La pobreza en Puerto Rico: presente y latente
La Oficina para el Desarrollo Socioeconómico y Comunitario de Puerto Rico planteó estrategias para erradicarla en vista pública en el Senado.
La pobreza en Puerto Rico continúa latente, a pesar de distintos esfuerzos para combatirla y, por tal razón, el Senado investiga mediante la Resolución 295, las funciones de la Oficina para el Desarrollo Socioeconómico y Comunitario de Puerto Rico (ODSEC).
La presidenta de ODSEC, la licenciada Thais Reyes Serrano, sentó las bases definiendo los distintos tipos de pobreza: la extrema y la relativa. La pobreza extrema o absoluta se define como aquella condición en la que la privación de los bienes materiales pone en peligro la sobrevivencia del individuo, ya que suele morir por la carencia absoluta de alimentos, albergue, medicamentos o vestimenta.
Mientras que la pobreza relativa se refiere a una condición individual, familiar y nacional basada en la privación de bienes materiales, el bajo ingreso y el escaso acceso al bienestar social en general.
Ante esto, la licenciada recomendó que dentro de la R del S 295 se incluyera la definición de pobreza extrema.
"El no contar con definiciones claras en términos de política pública sobre estos términos puede provocar tropiezos como por ejemplo ha sucedido recientemente en algunos acontecimientos de emergencia", puntualizó Reyes Serrano.
Las caras de la pobreza
La pobreza tiene dos grandes caras en Puerto Rico: la mujer y los menores de edad.
Las investigaciones sobre la pobreza realizadas por el Instituto de la Juventud concluyen que la pobreza infantil se ha mantenido en el 57.8% (2018) y que el 38% de los niños viven en extrema pobreza, según la Encuesta de la Comunidad de Puerto Rico.
Mientras que la mujer enfrenta una brecha en la paridad de género que refleja bajos niveles de mujeres en puestos de dirección o liderazgo, el estancamiento de los salarios y la poca participación en la fuerza laboral.
"En Puerto Rico muchas mujeres se enfrentan a situaciones adicionales que las colocan en desventaja para potenciar su desarrollo profesional, económico y autosuficiencia como la dependencia económica, y la estructura y mentalidad corporativa", sostuvo la directora ejecutiva de ODSEC.
Según la licenciada, el impacto del Covid-19 en la pobreza ha sido palpable, en particular a la mujer.
"Esta situación ha creado un impacto adicional a las madres trabajadoras y jefas de familia al exigirle que su doble jornada de trabajo, fuera y luego dentro del hogar, se convierta es un concurrente, al añadir a su agenda la educación formal de sus hijos", informó Reyes Serrano.
Ante esto, ODSEC adelantó que implementará iniciativas para promover la equidad de la mujer y para brindarle herramientas para su desarrollo, como lo son la creación de programas interagenciales e identificar los fondos para la continuidad de los mismos.
Educar: un paso afirmativo hacia la erradicación de la pobreza
La directora ejecutiva de ODSEC afirmó que ya hay planes colaborativos con el Departamento de Educación para levantar estrategias dirigidas a los menores de edad, como evitar la deserción escolar.
"En ODSEC la clave ha sido tener una comunicación con todas las agencias porque atender la pobreza y las necesidades de la gente es un trabajo en equipo", expresó la licenciada.
"No será hasta que todos los hijos e hijas de la pobreza de hoy dejen de ser los padres y madres de la pobreza del mañana y sobre todo que tengan igual acceso a la educación, al trabajo, a una vivienda digna, a los servicios y al capital, solo entonces podremos decir sin temor a equivocarnos que se ha logrado el desarrollo pleno de Puerto Rico", culminó la directora ejecutiva de ODSEC en la Vista Pública de la Comisión Especial para la Erradicación de la Pobreza, presidida por la senadora Elizabeth Rosa Vélez.
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