Páncreas artificial controla la diabetes tipo 1 en niños desde los 6 años
La función de este moderno instrumento es monitorear y regular automáticamente los niveles de glucosa en la sangre, sin necesidad de que el paciente tenga que inyectarse insulina.
Un nuevo páncreas artificial es capaz de controlar eficazmente la diabetes 1 en niños desde los 6 años de edad, según un estudio realizado en cuatro centros pediátricos para menores diabéticos por el Instituto Nacional de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés)
La función de este moderno instrumento es monitorear y regular automáticamente los niveles de glucosa en la sangre, sin necesidad de que el paciente tenga que inyectarse insulina o controlar la bomba de infusión.
Según la información publicada en el New England Journal of Medicine “menos de 1 de cada 5 niños con diabetes tipo 1 pueden mantener exitosamente su glucosa en la sangre dentro de un rango saludable con el tratamiento actual, lo que puede tener graves consecuencias en su salud y en su calidad de vida a largo plazo”, afirmó el doctor Guillermo Arreaza-Rubín. Este es el director del Programa de Tecnología para la Diabetes del Instituto Nacional de Diabetes, Enfermedades Digestivas y del Riñón (NIDDK en inglés), que financió el estudio, y es además científico de proyecto para el mismo.
Recordó que investigaciones anteriores demostraron que el sistema probado en este estudio era seguro y eficaz para personas mayores de 14 años. “Ahora, este estudio nos muestra que este sistema funciona en un entorno del mundo real con niños más pequeños”.
Este páncreas artificial, conocido como “closed-loop”, es descrito como un sistema “todo en uno” para el manejo de la diabetes, ya que vigila los niveles de azúcar utilizando un monitor continuo de glucosa (continuous glucose monitor (CGM) y automáticamente suple la insulina cuando esta se necesita, utilizando para ello una bomba de insulina. El sistema, se indica,
reemplaza la dependencia de las pruebas por pinchazo digital o CGM con la administración de insulina a través de múltiples inyecciones diarias o con una bomba controlada por el paciente o su cuidador.
En el citado estudio participaron 101 niños entre las edades de 6 y 13 años. Estos fueron asignados al grupo experimental, que utilizó el nuevo sistema de páncreas artificial; o al grupo de control, que utilizó un CGM estándar y una bomba de insulina separada. Los registros y la recopilación de datos se realizaron cada dos semanas durante cuatro meses, se informó.
Se instruyó a los participantes que continuaran sus dinámicas de vida habituales para que los investigadores pudieran entender mejor cómo el sistema funciona en la rutina típica diaria de un niño.
Se encontró que aquellos jóvenes que usaban el sistema de páncreas artificial alcanzaron una mejoría del 7% en mantener la glucosa en la sangre dentro del rango durante el día, y una mejoría del 26% en el control nocturno en comparación con el grupo de control.
Se recalca en el escrito que el control nocturno de la glucosa es de particular importancia para las personas con diabetes tipo 1, ya que la hipoglucemia grave y no controlada puede provocar convulsiones, coma o incluso la muerte.
“La mejoría en la glucosa en sangre en este estudio fue impresionante, especialmente durante las horas de la noche, lo que permitió a los padres y cuidadadores dormir mejor de noche, sabiendo que sus niños están seguros”, señaló el doctor R. Paul Wadwa, profesor de pediatría en el Barbara Davis Center for Childhood Diabetes de la Universidad de Colorado. “La tecnología del páncreas artificial puede representar menos tiempo que los niños y sus familias tendrán que dedicar para atender la diabetes. Ahora los niños podrán enfocarse en ser niños”, añadió.
Resalta como aspecto positivo de este esfuerzo el hecho de que los eventos adversos durante el estudio fueron pocos y clasificados como menores, y se debieron, en su mayoría, a problemas con el equipo de la bomba de insulina. Se informó que no se produjeron casos de hipoglucemia grave o cetoacidosis diabética durante el estudio.
La tecnología de páncreas artificial que se utilizó para las prueba fue el sistema Control-IQ de Tandem Diabetes Care. Este posee una bomba de insulina programada con algoritmos de control avanzados basados en un modelo matemático que utiliza la información de monitoreo de glucosa de la persona para ajustar automáticamente la dosis de insulina. Esta tecnología se derivó de un sistema desarrollado originalmente en la Universidad de Virginia, en Charlottesville, con el apoyo financiero del NIDDK, se indicó.