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Vida

Una carrera musical legendaria por aprovechar casualidades de la vida (video y galería)

En estos días se armonizan los sonidos de la salsa y el jazz en la capital de Puerto Rico para los amantes de ambos generos musicales en varios espectáculos de gran arraigo.

La coincidencia de los eventos reúne, tanto en memoria como en tarima, a varios de sus protagonistas. Para la nostalgia de muchos amantes de la música afroantillana, está la despedida de Viera Discos en Miramar, también conocida como La Catedral de la Música Latina o la Casa del Coleccionista, que celebró su cierre o mudanza con una serie de presentaciones gratuitas en sus instalaciones para los amantes del género.

El cierre de Viera Discos sirve de aperitivo auditivo en la víspera de la trigésimatercera edición del Día Nacional de la Salsa hoy, domingo, que, a su vez, es el preámbulo de la celebración del vigésimosexto aniversario del Puerto Rico Heineken JazzFest a partir del jueves próximo.

Viera Discos sobrevivió la desaparición de las tiendas de discos de acetato y la desaparición de los cartuchos de 8-Track, cassettes y discos compactos y sigue atrayendo clientes de todas partes del mundo que buscan grabaciones de salsa y otros géneros afroantillanos. Por su parte, el Día Nacional de la Salsa que organiza la estación radial Z-93 le dedica su espectáculo a los cantantes Tito Rojas y Lalo Rodríguez y reconoce la trayectoria de 60 años al pianista Eddie Palmieri. El Heineken JazzFest le dedica su actividad de cuatro noches a Ray Santos, un músico menos conocido que ha sido arreglista de las principales orquestas de salsa, jazz y pop a través de varias décadas.

Un personaje que ha sido mucho menos escuchado es Harvey Averne, quien entre bambalinas fue instrumental en catapultar el género de la salsa de la música local a nivel internacional.

Averne combinó una serie de factores personales con coincidencias laborales de la tumultosa época de las drogas sicodélicas de la década del 1960 y la era de Woodstock y retumbó finalmente cuando obtuvo los primeros dos premios Grammy Latino de Palmieri, Rodríguez y Santos para uno de los principales sellos discográficos de la salsa.

Nombrar la Fania es pensar en Jerry Masucci, un abogado judío que fundó un sello independiente de discos en Nueva York que llevó el emergente género de la salsa a una vitrina mundial de grandes artistas puertorriqueños de primer orden en la década del 1970.

Estos incluyeron los cimientos de los máximos exponentes de esta música que siguen marcando a los aficionados de la música latina que, aunque ha perdido ímpetu en la Isla, sigue ganando adeptos a nivel internacional.

Hace unas pocas semanas, pasó casi desaparcibido por la Isla otro judío nuyorquino que jugó un importante rol para que uno de los pilares de la salsa y el jazz se alzara con el primer premio Grammy por la mejor grabación latina jamás otorgado en el año 1975 y la segunda el año después y, subsiguientemente, obtener otras tres nominaciones para otros insignes puertorriqueños.

Su nombre, Harvey Averne.

A Averne el destino le deparó una combinación de experiencia con casualidades que le pusieron prácticamente en las manos el envidiable catálogo de los mejores exponentes musicales de la Isla, desde Rafael Cortijo hasta Ray Barreto, de baladistas latinoamericanos a innovadores europeos y hasta preparar una de las primeras grabaciones de demostración de la megaestrella Madonna.

Lejos de ser una casualidad, Averne se encontraba en Puerto Rico para participar en la elaboración de un documental australiano sobre un preadolescente boricua que salió del residencial público Manuel A. Pérez de Río Piedras, quien era un limpiabotas descalzo en el Aeropuerto Internacional de Isla Verde en el 1973 con una voz impecable y a quien llevó a tocar al Madison Square Garden de Nueva York junto al maestro Palmieri luego de grabarle un disco tras observarle pidiendo limosnas a cambio de sus canciones a los turistas.

Averne, ahora con 79 años de edad, aprovechó su visita a la Isla para presenciar y grabar con dos camarógrafos la conferencia de prensa del Puerto Rico Heineken JazzFest 2016, cuya vigésimasexta edición es dedicada a su amigo Santos, un saxofonista puertorriqueño de 87 años de edad a quien todos describen como humilde y sencillo pero cuya carrera se ha destacado por ser arreglista de las orquestas de Tito Puente, Tito Rodríguez y Machito, entre tantos otros, durante más de 50 años de trayectoria. Santos también se ha destacado por más de dos décadas como educador en el New York City College, tanto en la salsa como en el jazz.

