Un maestro le dijo una vez a Ángel 'Cucco' Peña - experimentado músico, arreglista, productor, compositor, ganador de Latin Grammy - que primero estudiara y entonces podía hacer lo que quisiera. Esas palabras las repitió esta semana ante 132 estudiantes de escuela elemental, intermedia y superior que participaron del programa 'Música 100x35'.

Este programa busca el desarrollo social a través de la música. Con cuatro núcleos en Bayamón, Cataño, San Juan y Guayama, estudiantes de cinco a 18 años toman clases gratuitas de música, de dos horas, de lunes a viernes, con instrumentos prestados que les permiten descubrir, si acaso, una vocación oculta. Durante los pasados tres años, con el programa han surgido bandas, coros, orquestas sinfónicas y de cuerdas infantiles y juveniles.

Parte de esos niños y jóvenes que dedican voluntariamente sus tardes al sonido de la melodía y la repetición, fueron los que participaron el jueves de 'Latin Grammy en las Escuelas', una iniciativa educativa que ofrece a estudiantes de música la oportunidad de aprender sobre la música latina con músicos y profesionales de la industria, quienes cuentan anécdotas y comparte consejos, todo con el fin de promover los estudios de música y la importancia de quedarse en las escuelas.

El Teatro Bertita y Guillermo Martínez del Conservatorio de Música fue el escenario para ese diálogo entre la juventud y la experiencia, y fueron Ángel 'Cucco' Peña y Pedro Capó – escritor, compositor y cantante –, quienes recalcaron la importancia de la educación en sus trayectorias y a su vez, alimentaron el fuego en los pequeños que sueñan con una carrera en el complicado pero fascinante camino profesional de la música.

La amena charla vino acompañada de una donación de $20 mil en instrumentos musicales para el programa 'Música 100x35' del Conservatorio, subvencionados por 'Latin Grammy en las Escuelas' con el coauspicio de Ford Motor Company Fund.

Así se mantiene la tradición. En el 2013, el programa donó $5 mil en instrumentos a la Escuela Libre de Música de San Juan, donde Carlos Vives y Gisselle Blondet fueron los artistas invitados. En el 2014, el programa donó 50 instrumentos a la Escuela Especializada de Bellas Artes Pablo Casals en Bayamón, y los integrantes de la banda Calle 13, René Pérez y Eduardo Cabra fueron las voces de la charla.

Todo forma parte de la misión de la Fundación Cultural Latin Grammy, establecida por la Academia Latina de la Grabación, una organización sin fines de lucro dedicada a mejorar la calidad de vida y la condición cultural de la música latina y sus creadores dentro y fuera de Puerto Rico. La Fundación otorga becas y donaciones, y promueve programas educativos para resaltar la contribución de la música latina a la cultura mundial.

El vicepresidente de la Fundación , Manolo Díaz, contó además que el Comité de Becas de la Fundación distribuye anualmente $800 mil en becas a 34 estudiantes con interés en la música latina, que muestren gran talento y enfrenten limitaciones económicas. De los 34 seleccionados este año, quienes provienen de toda la región latinoamericana y de la península ibérica, cinco son puertorriqueños y dos estudian en el Conservatorio de Música.

José Raúl Cruz, un joven saxofonista de Bayamón, fue aceptado gracias a la beca de asistencia económica en el Departamento de Jazz y Música Caribeña del Conservatorio de Música. El joven develó ante el público una cruda realidad: sin esa ayuda no sabe cómo podría estudiar y desarrollar su carrera musical.

Cruz, quien desea convertirse en un gran saxofonista, siguiendo los pasos de David Sánchez y Miguel Zenón, reveló su deseo por convertirse en maestro luego de trabajar con los músicos que admira y llevar su música al mundo, para así ayudar a formar futuras generaciones. Antes de abandonar el podio, aconsejó al público compuesto de jóvenes de su edad o menores, que 'trabajen duro y todo se va a dar'.

Por su parte, Orlando J. Berríos, un cuatrista nacido en Yabucoa, quien forma parte de la Rondalla Humacao, también fue aceptado al Departamento de Jazz y Música Caribeña el pasado agosto gracias a la beca. Influido por Pedro Guzmán, a quien llamó 'el jíbaro del jazz', Orlando quiere seguir aportando a revolucionar el cuatro puertorriqueño y llevarlo a otro nivel dentro del contexto musical internacional.

