Saúl Dávila lleva años perfumando con sus azucenas al Viejo San Juan
Por más de veinte años, los residentes del Viejo San Juan se llevan levantando con el pregón de '¡Aaaazucena!'.
Todos saben de quien se trata, pues Saúl Dávila lleva perfumando todas las calles de la ciudad adoquinada sin nada más que su mercancía en el antebrazo y una voz que se ha convertido en un símbolo de la vecindad. Sin embargo, el vendedor no precisa de palabras para anunciar su llegada, las azucenas lo delatan.
Cumpliendo el mismo oficio que su padre, el microempresario se traslada al Viejo San Juan a pie, al igual que a otras vecindades tales como Santurce, la Calle Loíza y el Condado con el fin de vender sus azucenas, tanto para uso residencial, como para los dueños de negocios. La trayectoria del autogestor, oriundo de Río Grande, se ha convertido en una insignia para la comunidad, a tal escala, que le dedicaron una comparsa el viernes durante las Fiestas de la Calle San Sebastián en su honor y el maestro artista Pedro Adorno lo inmortalizó con su propio cabezudo.
La idea de la comparsa nació de un grupo de vecinos y amigos de Sylma Sánchez y su esposo Julio, quienes al percatarse de la limitada oferta cultural entre las comparsas de las celebraciones de la Calle San Sebastián del año pasado, decidieron liderar un grupo que trabajase para la creación de una completamente nueva.
Este proyecto surgió durante las Fiestas del 2014. Nos dimos cuenta que las comparsas tenían una temática comercial … así que decidimos montar una para el año siguiente que toque el aspecto cultural de estas Fiestas comentó Sánchez, quien admite ser una reciente vecina del Viejo San Juan.
El próximo paso a seguir en el nuevo proyecto era encontrar una temática, por lo que la pareja decidió llamar a Adorno, director de la agrupación Agua, Sol y Sereno y responsable de la confección de la mayoría de los famosos cabezudos que adornan las celebraciones navideñas.
'Llamamos a Pedro para coger los talleres de cabezudos y en una de las reuniones alguien sugirió dedicarle la comparsa a Saúl (Dávila) y nos pareció perfecto' abundó Sánchez.
Sujetando sus azucenas como una extensión de sí mismo y afirmando en breves palabras acompañadas de una sonrisa que se desdibuja bajo su grueso bigote, Saúl reacciono con afecto y humildad al homenaje. 'Me siento muy feliz y muy orgulloso', dijo.