Urgente hablar sobre el racismo desde la niñez
La muerte del afroamericano George Floyd levantó protestas multitudinarias, pero para combatir el racismo se debe hablar con los menores de forma clara y sin eufemismos sobre sus diversas manifestaciones.
Entre las diversas formas en que se manifiesta el racismo, se encuentra el rechazo a ciertas formas de llevar el cabello cuando lo portan personas negras, negación que en la mayoría de las ocasiones se disfraza de observaciones y comentarios inocentes o reglas que los prohíben.
La oposición a estos estilos, como afros, trenzas, 'dreadlocks', se une a la invisibilización de personas negras en medios de comunicación, libros educativos y otras plataformas, que laceran la autoestima de la niñez y juventud negra, según discutido en el conversatorio virtual “Pelo Bueno: El impacto del racismo en la niñez”.
“Muy pocos en Puerto Rico nos hemos cuestionado el por qué existen en el país reglamentos de cómo nosotros debemos llevar nuestro cabello. A mi me pasó que en el proceso de buscar escuela para mi hijo, con tan solo cuatro años, lo primero que hacían era ver cómo llevaba el cabello. En las escuelas el reglamento decía que ‘se prohíben trenzas, se prohíben 'dreadlocks', cabellos étnicos’. La contestación siempre ha sido que eso no se ve profesional”, explicó Gloriann Sacha Antonetty Lebrón, fundadora y editora de la Revista Étnica y organizadora del Colectivo Ilé.
En Estados Unidos, por ejemplo, solo cuatro de los 50 estados han aprobado leyes que prohíben la discriminación por la forma en que una persona lleva su cabello.
En Puerto Rico no existe una medida de ese tipo y se insiste en que no existe el racismo. Sin embargo, la invisibilización de cuerpos negros ha tomado otras formas.
Antonetty Lebrón estuvo acompañada del profesor y artista Welmo E. Romero Joseph en el encuentro, organizado por la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud de Puerto Rico (Redenij-pr). En él, se abundó sobre la necesidad de hablar con los niños de forma clara y sin eufemismos sobre las diversas manifestaciones del racismo y cómo un mundo desigual influencia sus interacciones con la sexualidad, la educación y otras áreas.
“Nuestras niñas y niños y niñes negres son hipersexualizados. Todos podemos hablar desde que íbamos creciendo. Es una amenaza constante a nuestros cuerpos. Nuestras cuerpas siempre han sido vistas como base de experimentación. Hay que dejarles saber, por más pequeños que sean, que digan que se sienten incómodos, que eso no les gusta, que los están violentando”, declaró Antonetty Lebrón
Para Yolanda Arroyo Pizarro, escritora y profesora, la falta de representación se hizo evidente a través de la literatura. En 12 años de estudios, relató, no pasó por sus manos un libro cuya portada fuera un niño o a una niña negra. No fue hasta su segundo año de estudios doctorales, añadió, que tomó un curso sobre afrodescendencia.
Arroyo Pizarro dejó como asignatura pendiente que los padres se pregunten cuáles de los libros o recursos en el currículo educativo de sus hijos están escritos por personas negras, contienen personas negras y son historias enfocadas en la negritud, porque hasta el momento el currículo solo ha ayudado a perpetuar los mismos estigmas que se ha intentado combatir.
“La historia de la esclavitud no es la negritud. La historia de la negritud fue interrumpida por la esclavitud. Así se debe enseñar”, exclamó Arroyo Pizarro, a modo de recalcar que la negritud no se define por ese suceso, pues las personas negras pueden aspirar a ser lo que deseen.
En los padres, entonces, queda inculcarle a los niños que son capaces de cumplir todas sus aspiraciones, ya sea convertirse en matemáticos, científicos, músicos, atletas, escritores o cualquier otra profesión que les interese, punto con el que coincidió Romero Joseph.
“Nuestros niños y niñas tienen que crecer viéndose representados y con unos modelos que digan ‘yo puedo ser como ellos sin tener que sacrificar mi felicidad o adaptar mi cuerpo a lo que una sociedad racista y colonial como es Puerto Rico quiere’”, declaró el profesor y músico.
Romero Joseph narró cómo al ser nacido y criado en Barrio Obrero, en Santurce, donde le era normal ver personas negras a su alrededor, pero fuera de ese espacio estaban invisibilizados. En su caso, subrayó en cómo el lenguaje en la literatura y la música abona a los estigmas de las personas negras, como decir “negra maldad” en una canción, o decir “pelo malo”.
La conversación surgió a partir de la muerte de George Floyd, cuyo asesinato por un policía quedó grabado y desató una ola de protestas que continúan en los Estados Unidos, en Londres, Australia y otras partes del mundo. Más allá de la indignación que provocó la muerte de Floyd, las manifestaciones se anclan en el hastío colectivo por la violencia sistémica que sufren las personas negras meramente por su color de piel.
En la discusión, los panelistas coincidieron en que el "racismo a la inversa" no existe, pese a que los detractores de las protestas han utilizado ese argumento a modo de diluir la conversación.
“El racismo se trata de que hay quienes están en el poder y quienes están oprimidos. Los negros no hemos estado en el poder, entonces el racismo a la inversa es un mito, una falacia. No vamos a permitir que invaliden nuestros esfuerzos antiracistas diciendo que es racismo a la inversa”, destacó Antonetty Lebrón.
El conversatorio fue moderado por el director ejecutivo de la Redenij-pr, Marcos Santana Andújar, y la presentación de los panelistas quedó a cargo de Leonelys Fuentes.