Días después, Averne concedió una entrevista en la tienda Viera Discos, a la cual acudió adornado por una camiseta de la Fania, unos pantalones cortos, dos pantallas de brillantes en cada oreja, un par de cadenas de oro alrededor de su cuello y sortijas del referido metal precioso en ocho de sus diez dedos.

Averne, quien canta, toca acordeón, piano y vibráfono, comenzó en la música en su adolescencia en la década del 1950 y tocó con varios conjuntos que dirigió en el Palladium, el Lincoln Center, el Village Gate, el Copabana, The Cotton Club, Carnegie Hall y el Cheetah, todos en Nueva York, el Aragón Ballroom de Chicago y el Coliseo Roberto Clemente de Hato Rey.

Averne explicó que desde niño compartió con contemporáneos puertorriqueños en Nueva York que cantaban canciones en español como Ojos Verdes y Bésame Mucho y a los 15 años de edad conoció a un lavaplatos boricua que en su periodo de descanso tocaba su guitarra bajo un árbol en Nueva York cantando en español, y a quien él acompañaba con su acordeón.

Al poco tiempo, le propuso al lavaplatos que se pusiera una camisa con corbata y le acompañara a tocar en los hoteles de Playa Lido y Long Beach en Nueva York, abundantes de costas privadas y resorts de los llamados Day Trippers, donde conoció y compartió tarimas con Don Rickles, Tom Jones, Tony Bennett, Harry Belafonte, James Brown, Jerry Butler, los O'Jays, Richard Pryor, The Main Ingredient, Grover Washington Jr., Al Green y Frankie Crocker, entre otros.

Del dúo del lavaplatos guitarrista con su acordeón, Averne evolucionó a varios conjuntos como cuartetos y otras combinaciones que tuvieron nombres como Arvito and his Latin Rhythms, The Harvey Averne Dozen y otros, componiendo medio centenar de canciones, incluyendo una llamada Lullaby From Rosemary's Baby, que fue incluida como tema en la película del mismo nombre.

Durante su exposición a sus contemporáneos puertorriqueños en Nueva York y sus incursiones en las tarimas a lo ancho del estado, conoció a Steve Lawrence y su esposa Eydie Gormé, Al Martino y Buddy Hackett, entre otros, así como a Tito Puente, Tito Rodríguez, Machito, Palmieri, Joe Cuba, Larry Harlow y La Playa Sextet, lo que intensificó su exposición a la música popular latina y el género de la salsa y aumentó su atracción por ésta.

Entre los años 1963 y 1967 se dedicó a una empresa millonaria de rehabilitación de viviendas en Brooklyn, Nueva York, de su propiedad en la que su madre le ayudaba con la contabilidad. Su madre era también la contable del abogado Masucci, quien recién formaba el sello disquero Fania Records.

Recordó que Masucci rehusaba dejar su práctica como abogado y le ofreció que administrara Fania, donde Averne tocó y le produjo el disco Acid a Ray Barreto en el 1967. Dos años después, produjo para la cantante La Lupe el disco The Queen Does Her Own Thing. A partir de ahí, Averne supervisó las grabaciones o produjo las grabaciones de Fania de Barreto, Willie Colón, la Orquesta Harlow, Héctor Lavoe, Ismael Miranda, Valentín, Mongo Santamaría, Johhny Pacheco, Roberto Roena, Joe Bataan, Ralfi Pagán, y tantos otros exponentes de la salsa. Lalo Rodríguez también reconoció en entrevista que Averne le produjo su primera producción, Nací para Cantar, en el año 1995.

Mientras trabajaba como la mano derecha y presencia de Masucci, éste le designó vicepresidente ejecutivo del sello disquero Vaya Records, una subsidiaria de la Fania, donde trabajó, entre otros, con Celia Cruz, Cheo Feliciano y Richie Ray y Bobby Cruz hasta el 1971. En ese año se convirtió el lider de la banda The Chakachas, la cual vendió más de dos millones de ejemplares del disco Jungle Fever. En ese año, fue nombrado ejecutivo del sello disquero United Artists Latino, donde estuvo a cargo de la distribución de los éxitos de Raphael, Nelson Ned, Morris Albert, Chucho Avellanet, Martinha y Mocedades, así como otras superestrellas de la salsa.

