El manga y el anime se unen en un plan para combatir la piratería 'online'
Las quince principales editoriales y productoras de manga y anime de Japón lanzaron hoy una iniciativa para combatir la distribución no autorizada de sus productos en internet tanto en el país asiático como en el extranjero.
El proyecto ha sido lanzado por el Comité Antipiratería del Manga y el Anime, integrado por las quince entidades -entre las que se cuentan gigantes editoriales como Kodansha y Shueisha y productoras como Toei o las principales cadenas de televisión niponas- y creado en 2013 por el Ministerio nipón de Economía, Industria y Comercio.
La iniciativa, bautizada como 'Manga-Anime Guardians', tiene previsto cumplir tres objetivos, según un comunicado remitido por el comité.
El primero es la retirada de materiales subidos a páginas sin autorización de sus titulares; el segundo, guiar a los consumidores de estos productos desde estas páginas a otras legitimadas por las entidades; y el tercero, fomentar la importancia de respetar los derechos de autor de estas obras entre lectores y espectadores.
A partir del 1 de agosto y durante los próximos cinco meses se procederá a retirar unas 580 obras colgadas sin permiso en internet y a buscar nuevas páginas que hayan subido productos sin autorización.
La iniciativa ha lanzado hoy una web (manga-anime-here.com), accesible también desde smartphone, que facilita enlaces para efectuar descargas de pago de muchos títulos de manga actuales.
El proyecto busca atajar la distribución no autorizada en la red de series y películas de anime, las cuales suelen ser subtituladas para el público extranjero por grupos de seguidores que aseguran no tener afán de lucro y buscar con ello la difusión de materiales que o no se distribuyen en estos mercados o lo hacen con mucho retraso.
Con el mismo objetivo aseguran actuar los individuos involucrados en el llamado 'scanlating', fenómeno que también pretende atajar esta iniciativa y que consiste en escanear páginas de manga, borrar los textos originales en japonés e introducir textos subtitulados por cuenta propia en distintos idiomas para subirlas a internet.
En cualquier caso, páginas que albergan estos contenidos sí podrían estar generando ingresos por publicidad.