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Tribunales

No causa en vista en alzada contra policías acusados por muerte de joven de 16 años

"Esto es un suceso trágico y lamentable. Pero lo que yo estoy aquí es para determinar si se infringe el código penal", expresó el juez.

Juez Rafael Taboas Dávila durante la vista de hoy.
Foto: Juan R. Costa

El juez Rafael Taboas Dávila, del Tribunal de Caguas, no encontró causa para arresto esta noche en la vista de Regla 6 en alzada con contra los seis policías acusados por la muerte del joven de 16 años, Javier Antonio Cordero Nevárez.

"Esto es un suceso trágico y lamentable. Pero lo que yo estoy aquí es para determinar si se infringe el código penal. Tampoco estoy hablando en otro ámbito. Con respecto a la Regla 6 en alzada, entendemos que por la totalidad de las circunstancias, no se derrota la presunción de corrección que tuvo la determinación inicial de Regla 6 por lo cual este tribunal sostiene la misma y determina que KMX, K1M1, 2024-0001,0002, 0003,0004,0005,0006 con respecto a Giovanny Santiago Avilés, Ruiz Cisneros, Félix Ahmed De Jesús Abreu, Luis Enrique Vélez Mari, Kelvin Omar Meléndez Monsegur y Paola M. Farías Santiago, no causa en todos los cargos", expresó Taboas Dávila al finalizar la vista que tuvo una duración de 5 horas y media.

Previo a su determinación, el juez Taboas Dávila hizo una lectura de las declaraciones juradas de los policías, las cuales según el abogado de la defensa, Jorge Gordon, fueron pruebas "exculpatorias" a las que nunca tuvieron acceso, y las cuales constituyeron la máxima prueba para el segundo "no causa" de sus representados.

"Estamos satisfechos porque hemos cumplido con nuestro deber de representación legal. Pero ustedes pudieron escuchar las lecturas que hizo el juez sobre las pruebas a las que nosotros no pudimos tener acceso porque son declaraciones juradas y conforme a la jurisprudencia pues la defensa en esta etapa no tiene derecho a examinar las declaraciones juradas tomadas por el ministerio público", dijo Gordon.

"Pero el día primero de este caso, que fue el 16 de abril de 2024, nosotros mediante moción le pedimos al tribunal que nos entregara la prueba exculpatoria a base de la jurisprudencia estatal y hoy la expresión de la directora de la Oficina de la División de Integridad Pública le dijo, y está grabado "que no había un ápice de prueba exculpatoria". Luego indicó que era inculpatorio. Pero hoy la lectura de trazos que hace el señor juez es ciertamente una prueba exculpatoria que nunca nos entregaron", agregó.

Por su parte, la fiscal Sonia Martínez Ortiz, subdirectora de la División de Integridad Pública del Departamento de Justicia (DJ), sostuvo que la alzada presentada tenía méritos y que no existía una prueba exculpatoria según dijo Gordon.

"El Departamento de Justicia hizo su trabajo. No era un caso fácil. Aún así hicimos el trabajo que nos correspondía hacer. La investigación se hizo conforme a las pruebas y decidimos presentar los cargos porque entendíamos y aún entendemos que hubo un excesivo uso de la fuerza. El que el joven no se haya detenido en el momento en que los agentes trataran de darle un alto, no quiere decir que se merecía la muerte por eso", dijo Martínez Ortiz.

Sobre el planteamiento de Gordon a su salida, Martínez Ortiz indicó que "si hubiera entendido que había una prueba exculpatoria no estaríamos aquí", indicó la letrada quien dejó en claro de que no habrá una nueva moción de apelación.

"No hay un tercer turno al bate", aseguró.

[Vea] Reacción tras la decisión:

Desarrollo de la vista

Durante la vista que inició en horas de la mañana del miércoles, la agente del Negociado de Investigaciones Especiales, Deicyrelle Barreiro, relató en la continuación de la vista, que su investigación la llevó a concluir que los policías acusados realizaron los disparos sin estar en inminente peligro de muerte.

Cordero Nevárez llegó en la noche del 1 de agosto del 2022 a una calle sin salida en la urbanización La Riviera, de Puerto Nuevo, manejando una guagua Hyundai Tucson robada. Era seguido en aquel momento por tres patrullas y el abogado Jorge Gordon, representante legal de la única agente acusada de asesinato en este caso, Roseanne Ruiz Cisneros, llevó a la agente a reconocer que Cordero Nevárez chocó contra un muro, un buzón y un vehículo, dando a entender que se trataba de una amenaza para embestir a los policías.

Además, tenía marihuana y alcohol en el sistema, según corroboró más temprano hoy el patólogo Carlos Chávez.

