El patio interior del Cuartel de Ballajá, en el Viejo San Juan se vistió de tango, electrónica y rock cuando el octeto de músicos profesionales de Bajofondo subió a tarima para formar la fusión perfecta de sonidos que le caracteriza.

En su segunda visita a Puerto Rico, la banda protagonizó un espectáculo donde predominaron los juegos rítmicos entre lo intenso y lo sublime. No hicieron falta las palabras. El grupo dejó que su música hablará por si sola, junto a las imágenes que la VJ, Verónica Loza, iba proyectando en tarima. El resultado fue una experiencia totalmente sensorial, donde lo visual y auditivo iban de la mano.

El concierto abrió a eso de las 10:00 p.m. con la intro del disco 'Presente', que rápidamente dio paso al golpe intenso de 'Código de barra'. La música llevó al público puertorriqueño en un viaje lento, que fue acaparando terreno poco a poco.

Ya cuando el octeto interpretó 'Pide piso', las personas estaban paradas de sus sillas bailando tango y más tarde, saltando al ritmo de la electrónica.

Cada músico interpretaba su instrumento con entrega y energía.

'Venimos del sur, de Río la Plata, Argentina. Vamos a estar tocando canciones de nuestro nuevo disco Presente', introdujó el múltiple ganador de Grammy y Grammy Latino, Gustavo Santaolalla, después de varios minutos de música ininterrumpida.

'Pena en mi corazón' fue la primera canción que cantó Santaolalla, con el apoyo de voces de los demás músicos. Mas tarde, Luciano Supervielle, pianista del grupo, transformó el ambiente con su música rap, haciendo gala de la multiplicidad de géneros musicales que domina Bajofondo.

El grupo tomó un breve receso para proseguir con más canciones en una noche donde predominó lo divertido, la energía y la música de calidad.