En el 1972 abandonó a United Artists y formó su propio sello, CoCo Records y cinco años después adquirió los derechos de la disquera española Zafiro Records para distribuir en América a Basilio, Juan Bau, Joan Manuel Serrat y otros.

Entre esos ir y venir fue que en una de sus visitas mensuales a Puerto Rico, mientras esperaba un vuelo en Isla Verde para visitar a unos de sus talentos en Ponce, escuchó la voz del niño limpiabotas descalzo en el aeropuerto cantando la canción Payaso de Raphy Leavitt mendingando por pesetas a los turistas y perdió su vuelo al quedar prendado por la melodía del analfabeta.

Miguel Ángel Sánchez González, quien para la época tenía once años de edad y había abandonado la escuela, fue firmado por Averne, quien le produjo un disco para el cual Papo Lucca, de la Sonora Ponceña le compuso una canción y Chivirico Dávila le asistió con las letras porque el preadolescente no sabía leer.

Averne rehusa hablar del tema de Miguelito el Travieso, como le bautizó para el disco Canto a Borinquen, en parte inspirado por el personaje del tema de caricaturas Daniel el Travieso, porque es el tema del documental que le trajo a la Isla hace unas semanas y quiere evitar anticipar el contenido de ese trabajo.

Con el dinero ganado en la producción, Miguelito se compró una bicicleta y le entregó el resto de sus ganancias a su madre, a quien mantenía junto a otros nueve hermanos con sus propinas por brillar zapatos y cantar canciones acompañado por un güiro.

El productor musical produjo en el 1975 y 1976 para Palmieri los discos The Sun of Latin Music y Unfinished Masterpiece, respectivamente, ambos ganadores de los afamados premios Grammy. Produjo además en el 1977 para Machito el disco Fireworks y para Danny Rivera y Gormé en el mismo año Muy Amigos, nominado por la canción Para Decir Adios, ambos nominados para el mismo galardón. Desde esa década, Palmieri ha ganado otros ocho premios Grammy.

Además, Averne produjo durante su prolífica carrera discos para Yolandita Monge, Lissette Álvarez, Trini López y Big Daddy Kane, entre otros. Se atribuye también haber producido la grabación de demonstración de la cantante Madonna que la llevó al estrellato, aunque fue para otra casa disquera.

Su vida, como los acordes de la música, estuvo acentuada por tonos mayores y menores. Diversas fuentes de la industria confirmaron sus méritos como productor y forjador de éxitos pero cuestionaron su radical estilo de vida y ambición desmedida.

Durante la entrevista, el propio Averne reconoció que confrontó dificultades para manejar a algunos de sus artistas, incluyendo a Palmieri, lo que conllevó que el álbum se llamara Unfinished Masterpiece, en referencia a que nunca se completó la producción que conllevó un premio Grammy. Averne afirmó que bregar con Palmieri era más difícil que bregar con Héctor Lavoe, conocido por su adicción a las drogas y la heroína y su indisciplina y falta de asistencia a sus presentaciones. Por lo menos uno de los artistas consultados mediante un allegado dijo que no quería saber de él. Otra fuente consultada con vasta experiencia en la industria reconoció los éxitos de Averne pero le atribuyó a su estilo de vida su alejamiento de la música. Ambas fuentes, sin embargo, reconocieron sus méritos en la industria aunque expresaron reservas con su estilo. Rodríguez rehuyó las preguntas sobre el tema.

Averne se atribuye haber reunificado a Rafael Cortijo con Rafael Ithier, quien formó la orquesta El Gran Combo con la mayoría de los músicos de Cortijo y su Combo, en la producción de Cortijo y su Máquina del Tiempo con todos los artistas originales de la original.

Por su lado, Miguelito falleció atropellado por un automóvil mientras viajaba en su bicicleta a los doce años de edad, según varias reseñas de aficionados de Colombia que siguen escribiendo sobre su dulce voz a la fecha de hoy y le recuerdan como el Angelito de la Mancha de Guineo.

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Harvey Averne. (Waldo Covas para NotiCel)
Foto:
Harvey Averne. (Waldo Covas para NotiCel)
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Harvey Averne. (Waldo Covas para NotiCel)
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