La cuarentena dispara el uso del Botox
Conoce las cirugías estéticas más solicitadas en la Isla en la era del COVID-19.
La era de los ‘selfies’, las reuniones virtuales y las cuarentenas parecen haber empujado a las personas a estar más conscientes de cómo lucen y meditar sobre los cambios físicos que quisieran lograr para mejorar su autoestima, pero a través de procedimientos estéticos.
La Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos publicó recientemente un artículo en el que se pronostica que los procedimientos más solicitados para 2020 son los tratamientos inyectables de Botox (65%) y los rellenos (37%). El pronóstico se lanzó después de que la organización realizara una encuesta entre sus miembros para conocer aquellos procedimientos que estaban siendo más solicitados por los pacientes, en tiempos en que la pandemia de COVID-19 ha cambiado la forma en que los cirujanos plásticos atienden a los pacientes.
Y en Puerto Rico, el panorama parece no haber sido diferente. Varios cirujanos plásticos consultados aseguraron que no han visto una reducción en sus pacientes y que muchos de ellos han ido solicitando el Botox.
“Esta pandemia ha trastocado los usos y la manera en que los seres humanos se comunican e interactúan, y la cirugía plástica, en su fase cosmética y reconstructiva, es la imagen propia a través del espejo, una fotografía, y la autoestima va a impactar la imagen de la persona y como se percibe a sí misma. Entonces, si hacemos una reconstrucción del seno, estamos impactando estructuras de orden sicológico, la autoestima, el contorno corporal que la persona percibe a través de un espejo o una fotografía”, dijo a NotiCel el veterano cirujano plástico Carlos Portocarrero, de la clínica Body by Porto.
A juicio del doctor, la llegada de la pandemia, después de un huracán, un verano 2019 intenso y temblores de tierra, ha llevado a las personas a hacer una introspección y evaluar prioridades en sus vidas, en términos de salud física y emocional. Y parte de esa ayuda emocional está muy vinculada a la autoestima.
Su caso no es exclusivo. El también reconocido doctor Luis Rodríguez Terry contó a NotiCel que desde que retomó operaciones, tras los cierres implementados a causa del COVID-19, han aumentado los pacientes que buscan inyectarse Botox y relleno.
“Estamos viendo casi el mismo número de pacientes que veíamos antes del cierre. La demanda para los servicios ha explotado y lo más interesante es que son para procedimientos no quirúrgicos, como el Botox y el relleno. Ha subido de manera increíble. Esto se ve después de estar de dos a tres meses encerrados, sin ir al beauty y sin darse cariñito. Además, en ese tiempo se dieron cuenta de que salieron más líneas y los pacientes inyectables estaban desesperados por venir a atenderse. El estar trabajando desde casa les da más tiempo para verse de manera crítica en el espejo y darse cuenta de que se necesitan algo y que se verían mejor. Así que la demanda subió, al menos en nuestra práctica”, dijo Rodríguez Terry.
Una las de las ventajas de estos procedimientos estéticos para líneas de expresión y flacidez facial es que se realizan de manera ambulatoria y los cambios son sutiles. Portocarrero destacó que otra de las razones que puede haber aumentado su popularidad es que con la utilización obligatoria de la mascarilla, las personas ahora buscan mejorar la apariencia de la única parte de su rostro que queda al descubierto.
“Al ser un procedimiento de oficina que resuelve líneas de expresión ha cogido un auge increíble y más ahora, con las mascarillas que es algo que entendemos que va a durar mucho tiempo, y los pacientes ya no quieren verse esas línea de expresión”, compartió.
El interés en los procedimientos de cirugía plástica durante la pandemia de COVID-19 es una muestra de la confianza del paciente en la especialidad y sus cirujanos plásticos al reanudar los procedimientos de manera segura, de acuerdo al artículo de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos. De acuerdo al artículo, las cirugías más populares para el 2020 serían el aumento de senos (44%), la liposucción (30%) y la abdominoplastía (24%). Esto, en contraste con el año 2019, que incluía cirugías de párpados, nariz y cuello.
En Puerto Rico, ambos cirujanos consultados por NotiCel tampoco ha visto una reducción en los tratamientos quirúrgicos.
“La demanda para casi toda la cirugía me ha subido las esperas, son ahora están mas largas que nunca y hemos tenido que hacer ajustes y acomodar pacientes. Hay mucho aumento de busto, narices, lipoesculturas… Tanto los hospitales como nosotros requerimos la prueba molecular de COVID-19 antes de la cirugía. A aquel paciente que viaje desde Estados Unidos también se le manda a hacer la prueba, antes de la cirugía. Hemos optado por no hacer cirugías en pacientes mayores y de condiciones médicas complejas por el riesgo que tienen si fueran a contraer coronavirus. Y también orientamos a los pacientes para que no sientan temor de ir hay un hospital. Hay unos protocolos espectaculares, se les explica que es más seguro ir al hospital a hacerse una cirugía que ir a un Costco o Walmart, donde hay tanta gente”, detalló Rodríguez Terry, quien realiza cirugía corporal, de cara y de busto, así como procedimientos de piel no invasivos y restauración de cabello.
En el caso de Portocarrero, declaró que también se ha mantenido la demanda de las cirugías y también ha tenido que ir realizando las que quedaron canceladas con la orden de cierre de COVID-19.
“Tenemos un protocolo bastante riguroso. Los pacientes se tienen que hacer las pruebas moleculares de COVID-19 y los acompañantes tienen que hacérsela también, porque si esa persona está contaminada y no lo sabes, te haces el procedimiento, días después te da fiebre y sería muy arriesgado”, puntualizó.
Portocarrero destacó que en su oficina está recibiendo solo 10 pacientes por hora, de una capacidad de 30, y de esta forma los pueden sentar con distanciamiento social. Además, se toma la temperatura, se desinfecta con frecuencia cada oficina y todo el mundo tiene que usar mascarillas.
Solo se retira la mascarilla del paciente al que se le vaya a evaluar la nariz o realizar algún procedimiento en el rostro.
“Esta es una oficina de intervención sicología. A través de una cirugía se impacta la autoestima. La gente siempre quiere sentirse mejor, por eso va al estilista, a hacerse las uñas… es parte de sentirte bien contigo mismo”, concluyó Portocarrero.