La Asociación de Productores Cinematográficos y Audiovisuales catalagó como un 'esfuerzo' la iniciativa del laboratorio de guiones de la Corporación de Cine, pero advirtió que el enfoque comercial de esta entidad es muestra de una visión limitada que no valora el aporte social y cultural del cine, ni se sustenta en conocimiento real sobre la complejidad que representa hacer cine en Puerto Rico.

La junta de directores de APCA, junto a varios productores puertorriqueños, le exigieron el lunes a la corporación que se enfoque en desarrollar el potencial artístico y económico de la comunidad cinematográfica, en vez de calcular una recuperación económica, que cada vez es más incierta. Los comentarios se produjeron en respuesta a las expresiones que hizo el director de la corporación, Demetrio Fernández Manzano, sobre cambios 'favorables' al Fondo Cinematográfico. 'Queremos invertir dinero en un producto que sea rentable, que devuelva la inversión y gane dinero', reiteró en conferencia de prensa, el 5 de septiembre.

El grupo de productores destaca, sin embargo, que el monopolio que tienen Caribbean Cinemas y el cine Hollywoodense en las salas de exhibición son los verdaderos factores que impiden la recuperación económica de las películas. Afirman que, por el contrario, la producción basada en la diversidad de contenidos, no necesariamente comerciales, puede cosechar éxitos en prestigiosos festivales internacionales y presentarse en diferentes países. Tal es el caso del cortometraje Mi Santa Mirada, que presentó en Cannes, y de los filmes I'm a Director y Under my Nails, que no contaron con el apoyo económico de la corporación.

Los cineastas informan que, incluso, se han sacado de sala películas puertorriqueñas que estaban haciendo buena taquilla por la presión de otros distribuidores. 'Nos sacaron del cine una semana antes de concluir nuestro acuerdo de exhibición para repartir nuestras tres salas a otras películas, por ejemplo darle una sala adicional a la película Paranormal Activity que ya contaba con cuatro salas en los cines de Plaza las Américas', denunció Ari Maniel Cruz, director de Under My Nails.

La inversión publicitaria de las casas productoras estadounidenses tampoco es competencia con los presupuestos con que cuentan las películas puertorriqueñas. Ni siquiera la película Broche de Oro, que se exhibió durante nueve meses, pudo recuperar la totalidad del préstamo otorgado por la corporación, aseguran los cineastas. 'Enfocarse exclusivamente en la posibilidad de recuperación económica limita enormemente el desarrollo de nuestra industria', resaltó Karen Rossi, directora del documental Isla Chatarra.

La visión del gobierno es contraria a la que han asumido grandes industrias Iberoamericanas como España, Argentina y Brasil, que tienen un promedio del 27% de sus salas exhibiendo películas nacionales. 'La mayoría de los países alrededor del mundo subvencionan su cine para proteger su identidad cultural ante la hegemonía de Hollywood y su aparato publicitario', lee el comunicado. Los recursos se emplean en planes estratégicos como la creación de audiencias, la inversión en infraestructura y la incubación de proyectos. Emplear sus esfuerzos en la recuperación económica meramente sería, según el grupo, gestionar sus planes en la mera especulación. 'El cine es una inversión de alto riesgo y su éxito es imposible de predecir', aseguran.

Las críticas también fueron dirigidas hacia la campaña de Puerto Rico La Isla Estrella, que inició con un costo de $2 millones, más de la mitad con el que cuenta el fondo cinematográfico.

'Esto es desmoralizante. La campaña no recupera dinero, se recupera en levantar la autoestima del país. Sin embargo, el cine es una herramienta de recuperación social mucho mas poderosa, pues ofrece taller de trabajo para nuestros creadores, expresa nuestras realidades sociales, instruye sobre nuestras historias y sirve de embajador de nuestra cultura a través del mundo cuando se presentan nuestras películas en festivales y nuestros directores se dan a conocer', resaltó la productora Ilia Vélez.