La diabetes y el COVID-19
Se ha evidenciado que los diabéticos son más propensos a experimentar complicaciones severas, incluso la muerte si caen víctimas del virus.
Las personas que sufren de diabetes enfrentan un riesgo adicional en estos tiempos con la prevalencia de la pandemia del COVID-19, que no solo puede agravar su situación, sino que les coloca entre los pacientes con mayor peligro si se contagian.
No se trata de que los diabéticos tengan más probabilidades de contraer el virus que la población en general, sino que se ha evidenciado que son más propensos a experimentar complicaciones severas, incluso la muerte si caen víctimas de este.
De acuerdo con un informe reciente en la revista Lancet, y reseñado en un mensaje a sus miembros por la organización de personas mayores AARP, el riesgo de morir por COVID-19 es un 50% más alto para las personas con diabetes que para aquellos que no sufren de esta enfermedad.
“Se cree —y esto es muy preliminar— que las personas con niveles descontrolados de azúcar en la sangre pueden ser más susceptibles a los efectos de la COVID-19, en parte por la manera en que el virus entra a nuestras células", afirma la Dra. Emily Nosova, médica becaria en endocrinología en la Facultad de Medicina Icahn en Mount Sinai, Nueva York.
"Cuando a alguien con diabetes se le diagnostica COVID-19, incluso si tienen síntomas leves y la posibilidad de recuperarse en casa, se han observado patrones irregulares de azúcar en la sangre; ya sea aumentos o descensos drásticos", dice esta, según le cita la publicación
Las posibles complicaciones lo atribuye al hecho de que niveles bajos de glucosa aumentan el riesgo de un trastorno potencialmente mortal conocido como cetoacidosis diabética (CAD), que dificulta controlar la ingesta de líquidos y los niveles de electrolitos, dos factores claves para prevenir la sepsis, una complicación de la COVID-19 que podría ser mortal.
Los altos niveles de glucosa, por otro lado, pueden impedir que se liberen glóbulos blancos que combaten infecciones, lo que aumenta aún más el riesgo de contraer una infección.
La combinación de la diabetes con el COVID-19 genera además condiciones de alto riesgo para estos pacientes. Algunos de los síntomas de este último, tales como la fatiga intensa y dolores de cabeza, náuseas y diarrea, pérdida del sentido del olfato y gusto, interfieren con la capacidad de controlar la diabetes. Los tratamientos también pueden afectar drásticamente los niveles de azúcar en la sangre.
A lo anterior se une la realidad de que las personas con diabetes tipo 2 tienen un riesgo mayor de sufrir enfermedades cardiovasculares y a menudo son de mayor edad y tienen sobrepeso, factores todos que pueden aumentar más el riesgo de casos graves de la enfermedad que causa el nuevo coronavirus.
"Mientras más problemas médicos crónicos tenga la persona, particularmente quienes no se controlan adecuadamente, mayor es su riesgo de desarrollar complicaciones por la COVID-19", se indica.
Otra publicación reciente, esta por la Sociedad Internacional de Endocrinología, sostiene que el coronavirus podría conducir a nuevos casos de diabetes tipo 2 y empeorar a quienes ya presentan la enfermedad.
“Hace varios meses, desde China, se empezó a reportar que los pacientes diabéticos con COVID-19 evolucionaban con cuadros más graves y con mayor mortalidad”, sostiene el doctor Gonzalo Godoy, diabetólogo de la Clínica Alemana, en Chile.
Afirma además que “del mismo modo hay personas con COVID-19 que, sin haber tenido diabetes, presentaban glucemias muy altas y la necesidad de insulina. Entonces, ahora ya se habla de una relación bidireccional entre el virus y la diabetes, y es algo que ahora estamos viendo aquí en la clínica también. De manera que se nota que hay una relación”, añade.
La razón para esta preocupante dinámica, según estos investigadores, es que uno de los mecanismos por el cual el COVID-19 puede impulsar la diabetes o empeorarla es a través de daños en el sistema endocrino.
“El nuevo coronavirus se une al entrar al cuerpo a una proteína llamada ACE2, la cual se expresa en muchos tejidos (incluidos los relacionados con la glucemia). Es como una especie de llave que le abre la puerta al virus”, concluyen.
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