Tranquilas las ventas de última hora
Sin mayores obstáculos, tráfico o garatas en las cajas registradoras se pudieron llevar a cabo las compras de último momento el miercoles 24 de diciembre, Nochebuena, en Plaza Carolina.
Las filas no fueron exorbitantes, ni tampoco hubo escasez de estacionamiento. Los empleados de las tiendas en su mayoría estaban de buen humor, en ocasiones adornados de pies a cabeza, y asistieron a los clientes en lo que necesitaron.
Los establecimientos de comida, juegos electrónicos y calzado fueron los más concurridos, mientras que las jugueterías y los departamentos de ropa para caballeros y damas no contaron con tanto público.
Los pasillos del centro comercial, recientemente remodelado, no estaban cargados y hasta el personaje de ‘Santa Claus', utilizado por miles para la tradicional foto navideña, no tuvo mucho trabajo. Literalmente en una hora posaron dos niños, uno de meses y otro como de siete años.
María Claudio dijo a Noticel que dejó para lo último sus compras debido a que 'conseguir el dinerito ha estado fuerte'. La mujer, empleada doméstica y madre de tres varones de cuatro, nueve y doce años, dijo que habló con sus vástagos y hasta los previno que quizás no les podría comprar regalos. 'El pequeño es el que todavía cree en Santa Claus y por él estoy haciendo el sacrificio. Los grandes me ayudan'.
Juan Ocasio, auditor, se volvió un lío comprando regalos de último momento para su hija de cuatro años. 'Yo le envió las fotos a la mamá para que ella me las apruebe porque no vivimos juntos. A mi nena le encantan las Barbies y quise buscarle el regalo perfecto', comentó el caballero quien no manifestó carencia económica.
Gladys Vázquez, estilista, aseguró que estaba un día antes de Navidad comprando porque el tiempo no le daba. 'Me la paso trabajando y hasta ahora tempranito fue que pude venir a comprar. No tengo hijos, pero le regalo a tres sobrinos que adoro como míos y todo lo que quería lo encontré sin filas ni problemas. No sé por qué la gente hace tanto revolú en esta temporada para los regalos'.
Lo cierto es que los consumidores lo pensaron dos veces a la hora de comprar sin mesura, por aquello de sobrevivir la crisis económica, y segundo hay menos dinero en la calle porque decenas de patronos no pudieron pagar bono navideño. El verdadero regalo es la intención y no importa lo grande o pequeño que sea lo que vaya a ofrecer.