Una madre puertorriqueña con casi 750 hijas
Damara González tiene un hijo varón y casi 750 hijas.
Lo más lógico es que cuando lo dice así, las personas no le crean, sin embargo, la expresión no está muy lejos de la realidad. En sus 15 años laborando como trabajadora social del Hogar Nuestra Señora de Fátima, en Bayamón, esta es la cantidad de niñas entre los 11 y los 17 años que le ha tocado recibir.
Damara se vive su trabajo. En el hogar recibe a chicas referidas por el Departamento de la Familia, que han sido víctimas de algún tipo de maltrato o negligencia.
'He mantenido buena relación con la mayoría de ellas. También pasa con muchas de las que ya se han ido. Me llaman por Facebook y quieren venir a visitar. Ellas me quieren bastante. Algunas me dicen mami, tía o Damara. Me tratan con respeto, me abrazan y me dan besos. Me buscan cuando están enfermas y para cosas que no necesariamente no me corresponden trabajar, pero que prefieren canalizar por mí', contó.
Tras 24 años a cargo de la crianza del hijo de su esposo, Damara conoce claramente de lo que se trata la maternidad. Y aunque está clara de que hay líneas que no puede cruzar como parte de su profesión, hay espacios para los que no tiene ningún tipo de problema con llenar.
Parte de las funciones de este programa, incluye integrarlas en el grupo y buscarles servicios escolares, por lo que muchas la buscan cuando en la escuela hay alguna actividad en la que los padres puedan participar. De igual forma, como cualquier 'madre' responsable, visita las escuelas cuando alguna menor le notifica que tiene algún problema con un maestro y asiste para intervenir.
'Son buenas muchachas. Algunas hasta me hablan desde sus inquietudes en el área de la sexualidad, decisiones de noviazgo, situaciones que puedan tener con el Departamento de la Familia, relaciones con su familia o del área académica', expuso con orgullo.
Como cualquier mamá que se enternece cuando ve algún menor necesitado, Damara no puede evitar sentirse conmovida con algunos casos, pero trabaja para no involucrarse demasiado emocionalmente.
'Intento, es cuesta arriba, pero lo voy trabajando poco a poco. Si alguna sale con groserías, sé que no es personal y que viene de un escenario en donde veía eso todo el tiempo. Las historias de vida marcan… siempre busco la forma de entenderlas y buscarles alternativas', contó.
'Aquí siempre buscamos darles la milla extra para que se sientan seguras… queremos que sepan que sí hay esperanza, que sí hay alternativas', expresó sobre las 20 jóvenes que habitan el lugar.
'Luchen por sus hijos. Aunque estén en el sistema, hay oportunidad para muchas de ustedes. Hay unos criterios que el Departamento de la Familia va a utilizar, pero pueden empoderarse. Hay muchas chicas que desean estar con sus madres y con sus hermanos. El Departamento de la Familia no es su enemigo, hay maneras de que puedan estar con sus hijos', concluyó, tras detallar que más de 10 jóvenes del hogar han logrado reincorporarse con sus familias.