Arquitecta puertorriqueña a cargo del Highline Park, en Manhattan (galería)
La arquitecta puertorriqueña, Isabel Castilla Huyke, es la nueva profesional a cargo de un proyecto revolucionario en Estados Unidos. Se trata del diseño y apertura de la tercera sección del Highline Park en Nueva York, uno de los parques más innovadores en la historia de la nación americana.
El Highline Park ha sido un modelo en términos arquitectónicos por aprovechar la estructura de una ferrocarril donde no transitaba un tren desde 1980. Cuando la única propuesta que planteaba el estado era la demolición, surgió una propuesta diferente y original: reutilizar y transformar el espacio para crear un parque sobre el cielo.
El resultado atrajo más de 2 millones de personas durante el año siguiente a la apertura de la primera sección, en 2009.
'Nos hemos sorprendido ver cómo el diseño ha permitido que un espacio tan angosto y restringido tenga tanta flexibilidad. El grupo Friends of the Highline (organización sin fines de lucro que vela por la preservación del parque) hacen varias actividades, que van desde un tendedero de obras artísticas, proyectar películas al aire libre, hacer fashion shows; y nos sorprende ver cómo el parque ha dado lugar a este fenómeno de actividades en un sitio tan restringido', comentó Castilla Huyke.
La joven arquitecta se trasladó a los Estados Unidos para cursar sus estudios de maestría, luego de culminar su bachillerato en arquitectura en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Esta tercera sección que le ha sido asignada como parte de su trabajo en la firma James Corner Field Operations, representa un reto por tratarse de una reliquia de gran importancia para Nueva York.
'Es definitivamente uno de los proyectos más conocidos y más retadores que me ha tocado. Es bastante complejo porque estas trabajando con una estructura existente con un espacio limitado y al tratarse de un proyecto bien importante para Nueva York tienes que asegurarte que el diseño responda a todas estas personas, sin que pierda tu visión como diseñadora', aseguró.
El trabajo de Castilla Huyke consiste en continuar jugando con el mismo vocabulario de diseño que ya se ha utilizado, pero dándole un sello original e interesante. 'Le estamos dando un twist para que las personas puedan caminar sobre lo que era el tren y estamos añadiendo un picnic table para que las personas tengan dónde comer', detalló quien previamente ha trabajado planes internacionales en Brasil y Australia.
Con una vista imponente hacia el Empire State Building, la Estatua de la Libertad y el Río Hudson, el proyecto ha tomado dimensiones culturales, socio- económicas y comunitarias inimaginables. Más allá de un espacio estético, el parque ha servido para elevar la calidad de vida de los residentes del residencial aledaño y del área en general, así como atraer nueva inversión y desarrollo.
Según datos de Friends of the Highline, la remodelación del parque ha generado medio billón de ingresos fiscales. Ya, prontamente, otras ciudades como Chicago y Detroit consideran aprovechar sus estaciones de tren abandonados para fines similares.
Para Castilla Huyke, el proyecto puede replicarse en cualquier ciudad. 'Me parece que es un acercamiento para el diseño y la arquitectura original... Está inspirado en lo que encuentras en el lugar, no tanto en algo que viene y se impone al sitio', concluyó.