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Historia detrás de las panaderías socias: Kasalta, La Ceiba y España

Kasalta, La Ceiba y España comparten muchas cosas además de ser panaderías españolas: sus dueños son socios y a traves de varias decadas, han sido compañeros que se ayudan y se complementan en el quehacer diario de sus respectivos negocios. Pero, ¿cómo comenzaron a establecerse en Puerto Rico? ¿Cómo es un día normal de trabajo en cualquiera de sus establecimientos?

Jesús Herbón, propiertario de Kasalta, vino a Puerto Rico por primera vez a sus 23 años con el fin de pasar una Navidad en casa de una tía que residía en Ponce. Venía de la región norteña de Galicia.

'Me gustó y me quedé', contó a este diario digital.

Luego, aprovechando su cercanía a los negocios españoles de ese entonces, decidió comprar Kasalta a Carlos Cela, un comerciante cubano que ya había creado el negocio con ese mismo nombre. Decidió no cambiar el nombre debido a que la clientela ya estaba establecida y podría haberse afectado.

Actualmente, casi 25 años después, todavía quedan empleados que llegaron incluso antes que Herbón y, como dato curioso, su tía, la ponceña que fue a visitar en su primera visita a Puerto Rico, también trabaja con él.

Sostuvo, además, que a lo largo de estos años ha visto mucho cambio en el gusto de los puertorriqueños, por ejemplo en el menú de lo que consumen.

'La gente va variando sus gustos, llega el momento en que el pernil era lo que se comía hace muchos años, ahora quieren comer más saludable. Esos cambios son los que te mantienen activo, lo que te hacen darle vuelta a la manzana y reinventarte', reflexionó.

También agradeció que los puertorriqueños sean gente 'hospitalaria y cariñosa', y que en parte eso lo ayudó a quedarse.

'Eran otros momentos, pero aprendí muchas cosas que si no hubiera venido a Puerto Rico nunca hubiese aprendido. Este es un país muy pequeño y hay que andar vivo, si duermes te lleva la corriente. Eso te ayuda a desarrollar más tus destrezas. Es una continua competencia', añadió.

Manuel Llamas, de la España, lleva trabajando en el negocio desde que tiene 16 años. Actualmente tiene 32 y dice que no se ve en otro lugar por el momento. Comparte la dirección de esa panadería con Pepín, uno de los dueños originales.

En un principio, cuando comenzó como co-propietario, pensó en expandir el negocio a otras partes de la isla, pero debido a la inestabilidad económica, desistió.

'No sé si sería una inversión sabia', sostuvo.

En el caso de Juan Campillo, de La Ceiba, nació en Puerto Rico, pero volvió a España siendo muy pequeño.

'Soy puertorriqueño a pesar de mi acento. Yo me crié en España. Llegué al negocio porque mi padre comenzó, junto a todos los socios actuales. Luego yo entre aquí', detalló, mientras contaba que cada día en su negocio es 'una aventura', aunque ya se ha ido acostumbrando con el paso de los años.

'A las 5 de la mañana empiezan los de repostería y panadería. Ya a las 6 está abierta al público hasta las 10 de la noche. Hay una especie de metamorfosis de negocio durante el día. Del desayuno y el café se pasa a encuentros de gente a la media mañana que se reúnen para un almuerzo temprano, hasta un restaurante al mediodía, con sus cervezas y todo. Ya en la tarde, es de meriendita y en la noche es un lugar de tapas, de vinos, de bebidas. Es muy diferente la dinámica de las 7 de la mañana a las 8 de la noche', detalló.

En esto coincidióHerbón, pero añadió que la tarea es más ardua todavía porque nada de lo que se vende o se prepara viene'ready to eat', es decir, todo se confecciona en el mismo negocio con ingredientes que son cuidadosamente elegidos.

'Usamos jamón dulce, por ejemplo, y el pan lo confeccionamos nosotros', detalló.

La Ceiba tiene 50 años desde que fue creada y es la más antigua del trío, que fue ideado en un principio por los hermanos Jesús y Manuel Ceide.

Hoy, los socios que están a la cabeza de estos negocios, mantienen una relación corporativa y comercial en sus respectivas panaderías, aunque cada una es distinta porque no tiene los mismos dueños. Esto no ha sido obstáculo, según Herbón, para que los socios de las tres panaderías se inhibana la hora de compartir ingredientes de cocina y hasta recetas de confección de comida.

'Yo creo que aunque no fuéramos socios, dada la relación que hay, seguiríamos funcionando igual. Yo no niego nada a nadie, yo creo que enseñando aprendes, es ley de vida. Un día tú necesitas y otro día necesitarán de ti. En eso nunca fui muy cerrado ni celoso en dar, porque así aprendí yo también, preguntando', finalizó.

*Ver también:

Panaderías españolas: un legendario negocio no exento de los golpes económicos (galería)

Productos de la panadería España (Foto: Jean Martínez)
Foto: