'Cheo amaba a su pueblo': auguran gran fiesta popular en su entierro (video)
Jose Luis 'Cheo' Feliciano aún no había preparado la maleta. El accidente de auto que sufrió en la madrugada del jueves le sorprendió en momentos en que el cantante se proponía ofrecer un concierto en el extranjero junto a otros grandes de la salsa. Murió a sus 78 años, con la maleta afuera como obrero que responde al mandato de la salsa.
La muerte de quien consagró su vida a la música tomó por sorpresa a la familia, no sólo sanguínea, sino también la extendida como él cariñosamente llamaba a su pueblo. Su viuda, Socorro 'Cocó' Prieto, se expresó ante los medios con serenidad y fortaleza. Acompañada de sus allegados, la mujer pidió que el país lo recuerde y ame tanto como él amó a su pueblo.
Tal como acostumbró durante los 56 años que llevaban casados, Cocó, ya tenía la maleta lista para salir juntos el viernes a Acapulco (México), donde el cantante tenía un compromiso con los Salsa Giants. Mas el viaje quedó interrumpido por el trágico accidente con un poste eléctrico en la madrugada del jueves cuando Feliciano regresaba de una noche de juego en el casino.
Frente a su residencia en Venus Gardens, en San Juan, una decena de familiares y amistades escoltaban a la viuda. Las lágrimas pronunciaban su discurso interrumpido únicamente por las sonrisas ocasionales cada vez que recordaba alguna anécdota de quien fue su compañero. 'Siempre le dije: ‘yo me voy primero que tú... Tú vas a verme ahí en esa fosa y vas a estar ahí (entonando) Amada Mía'', contó al recordar las risas de Feliciano, quien le contestaba que no sería así.
Cocó lamentó que su esposo no tuviera puesto el cinturón de seguridad cuando regresaba del casino. 'Yo era quien lo obligaba a ponerse el cinturón cuando iba conmigo', comentó la mujer quien acostumbraba a guiar debido al proceso de recuperación en que se encontraba Feliciano desde que fue diagnosticado con cáncer de hígadoen verano del año pasado, además del desgarre que tenía en un brazo.
Pero el cáncer no fue la única batalla que enfrentó el artista, quien ingresó al programa de rehabilitación de Hogar CREA en 1969 por su adicción a la heroína, cuando lo llevó su amigo, el fenecido compositor Catalino 'Tite' Curet Alonso. A su salida del centro, en 1971, retomó su carrera con el exitoso tema de Anacaona y su primer álbum con 'La Fania'. Desde entonces se ha dedicado a colaborar con la institución. Tan pronto como el próximo domingo tenía planificado entregar certificados de rehabilitación a decenas de pacientes.
Si se pudiera condensar de alguna forma, la vida de Feliciano se caracterizó por la fidelidad a sus tres grandes amores: la música, a la que le dedicó 50 años de carrera; su esposa, Cocó, con quien cumpliría el 57 aniversario en octubre; y Puerto Rico, en donde nació y se estableció, a su regreso de Nueva York, desde hace cuatro décadas.
Los vecinos, asomados desde la marquesina, lo describieron como una persona sencilla, que siempre tenía una sonrisa. Una persona con la cual se cruzaban y compartían en cualquier negocio de esquina. Coincidió el manejador artístico, Richie Viera, quien describió a Feliciano como un hombre 'trabajador' que nunca veló por acumular riquezas. Lo denota la urbanización en la que vivió durante 40 años, donde residen, en su mayoría, familias de clase media. 'Nunca fue un hombre rico en dinero, pero rico entre la gente por el cariño que le profesaban', destacó Viera.
El geógrafo cultural y 'cocolo', Rafael Díaz, opinó que son esa sencillez y carisma las que lo erigieron como uno de los más grandes iconos de la salsa. 'Más allá de la aportación musical, y de las canciones que quedan grabadas, Cheo Feliciano fue parte de esa camada de salseros a quien la gente veía como su hermano', comentó al diferenciarlo de la nueva generación de artistas que son considerados como músicos de estudio.
'Estoy seguro que la gente se va a desbordar en una fiesta de pueblo como lo hicieron con Maelo Rivera y con Tite Curet porque los veían como parte de sus vidas', agregó el profesor de la Universidad de Puerto Rico, en Humacao.
Ya lo había cantado Cheo antes, en la composición que le hiciera su amigo Tite Curet: 'Las amapolas del cariño verdadero son el mayor homenaje de mi gente de arrabal'. Y en otra composición profundizaba sobre la riqueza de ser pobre: 'la riqueza de ser pobre es el amor; el puro amor, que ni la muerte se lo lleva'.