Cientos de manifestantes marcharon la semana pasada a traves del campus de Harvard en protesta buscando que la institución se desligara de un grupo inversionista, dueño de parte de la deuda de Puerto Rico, llamado Baupost Group.

Aunque muchos agradecieron la muestra de solidaridad con la isla, en un editorial del Harvard Crimson, criticaron el acto, insinuando que la contestación para afrontar la situación de la deuda no es desligarse de los bonistas involucrados.

Según lee ese comunicado, el acto de desconectarse de Baupost por promover el odio es cuestionable, pues previo al huracán fueron estos prestamos los que habilitaron el funcionamiento del Gobierno.

A la misma vez, los editores argumentan que los denominados 'buitres' no han comprado bonos de la isla desde el paso del huracán.

'Si Harvard convenciera a Baupost a vender su parte de la deuda de Puerto Rico, otros inversionistas, convencidos de que la decisión fue una política y no económica, la comprarían… Cualquier venta potencial no tendría ningún efecto de la cantidad de dinero que debe Puerto Rico a sus acreedores', exponen en el artículo.

En esa linea, tambien explicaron que la opción prevista por el presidente Donald Trump, de perdonarles la deuda a los puertorriqueños, sería 'incierta, pues los economistas se mantienen divididos en esa situación. Algunos argumentan que un alivio de corto plazo es necesario, mientras otros están preocupados con los problemas a largo plazo de la isla y el hecho de que muchos de los dueños de la deuda son fondos de pensiones americanas y puertorriqueños individuales'.

'Harvard debe considerar seguir los pasos de escuelas como la Universidad de Chicago, la Universidad de Chicago y la Universidad de California, quienes han invitado estudiantes de las universidades de Puerto Rico para solicitar matrícula por un periodo limitado de tiempo. Tambien debería considerar intensificar esfuerzos para alentar a los estudiantes puertorriqueños a aplicar a la Universidad y a investigaciones directas en una manera que asistiría a la recuperación de la isla. Más importante aún, la Universidad debe asegurarse que sus propios estudiantes puertorriqueños sean atendidos', lee el editorial.