Tenaz y aguda la pluma detectivesca de Pancho Velázquez
Como periodista, Francisco 'Pancho' Velázquez aprendió a observar y a tener el oído de un perro. Apuntar gestos y frases se había convertido en uso y costumbre durante casi toda su vida, pero desde hace 18 años, la imaginación reemplazó los datos. Así, jugando a escribir, o más bien a desordenar lo que ya está escrito, nació Dolores Cardona, hecha de fragmentos de muchas mujeres de su vida.
La protagonista de su novela, una detective treintona, sobrevivió a seis relatos cortos, tres de los cuales se habían publicado previamente en una trilogía, mientras cinco habían publicado de manera individual, en Amazon, en el transcurso de cinco años. En ese gran anaquel cibernético, comparten tablilla con unos ocho millones de libros. 'Es como si estuviera en la gloria... No existe', bromea el autor.
Por eso, el periodista celebró la publicación, en noviembre, de la novela 'El último asalto del Zurdo Galíndez', que es la compilación de los seis relatos, con uno agregado que no había salido previamente, y que permitió dar los últimos toques para 'apretar y cerrar' la trama.
Velázquez, de 65 años, ha escrito ficción desde mucho antes de su retiro. Jugaba con alternar palabras y armar cuentos cortos, pero no fue hasta hace seis años que empezó a 'escribir en serio' o, como él mismo lo define, 'a empezar y terminar'.
Asegura que el problema del libro no es escribirlo, sino conseguir un editor, y los chavos para imprimir. Ese apoyo se lo brindó su amigo Rafael Acevedo, a través de La Secta de los Perros. Desde que se materializaron sus inventos, Velázquez se ha sorprendido por la acogida que han tenido sus relatos. 'Que en tres semanas se hayan agotado todos los libros... Ni le pasó nunca a Cervantes. Solo a Paulo Coehlo', relaja.
Tras 25 años en periodismo, principalmente con experiencia en la cobertura policíaca, no es sorprendente que el estilo claro, breve y estructurado haya influido en su narrativa.
En la cobertura de la realidad, la ficción a veces se queda corta. Hay relatos policiacos que sobrepasan la ficción.Velázquez rememora que durante sus primeros años como reportero de El Vocero, tenía un jefe de redacción, quien siempre sugería: 'en la calle hay un poema, hay una canción... ponle música'. Fue con esa filosofía que se formó, en una época en que los reporteros iban a la escena del crimen, hablaban con los testigos y observaban al muerto.
'El Guerrero de la Luz... Es más fácil leer eso que leer de la miseria humana', reconoce quien nació en 1949, cuando en Puerto Rico se fueron erradicando las lombrices intestinales y la hambruna.
'El mundo fresita te lo puedes crear artificialmente, encerrado en la casa, donde todo huele a Listorín, hay buen whisky y jacuzzi... pero afuera hay gente que está conspirando...', criticó Velázquez, al sugerir que las notas policíacas pueden hacer que la gente reaccione.
Tras esas experiencias, no resulta raro entonces que Dolores Cardona haya sido una mezcla de ficción y realidad. Nació de una mirada, que no se quedó en silbido. Cuenta que es la mujer que caminaba por el Viejo San Juan, y se paraba en una esquina a fumar con impaciencia; pero también es muchas mujeres de su infancia.
'Hay unas mujeres de los 50, de cuando yo era niño, que tenían actitud... Eran mujeres inteligentes, echá's pa'lante... Nada como la legión de la pendejería y el delantal, que servían desayuno con collar de perlas', describe Velázquez.
La época fue escogida cuidadosamente. El relato está situado en el campo, donde la gente trabajaba 'como bestia'. Había culminado la Segunda Guerra Mundial. 'Había mucha emigración, pero la gente se regresaba. No como ahora... Es una radiografía, aquí había un hambre y una miseria espantosa', comentó.
También enmarca la cultura e identidad puertorriqueña. 'Es una novela puertorriqueña. Todo el mundo dice, ‘coño', ‘qué tiene?'. Todo el mundo bebe ron', detalla Velázquez.
El autor está convencido que a sus 65 años, aún le queda mucho que aportar en este género. 'A mí se me están acabando los días, pero les voy a sacar punta', comentó.
Acevedo opinó, por su parte, que las seis novelas cortas llevan el género detectivesco a un nivel comparable con cualquier autor iberoamericano. Comentó, además, que es el personaje femenino más poderoso de la literatura puertorriqueña. El libro está disponible en la librería Mágica y la librería La Tertulia.