink. Mi hija se llama Autora Soleil, en portugués Luz de Sol. Les ponemos nombres a las niñas de cosas, toda la vida hemos hecho traducciones de sustantivos para nombrar significativamente a nuestros niños, pero nunca se nos va a permitir ponerles negro o negra. Se les dice negrito de cariño, pero eso es otra cosa. Sin querer hemos sido co-conspiradores, pero ya no más”, exclamó Arroyo Pizarro.
La educadora insistió en que ya no es suficiente con que las personas que se hacen llamar aliados de la lucha antirracista apalabren su apoyo, sino que actúen sobre ello.
La pregunta “¿Puerto Rico, respira?” sirvió como pie forzado para que Abadía Rexach, Lacén y Arroyo Pizarro reflexionaran sobre el racismo y la discriminación en la Isla, discutido en un conversatorio virtual organizado por la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Carolina y moderado por Pablo Luis Rivera.
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