La profesión de modelo comienza a regularse en el Reino Unido
No trabajar más de diez horas al día y tener al menos un descanso para comer son algunas de las reivindicaciones laborales incluidas en el primer código que regula en el Reino Unido el día a día de los modelos.
Desde hace años, varias figuras del mundo de la moda, como Kate Moss, han relatado o denunciado las duras condiciones en las que desarrollan su actividad profesional para publicaciones o diseñadores.
La edición británica de la revista 'Vogue', considerada por muchos como la 'biblia' de la información en este campo, ha sido la primera en lanzarse a la piscina y en comprometerse que los modelos serán contratados bajo unas condiciones 'dignas' en las sesiones de fotos.
Su promesa reside en la firma del código de diez puntos elaborado por el sindicato británico Equity -que agrupa a intérpretes y modelos- centrado en las horas laborales, los descansos, los seguros, los pagos o el transporte, entre otros.
El primer punto establece que la jornada laboral de los modelos para una sesión de fotos no puede exceder las diez horas y que, cada cuatro horas, como máximo, debe garantizarse un intervalo de al menos 15 minutos para descansar, comer y beber algo.
'Cláusulas como éstas parecen tan básicas que no necesitarían ser formuladas pero, desgraciadamente, deben serlo porque son la excepción más que la regla en la profesión', aseguró al diario británico 'The Guardian' la exmodelo neoyorquina Sara Ziff.
Los menores de 16 años también quedan bajo la protección del código, que prohíbe su contratación para trabajos en los que tengan que aparentar ser adultos o en los que se requiera que posen sin ropa.
En una industria en la que los modelos empiezan a trabajar casi siempre antes de cumplir esta edad, las sesiones 'sorpresa' en las que se les exige hacer un desnudo 'son rutina', según Ziff.
La exmodelo subraya la importancia de la regulación para los más jóvenes, normalmente 'demasiado tímidos' para hacer frente a las exigencias de las publicaciones o diseñadores al saberse 'altamente reemplazables'.
En este sentido, la supermodelo británica Kate Moss confesó a finales del año pasado que sufrió una crisis nerviosa con 18 años tras posar con poca o ninguna ropa en la sesión de fotos para Calvin Klein que la catapultó al estrellato en 1992.
También aseguró que al principio de su carrera estaba muy delgada porque 'trabajaba duro' y porque, al llegar al trabajo de mañana, 'no había comida' y 'nadie te llevaba a comer'.
La disponibilidad de alimentos y bebidas es otra de las normas que incluye el código de Equity firmado en principio por la 'Vogue' británica, con el objetivo de que se unan más publicaciones de moda de todo el país.
La obsesión por la delgadez de la industria de la moda ha llegado a provocar incluso que algunas jóvenes acaben ingresadas en el hospital debido a su desnutrición, según reveló recientemente Kirstie Clements, exdirectora de la edición australiana de 'Vogue'.
En su libro 'The Vogue Factor', publicado en reacción a su despido repentino de la revista, Clements denuncia las dietas extremas seguidas por los modelos, que llegan a comer pañuelos de papel para evitar los ataques de hambre.
Ziff explica que, bajo la 'apariencia brillante' de la industria, se camufla muchas veces una 'realidad muy dura' para los modelos, que sufren 'la falta de transparencia económica o de normas sobre el consentimiento para sesiones sin ropa'.
Por ello, el código precisa también que el modelo 'ha de ser tratado con respeto y profesionalidad' de manera que, por encima de todo, prime su 'seguridad, salud, bienestar y dignidad' durante todo el contrato.