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Exposición suiza revela a Edward Munch, el grabadista

La creación de grabados, una de las facetas más prolíficas aunque menos conocidas del artista noruego Edvard Munch (1863-1944) se dará a conocer mañana en el museo Kunsthaus de Zúrich, en una muestra que reúne 150 litografías y xilografías pertenecientes a un coleccionista privado anónimo.

Con ocasión del 150 aniversario del nacimiento del artista, y hasta el 12 de enero de 2014, la pinacoteca de Zúrich acoge esta exposición de estampas en papel que, hasta ahora, nunca se habían mostrado al público, informó hoy el museo.

En su obra como grabadista, Munch reflejó las mismas inquietudes que en sus lienzos, es decir, las experiencias fundamentales de la existencia humana, como el amor, el dolor, la pasión, la muerte, la soledad o la pena.

Los grabados de Munch -precursor del expresionismo, y clave en la evolución de la pintura del siglo XX- incluye litografías y xilografías de gran formato, fundamentalmente coloreadas a mano, aunque también hay prematuros experimentos de impresión sobre papel de color.

'Es solo en estos trabajos donde se puede apreciar completamente el rico cosmos que configura la obra única de Munch', precisaron desde la pinacoteca suiza.

En sus comienzos, Munch recurrió a las estampas por razones comerciales, pero pronto adquirió un gusto por las posibilidades técnicas del grabado, que le permitía desde jugar con los colores hasta experimentar con diversos materiales y soportes.

En estos trabajos gráficos, Munch recurre sobre todo a una paleta de colores rica y sutil, un anticipo de la gama más radical y violenta, plagada de contrastes, de la que se adueñaron los expresionistas alemanes de 'El puente' o 'El jinete azul'.

Sin embargo, en otras ocasiones, el genio noruego reduce su abanico cromático para condensar al máximo el poder expresivo de sus alegorías visuales.

Esta completa, y hasta ahora inédita, colección de grabados ofrece una visión global del imaginario de la obra del artista, ya que reproducen, en la mayoría de los casos, los mismos motivos iconográficos ya vistos en sus lienzos, como el icónico y desgarrador 'El grito', 'Madonna', 'Angustia', 'Melancolía' o 'El pecado'.

Hasta seis versiones en litografía de su 'Madonna', se pueden disfrutar en esta muestra; impresas bien en papel japonés, bien en cartón; y coloreadas con tiza o tinta.

La exposición también ofrece una lectura cronológica de la evolución estilística del artista, que coqueteó con el simbolismo en sus inicios, para llevar su estilo marcadamente expresionista a un motivos propios del realismo.

También hay grabados que sorprenden incluso por su minimalismo casi contemporáneo.

La singularidad formal de su imaginario, su audacia expresiva y el radicalismo de los temas que plasmó en sus trabajos convierten a Munch en un artista clave de principios del siglo XX, considerado como uno de los precursores del expresionismo.

Una impronta, la de Munch, más que notable en artistas de la segunda mitad del siglo pasado, como Francis Bacon (1909-1992), Antonio Saura (1930-1998) o Joseph Beuys (1921-1986); y que todavía inspira a artistas contemporáneos.

Litografía 'El Grito', del artista noruego Edvard Munch, de la exposición 'Edvard Munch. 150 Master Prints' (EFE)
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