'Si no me hubiesen dado la beca, estaría bien triste, pero sinceramente estaría buscando otras maneras para poder hacer mi sueño realidad, no solamente quedarme ahí y cruzar las manos', manifestó el joven.

El baúl de anécdotas del músico

Ángel 'Cucco' Peña sabe lo que es amanecer llorando encima del piano luego de haber descubierto algo realmente hermoso en la unión de una nota con otra. Para el galardonado músico de 67 años, en ese momento de total entrega está la recompensa del trabajo.

'Todo el que tiene la oportunidad de estudiar música tiene una bendición enorme. El mero hecho de estar expuesto a la belleza de la música, sensibilizarse, es una cosa que te motiva a volver a buscar más. Lograr expresarse y conectar con uno mismo es una especie de trance, donde uno es tan feliz', contó, con algo de niño en la voz.

Capó, de 34 años, quien levantó pasiones en el público juvenil, habló sobre las desavenencias, sobre las desilusiones que van poniendo 'la piel más dura'. El músico enfrentó el rechazo, las puertas cerradas, los rostros de oficinas que lo invitaban a desistir, la familia que no entendía. Estuvo atrás en su renta, tomó mucha sopa ramen, tuvo muchas decepciones.

'En mi proceso, el quererlo, el hambre, la perseverancia, el nutrirme, el pulirme, agarrar calle, meterme en cualquier oportunidad que me permitiera progresar, con gente que me diera las herramientas, yo creo que eso es lo más importante. Podemos tener un regalo natural, pero si no lo cultivamos, se puede perder', advirtió Capó a los estudiantes que dan sus primeros pasos en el mundo de la música.

Y al final todo termina en la educación. Cuando una niña del público le preguntó a Peña cuál era su mayor defecto, Peña no dudó en responder que le hubiese gustado estudiar aún más. No haber rechazado aquella oportunidad de estudiar piano en la Escuelas Libre de Música, haber investigado antes sobre la ópera y demás géneros que ahora se presentan como 'una laguna' en su cultura musical. 'Ahora lo veo como un defecto, debí haber sido más trabajador y emprendedor y haber perseguido estas cosas', dijo a modo de advertencia cómplice.

Y adelantándose en el tiempo, esa cronología profesional, también prepararon a los futuros músicos sobre la forma de proyectarse mediáticamente, para lo que Capó recomendó honestidad ante todo. 'Cuando nos manifestamos de manera genuina y honesta, los canales se abren. A nadie le gusta escuchar embustes, y hay algo bien bonito cuando queremos conectar con un artista y vemos la calidad humana de esa persona, lejos de un pedestal', dijo.

Un consejo final para los jóvenes de 100x35, fueron las tres P de Pedro Capó, una fórmula que ha aplicado a su carrera, dijo. Se trata de dirigirse con pasión, 'hay que tener un fuego por dentro que te empuje en un camino que viene con mucha crítica, que es necesaria'; de actuar con perseverancia, 'hay algo mágico en la repetición, en el seguir, el caerse, levantarse, agarrar fuerza, agarrar una crítica y trabajar con eso, sin que se apague'; y por último, ejercitar la paciencia, o estar conscientes de que los resultados no salen de la noche a la mañana.

Una luz verde iluminaba desde atrás el prestigioso escenario por el que han pasado grandes de la música, un escenario repleto de sillas negras vacías, con una mesa llena de violines, e instrumentos de percusión a su alrededor. En una esquina, un piano de cola. En él se sentó Peña luego de la charla para tocar la melodía de 'Soñando con Puerto Rico' de Bobby Capó, el abuelo de Pedro. Peña al piano, prestando su voz a algunos versos. Capó con micrófono en mano. Los chicos, embelesados, aplaudieron con fuerza.

En la actividad, también estuvieron presente Helen González, directora del programa 100x35, e Ilsamar Hernández, decana del Conservatorio. Ambas resaltaron la importancia de iniciativas como esta para apoyar a los estudiantes a cumplir sus metas y fortalecer su futuro, a través de una educación sensible y rigurosa como el camino de la música.