Jorge Muñiz: un periodista que tocó la campana del cáncer
Su historia está llena de vivencias y emociones profundas, desde su adopción en Colombia, a los 6 meses de nacido.
Por años, Jorge Muñiz Ortiz, vivió con una preocupación que desatendió hasta que no pudo ignorarla.
Este periodista puertorriqueño presentaba sangre en la escreta por períodos de tiempo. Cambiaba la dieta, buscaba en internet y sabía lo que eso podía representar para su salud, pero dejaba el tiempo correr hasta que comenzó a dolerle el área del recto.
Acudió a su amigo de highschool, el doctor Emmanuel Warrington, y se programó su colonoscopía. Ahí descubrieron un tumor de 4 centímetros en el recto. Hubo negación y lloró pero no había mucho tiempo que perder. Notificó a su familia, se comprometió a batallar y comenzaron las quimioterapias y radioterapias. Y las cirugías.
Se le extrajo el recto, le cosieron el ano y se le realizó una colostomía, que es un procedimiento quirúrgico en el que se saca un extremo del intestino grueso a través de una abertura (estoma) hecha en la pared abdominal. Las heces que se movilizan a través del intestino salen por el estoma hasta la bolsa adherida al abdomen.
Fue un proceso difícil que ya el mes que viene cumple un año, un período lleno de emociones, frustraciones pero también de ganas de vivir. Se repetía a diario que el cáncer no podría con él, porque en estos casos, la mente a veces puede más que el cuerpo.
“Su cuerpo está sanando. Sea paciente”, era el mensaje que le daban en el hospital. Terminó sus 28 radioterapias y al otro día su mamá falleció por causa de un derrame cerebral fulminante.
Más allá de eso descubrió un mundo de apoyo sin igual. Esposa, padres, hermano, colegas y gente que ni conoce.
Se siente afortunado por sobrevivir el cáncer, por tocar la campana, pero siente tristeza y hasta culpa por quienes no lo han logrado y han fallecido en el proceso. Su mensaje es uno de prevención porque ya el cáncer colorrectal no es exclusivo de personas que sobrepasan los 45. A él, y a muchos otros, le llegó antes.
Hoy, Jorge se prepara para una carrera 10K en diciembre. Ya ganó una carrera contra el cáncer. El 10k suena más fácil .
Llegó a Puerto Rico a los seis meses de nacido
Jorge es puertorriqueño pero su sangre es colombiana. Nació un 22 de septiembre 1980 en Medellín, Colombia, y tiene un hermano gemelo-fraterno. Su madre falleció al ellos nacer, o al menos fue la historia que le contaron en Medellín.
Nació como Mauricio Ospina. Su hermano como Miguel. Su madre biológica se llamaba María Ospina. Su padre biológico, no sabe quién es.
“La Casita de Nicolás” es el orfanatorio donde estuvo hasta los 6 meses de edad y a donde sus padres puertorriqueños viajaron a buscarlos. Adoptaron a los dos hermanos.
Ya más grande viajó a Medellín con su hermano y visitaron el orfanatorio. Allí le entregaron sus fotos de bebé. Pensaron rebuscar la historia de María Ospina pero no lo hicieron. Ha regresado varias veces y ha pensado que en algún momento de su vida quiere vivir allí. Cada vez que va, siente que nunca se fue.
Los padres que le trajeron a la isla, son los mejores del mundo, y es la única ocasión durante la entrevista con NotiCel que hace pausa de emociones. Ni hablar del cáncer lo sensibilizó así. “No pude haber tenido unos mejores padres”, dijo.
“Vivir, vivir, vivir al máximo”, es el consejo de este hombre que el 29 de septiembre pasado tocó la campana en medio de aplausos. Y de los mejores deseos de salud perpetua.
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