Sencillez, humildad y calidad en el concierto Unique de Edgar Abraham
Un espectáculo de gran calidad de composiciones originales, arreglos y ejecución fue lo que le ofreció a cerca de un millar de personas el saxofonista puertorriqueño Edgar Abraham en la noche del viernes en la Sala Sinfónica Pablo Casals del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferre de Santurce.
Edgar Abraham ha ganado tres premios Latin Grammy por su colaboración con el grupo Calle 13 y fue nominado a un premio Emmy por su participación en el Heineken JazzFest.
La velada de un poco más de dos horas del multintrumentista y su quinteto, agrandado en algunas piezas para incluir un coro de un hombre y dos mujeres, así como enfatizar en un par de temas con la presencia de una bailaora de flamenco, fue como un paseo imaginario por los géneros del jazz, la rumba, la música clásica y otros rítmos hasta primitivos que ilustran el carácter único de este intérprete.
Igual de diverso que la docena de temas que interpretó el humilde y sonriente artista, fue el público que asistió a la sobria sala de uno de los principales escenarios de Puerto Rico. Desde estudiantes hasta profesores de música, desde artistas sinfónicos hasta asiduos a la salsa y desde jubilados hasta estrellas como la vedette Iris Chacón y su esposo Junno Faría aplaudieron y aclamaron las interpretaciones enardecidamente de principio a fin.
El concierto, cuyos precios eran muy económicos, fue grabado y será transmitido por televisión el verano próximo. Sus canciones, todas originales, también estarán disponibles próximamente en su decimonoveno disco compacto.
Edgar Abraham y sus cuatro instumentalistas, entre los que se destacó el exbaterista del conjunto Batacumbele, Jimmy Rivera, el conguero y percusionista Alfredo Rodríguez, el pianista Emanuel Rivera Gámbaro y el bajista Giovanni Ortiz se presentaron a las 8:15 p.m., vistiendo trajes con chaquetas en tonalidades de negro y gris pero sin corbata, abriendo el concierto con el tema 'Pa La Guinda', un movimiento en síncopas al estilo caribeño y armónico con aires campesinos, inspirado en los paisajes de la Isla.
Desde una tarima minimalista, sin efectos especiales ni otros recursos visuales, salvo por una iluminación básica y algunas pocas bocinas, Edgar Abraham agradeció a la Corporación de las Artes Musicales por la oportunidad de traer a Puerto Rico el espectáculo que hace dos años presentó en el Carnegie Hall de Nueva York. Dedicó su concierto titulado Unique a su público, 'porque ustedes son únicos'.
Acto seguido interpretó una mezcla de cha-cha-cha combinada con jazz latino, titulado Daddys Trumpet, dedicada a su padre Edgar Marrero Cotté, quien aplaudió desde la primera fila todas y cada una de las piezas y le sirvió de inspiración para encaminarse en la música desde temprana edad y a tocar profesionalmente desde los 14 años. Al igual que en el primer número, el acomplamiento del quinteto, arrancó la aclamación de los asistentes, algunos de los cuales, aún desde la sección de invitados especiales, rompieron con la sobriedad del recinto reaccionando a gritos eufóricos a las improvisaciones del saxofón de Edgar Abraham y de la batería de Jimmy Rivera.
Prosigió en la canción Focus, dedicada al flautista boricua Dave Valentín, una combinación de songo y jazz latino, en la que Edgar Abraham alternó por segmentos entre interpretar el saxofón y los timbales, mientras que Rivera Gámbaro le acompañó en el piano eléctrico en lugar del clásico.
En el siguiente tema, Child Planet, dedicado a los niños y niñas maltratados, Edgar Abraham se sentó y tocó el piano acústico, alternando tocar el saxofón, hasta que en un momento interpretó simultáneamente ambos instrumentos con una mano diferente cada uno antes de cederle el turno al tecladista para que se reintegrara a la banda a tocar el sintetizador en una cadencia primitiva con ritmos africanos en la batería, congas y el bajo.
Ya para el quinto tema, Piki Juye, alusivo a un mosquito que pica y huye y por eso su arreglo polirítmico, la sala estaba casi llena en su primer nivel y parcialmente en sus balcones. Los frecuentes cambios de ritmo de la pieza y un solo de batería extendido de Jimmy Rivera provocaron una de las mas reacciones de aprobación antes de la conclusión de la primera mitad con la combinación de songo y jazz de Beso Deso que Edgar Abraham compuso en media hora a finales de la década pasada. Beso Deso le abrió paso al saxofonista de traer al escenario al sonero Norberto Robles y las cantantes Tachina López y Lourdes Panet.
Tras un breve intermedio a mitad, la presentación continuó con el tema Guarachita, con los coristas integrados y Robles tocando el güiro cubano mientras Edgar Abraham tocaba sus timbales con una enorme sonrisa de satisfacción por las muestras de la audiencia. Mientras en unos compases Robles y Panet alternaban sus soneos, en otros, Edgar Abraham intercambiaba sus improvisaciones con otros miembros de la agrupación.
La noche tomó otro rumbo cuando subió a la escena la bailaora flamenca Maruja para el tema El Matador y la Gitana, compuesta originalmente por el solista para guitarra pero adaptada para un quinteto. La composición de tres partes, se paseó entre pasodobles, mazurcas y otros ritmos en los que Edgar Abraham y Maruja se disputaron el protagonismo escénico entre interpretación y baile acompañados de percusión liviana y un cajón con sutiles toques de batería, bajo y piano.
La erótica Lilla María, el próximo número, arrancó con la hermosa voz de López, acompañada por el coro de Robles y Panet y complejos ritmos africanos acompañados por armonías del saxofón, piano eléctrico y sintetizador que culminaron en un intercambio de descarga entre Edgar Abraham en los timbales y Rodríguez en las congas.
Le siguió El Barranco, una pieza de jazz latino dividida en tres movimientos, con frecuentes cambios de ritmo y velocidad y con ciertos trasuntos a los temas del pianista Chick Corea.
El concierto concluyó con La Wawa, una pieza con aspiraciones de ser jocosa y positiva para despedir al público con la ilusión de que se puede perder la famosa guagua o autobús, interpretada por el quinteto y el trío de coristas a velocidades que aumentaban y disminuían como si un vehículo estuviera acelerando o reduciendo su marcha.
Sin embargo, para sorpresa de muchos, quienes ya se encontraban en los pasillos de la sala, Edgar Abraham y su quinteto regresaron a la tarima y él tocó enérgicamente los timbales para la ñapa Born To Win para luego retomar el saxofón y que su tecladista replicara las notas en su sintetizador.
Repertorio Edgar Abraham, Unique:
Pa La Guinda
Daddys Trumpet
Focus
Child Planet
Piki Juye
Beso Deso
Guarachita
El Matador y la Gitana
Lila María
El Barranco
La Wawa
Ñapa: Born To Win