Terapista respiratoria fallecida por COVID-19 había compartido emotivo mensaje
Migdalia Sánchez tenía 40 años, y se convirtió en la segunda terapista respiratoria en fallecer por el virus.
Una segunda terapista respiratoria, identificada como Migdalia Sánchez, falleció como consecuencia del COVID-19 en la isla. La mujer tenía 40 años, y estaba internada en el Hospital San Francisco, en Río Piedras, donde también trabajaba.
En las redes sociales, ha trascendido una publicación que hizo al principio de la pandemia, hace más de 5 meses, en la que explicó su miedo por ir a trabajar debido al COVID-19.
Sin embargo, también hizo alusión a su deber como profesional de la salud.
"Escribo estas palabras para que estés tranquilos. Yo elegí mi camino y mi profesión por vocación. Hoy me toca estar en peligro, en riesgo, tentando al destino al exponerme a lo que hoy es considerada una pandemia. Sí, tengo miedo, no quiero ir a trabajar porque pienso que si me contagio y muero no podré hacer tantas cosas con las que soñé, pero más miedo me da es que tú o un ser querido se contagien y yo no pueda hacer nada por salvarlos. Yo no quiero que uds sean un número más en las cifras, ni quiero que sean incluidos en las frívolas estadísticas que sólo alimentan el pánico colectivo", comenzó en su publicación.
"Me enseñaron a tener un corazón grande, tan grande que puedo poner al servicio de la gente mis conocimientos para ir en ayuda del que más lo necesita, y hoy el mundo entero nos necesita, a todos los profesionales de la salud. Eso arriesga mi vida, pero es un desafío que estoy dispuesto a aceptar", continuó.
"En caso extremo; Si yo me llego a ir (espero que no ya que me protegeré lo mejor posible) créeme que será con el honor de haber servido como un agente de combate, que jamás bajó sus brazos ni se rindió. No tengo capa, pero quiero quedar en tu memoria como una héroe, que su único superpoder era saber cuidar del enfermo, del desamparado y del sin esperanzas. Quiero que esto pase y recordarlo como un mal momento. Pero si no es así, abraza mi uniforme azul y llénate de orgullo, que yo te estaré esperando donde quiera que este. Toma consciencia, quédate en casa, que yo saldré por ti", culminó.
La muerte de Sánchez sigue a la de Teresa Ortiz, otra mujer terapista de 53 años, quien falleció en marzo pasado por complicaciones del virus en la región de Bayamón.