Joaquín Monserrate: un padre orgulloso de criar enemigos de la injusticia
Para el reconocido licenciado, Joaquín Monserrate Matienzo, la paternidad ha sido un proceso placentero, que le ha brindado la oportunidad de destilar amor y enseñar la justicia. Quizás por eso, para su hija, Dora Monserrate Peñagaricano, ha sido un 'llamado natural' trabajar junto a el como socia en el bufete Monserrate & Monserrate.
'Lo más que he disfrutado de mi profesión, y cuida'o que la he disfrutado, son los años que he trabajado con mis hijos', confirma Monserrate Matienzo. El abogado penalista tuvo el placer de trabajar mano a mano con su primogénito, Joaquín, durante tres años, hasta que éste aceptó un trabajo en Indonesia con el gobierno estadounidense.
'Fueron tres años gloriosos; insuperables, hasta que llegó Dori con sus diez años aquí, que han sido espectaculares también', comentó el orgulloso padre de tres.
Con su hija, Dora Monserrate Peñagaricano, ya va para diez años como socio, en una relación profesional de la que ambos se han nutrido. 'Yo hice mi primer caso criminal con él, y él hizo su primer caso civil conmigo', detalla Dora durante la entrevista en la oficina.
En esta etapa de la relación, los elogios no son unidireccionales. Se comparten de parte y parte. 'Es una abogada con mucho talento, muy estudiosa, con mucha habilidad y dedicación', asegura el padre sobre su hija, quien se ha dedicado a la litigación de casos civiles, comerciales y ambientales, además, de haber seguido el consejo del papá de dedicarse al servicio público por unos años como Asesora Legal General de la Compañía de Fomento Industrial de Puerto Rico.
De su parte, Monserrate Matienzo sólo agradece el poder tener a sus hijos cerca, como ocurría cuando éstos eran apenas unos niños. 'Para un padre, llegar a la oficina y ver un hijo que ya está viviendo por su cuenta, y verlo todos los días, darle un abrazo y un beso, eso es una delicia', comenta, quien se ve a sí mismo como un padre amoroso y cariñoso.
En la etapa de la infancia, tanto Joaquín como Dora contaban con una presencia paterna que no se limitaba a los fines de semana, o a unas dos o tres visitas mensuales, de acuerdo a lo que estipulan los cánones de custodia. A pesar de contar con padres divorciados, Dora asegura que de niña compartía más con su papá que algunos niños de padres casados.
'Yo llamaba un miércoles y les decía: voy a buscarte para ir a un juego de pelota o al circo. Vamos a un bote con unos amigos. Nunca hubo un impedimento de parte de la madre', detalla el abogado.
Esa cercanía ha provocado múltiples enseñanzas que se han dado tanto dentro del Tribunal, como fuera. Entre los valores arraigados a la figura de su padre, Dora menciona la discreción, la sensibilidad y la entrega.
'Yo veía cómo muchos de los clientes de papi se convertían en sus amigos, y eso lo he aprendido de él porque uno desarrolla una relación con los clientes en que de verdad te sufres en carne propia los casos', comenta la licenciada.
Padre e hija debaten sobre quién es el mejor equipo entre los Yankees y los Red Sox. (Juan Costa / Para NotiCel)
Otra cosa que dejó marcada en la vida de sus hijos, principalmente en el menor - Víctor Monserrate Matienzo -, es la afición por el deporte. En su casa nunca faltaban las conversaciones y discusiones sobre los partidos de pelota y baloncesto. Tan es así que fue jugador de baloncesto superior y Presidente de la Liga de Béisbol Profesional.
En esa misma línea, Víctor de 27 años, ha representado a Puerto Rico en el deporte de fosa olímpica. 'Yo espero que cuando llegue de la maestría siga en eso porque a la verdad que es muy bueno', comenta Monserrate Matienzo.
Tanta era la afición deportiva que durante los paseos de carro, Dora recuerda que su padre les hacía adivinanzas de pelota. 'En vez de jugar veo veo, eran adivinanzas: ‘Quién es la tercera base de Cincinnati? Quién es la primera base de los Phillies?'' - y agrega entre risas - 'yo se las sabía todas'.
Devoción a la familia
En tono más serio, el reconocido abogado reflexiona que si algo influyó en su rol como padre dedicado y amoroso con sus hijos fue el ejemplo y devoción de su madre.
'En mi casa siempre se destilaba amor', comenta. 'Mi madre fue persona ejemplar con una devoción a su familia muy grande. La vida la llevó a eso porque quedó huérfana siendo una adolescente y tenía muchos hermanos que ayudó a criar. Una persona talentosísima y trabajadora', agrega rápidamente.
Si algo este abogado criminalista ha buscado enseñar con vehemencia a sus hijos durante la crianza, ha sido la enemistad natural contra la injusticia y los abusadores, según él mismo indica.
'Les he enseñado siempre - y ellos se deben haberpercatado- de esa enemistad natural contra las injusticias porque los tres son individuos, que yo veo en su vida y proceder, que son gente justa, y eso me da a mí la mayor satisfacción que me puede dar', finaliza.
De izquierda a derecha: JoaquínMonserratecon sus hijos: VíctorMonserrateMatienzo, DoraMoserratePeñagaricanoy JoaquínMonserratePeñagaricano. (Suministrada)