Sin embargo, en el redirecto, la fiscal Melitza Osorio Santiago llevó a la agente a indicar que ni un solo policía sufrió daños y tampoco sufrieron daños las patrullas.

Acto seguido, Barreiro dijo que la patrulla más cerca a la guagua Tucson estaba a 45 pies de distancia cuando Cordero Nevárez comenzó a retroceder tras verse acorralado y que la guagua comenzó a recibir disparos cuando pasaba por el lado de dos de las patrullas, incluyendo la patrulla en que estaba Ruiz Cisneros.

Además, indicó que uno de los agentes imputado de tentativa de asesinato, Luis Vélez Maris, le disparo de frente a la guagua mientras esta retrocedía y él caminaba hacia el vehículo.

Cordero Nevárez no estaba armado. Barreiro sí reconoció, a preguntas de Gordon, que un vehículo puede ser utilizado como un instrumento para causar grave daño corporal o la muerte.

“El vehículo le está pasando por el lado”, dijo Barreiro al referirse al punto donde se encontraba la Tucson en relación a la patrulla donde estaba Ruiz Cisneros al momento de disparar. Luego señaló que la Tucson continuó recibiendo disparos tras detenerse.

“Continúa recibiendo disparos por parte de los agentes estando el vehículo ya detenido”, afirmó Barreiro.

La agente también indicó que los agentes ocupantes de dos de las tres patrullas nunca prendieron sus biombos ni la sirena y describió las acciones de estos esa noche, no como una persecución, sino un seguimiento. Los ocupantes de la tercera patrulla prendieron por unos instantes la sirena, pero ya en la calle en que finalizó el seguimiento del vehículo.

Tampoco le dieron comandos para que se detuviera, dijo Barreiro.

Durante su testimonio, la gente identificó la procedencia de los casquillos ocupados en la escena con relación a cada pistola ocupada en el lugar.

En la escena de la muerte a tiros del adolescente de 16 años se ocuparon 61 casquillos de bala. En el cuerpo del joven, relató el patólogo Chávez, se encontraron cuatro proyectiles en su cuerpo y un quinto dentro de la bolsa en que se transportó el cadáver al Instituto de Ciencias Forenses.

Barreiro indicó, a preguntas de Osorio Santiago, que el examen de balística realizado en el Instituto de Ciencias Forenses reflejó que Ruiz Cisneros, entregó para ser ocupados su pistola Sig Sauer y tres cargadores con capacidad de 15 balas. Uno estaba vacío.

El pasado 17 de abril, luego de una kilométrica vista de causa para arresto, la jueza Iraida Rodríguez no encontró causa contra los agentes Giovanny Santiago Avilés, Ruiz Cisneros, Félix Ahmed De Jesús Abreu, Luis Enrique Vélez Mari, Kelvin Omar Meléndez Monsegur y Paola M. Farías Santiago. Ruiz Cisneros fue la única acusada de asesinato de Cordero Nevárez.

Santiago Avilés, De Jesús Abreu y Vélez Mari han sido acusados de tentativa de asesinato y disparar en un lugar público. El resto, por infracciones a la Ley de Armas y disparar en un lugar público.

Cordero Nevárez manejaba una guagua robada en la madrugada del mismo 1 de agosto marca Hyundai Tucson, pero la pesquisa reflejó que cuando ocurrió esa apropiación ilegal, él estaba con su madre. En medio de una persecución con la Policía en horas de la noche, llegó hasta una calle sin salida en la mencionada urbanización. Hoy al mediodía en en la sala del juez Rafael Dávila Taboas, se presentó un vídeo de una cámara de seguridad en el lugar, pero no se muestra la imagen del tiroteo.

En la escena se ocuparon 61 casquillos nueve milímetros, una patrulla con un orificio de bala y la guagua Tucson, donde se encontraron 26 proyectiles. La mayoría de los orificios de bala en la guagua se encontraron en la puerta del conductor, pero también en el bonete y en cristal.

Más temprano en la jornada, Chávez relató con detalle las heridas de bala sufridas por Cordero Névarez y cómo la mayoría fueron producto de disparos que entraron por los costados o brazos.

Según la investigación de Barreiro, Santiago Avilés entregó tres cargadores y uno estaba vacío. De Jesús Abreu entregó tres cargadores con capacidad para 17 balas y uno estaba vacío también.

Vélez Mari entregó tres cargadores de 15 balas y a uno solo tenía dos balas.

Meléndez Monseguro entregó tres cargadores de 15 balas y a uno le faltaba una bala. El mismo escenario se repitió con Farías Santiago.

Puede ver la vista aquí: