Una guerrera se despide tras batallar por sus hijos con cáncer
Llegar a los 40 años es un logro en su familia. El cáncer le ha arrebatado a tíos, primos, e incluso al padre, la hermana y a ambos abuelos. El domingo le tocó a ella. Murió a la edad de 35 años, pero no sin antes jugarle una entrampada al destino.
EbelindaValle Rey se esmeró tanto por sus tres hijos, dos de ellos pacientes de cáncer, que se ganó el apodo de guerrera. Los cuidó con su vida para que no padecieran del mismo mal, para que no perecieran y punto. Esa batalla la ganó. Murió el domingo en el Doctor Centers Hospital. Cerró los ojos y falleció. Dicen que partió tranquila: sus hijos de 14 y 13 años se encontraban en un campamento, disfrutando de la piscina y no sufriendo el frío de un hospital. Ambos niños podían ser catalogados como sobrevivientes. Desviaron junto a ella esa curva horrible de mortalidad familiar, y por eso, se fue con la esperanza de que tendrían larga vida y crecerían en paz.
El camino a la Alianza Cristiana y Misionera, donde velan su cuerpo, es estrecho y pedregoso, después de pasar cuerdas y cuerdas de terrenos de siembra de café. Valle Rey iba fielmente todas las semanas, como le habría enseñado la tía cuando niña. Y así ella le enseñó también a sus niños a sostenerse en la fe que profesa. Quizás por eso es que los tres pudieron proyectarse con tanta serenidad.
La prima María Irene Vargas va sumando con los dedos la cantidad de tíos y primos, que han muerto de cáncer. Son muchos. Hay un largo historial familiar; una genética asesina. 'El cáncer no debería existir', dice convencida ante el sinrazón de la enfermedad terminal.
Tras haber recibido quimioterapia por cáncer de seno, Valle Rey descuidó sus propias terapias, admitió la prima. Tres años después, en marzo de 2015, fue diagnosticadade cáncer en la espina dorsal. 'Se dedicó a cuidar de sus hijos... Queremos que sepan la mujer que fue, la guerrera y heroína', dijo quien le asistió con el cuidado de los hijos.
'Sé que por el amor tan grande que nos tuvimos, siempre va a estar cerca', contestó sobre los recuerdos que tiene de ella, que le permiten prolongar su vida. Destaca la risa incontrolable y contagiosa, así como las burlas por el chichón de unicornio que le salió en una ocasión en la frente.
'No tenía estatura física, pero era grande en corazón y fuerza para luchar', agregó.
Los tres niños quedarán bajo la custodia de sus padres.