Plenazo cumpleañero para el Sonero Mayor
Ismael Rivera cumple hoy, lunes, 84 años de edad. El sonero mayor sigue cumpliendo años porque se mantiene vivo en cada nota suya que se toca en la radio, en cada baile de cuerpos en un chinchorro de barrio, en cada discípulo suyo que le canta y lo invoca.
Para celebrar aquel 5 de octubre de 1931 en que el querido Maelo abrió los ojos por primera vez en Santurce -probablemente desde ese momento arropado por el son y la habladuría del pueblo boricua, cuya idiosincracia cultivaría en su carrera musical- un grupo de músicos, entre pleneros y salseros, le cantaron a la tumba donde descansa Ismael en el Cementerio de Villa Palmeras
Ante más de cien rostros que asistieron a la convocatoria, en ese humilde cementerio de barrio, donde descansan otros nombres legendarios de la música boricua como Rafael Cortijo, se encendieron las bocinas, se tomaron los micrófonos, y por casi dos horas, las voces se juntaron para honrar la trayectoria de quien todavía, a 28 años de su muerte, sacude las almas y los cuerpos de Latinoamérica entera.
Héctor 'Atabal' Rodríguez dijo sin dejo de duda en la voz que todo músico de bomba y plena ha tomado obligatoriamente de Maelo y de Cortijo, dos señores, así los llama, que son padres del movimiento, y que es necesario estudiarlos y hacerlos parte de toda nueva creación musical.
'Te digo que Ismael es un artista único, en términos de lo que representa para nuestro país. El estilo de cantar, la forma de frasear, es bien boricua, todo su plante, como él decía, es bien boricua, es el ejemplo del mulato de Santurce, pero que puede ser de cualquier parte de Puerto Rico', recordó Rodríguez.
Lo dijo el fundador de Atabal, agrupación que tomó la percusión como su elemento principal, y luego lo dotó de cuatro, bajo, trompeta y saxofón. El músico que con su grupo transita ritmos del Caribe siempre con un pie en la bomba y la plena, ayudó nuevamente a la Fundación Ismael Rivera, dirigida por la hermana del homenajeado, Ivelisse Rivera, a organizar esta tradicional fiesta de homenaje.
El acto empezó con dulce de coco y un declamador de Loíza recitó unos poemas sobre la bomba y sobre Maelo. Integrantes del Grupo Severo presentaron su nuevo álbum 'De Severo a la Calma', que sirve completo como homenaje a Ismael Rivera, cantando sus canciones al son de la plena. El cantante de Atabal, Caymmi Rodríguez, cantó un tema de su propia creación dedicado a Ismael. Todo era una gran fiesta en honor al maestro.
Por su parte, el historiador Elmer González ofreció una charla sobre la influencia de Maelo en Sudamérica, especialmente en Colombia. Incluso, durante la actividad contactaron a los organizadores, medios de Colombia y Perú, países que llevan celebrando la vida de Maelo por toda la semana, incluso el mes.
'En Colombia llevan un mes celebrando su nacimiento, Panamá ni decirte. Estamos un poco atrás pero poco a poco la gente se ha ido dando cuenta que Ismael es mucho más que un cantante, es un símbolo latinoamericano. Tenemos que seguir dando sobre esa piedra, todavía tiene mucho que dar por lo que es para nosotros los puertorriqueños y los latinos', enfatizó el músico.
El acto culminó con una plena lamento – una tradición muy vieja del género, una plena lenta que se canta mientras se camina -, dedicada a Ismael Rivera y elevada por Los Pleneros de la 21. Esa fue la despedida.
A las 4:50 p.m. ya todo se había acabado, la gente se marchaba camino a sus casas. 'Es la vez en los últimos años que más gente ha estado', dijo Rodríguez. 'Es que son aportaciones tan importantes que hacen que la figura de Maelo esté todo el año', culminó.