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Vida

A 23 pies de altura: una vez arriba, no hay mirada atrás (galería)

Subir aquellos escalones no fue tarea difícil, pero una vez llegue a la tabla, a 23 pies de altura, lo difícil era lanzarme al vacío. No hay mirada atrás, tampoco hay otra forma de bajar. El miedo es sólo una ínfima parte de la adrenalina.

'Inclina tus caderas hacia el frente. Estira tu mano derecha para alcanzar el trapecio', me instruye Caitlyn, como parte de la rutina dentro del Trapeze School of New York, en San Juan.

En un principio, me niego. El trapecio luce distante. Mi cuerpo está al borde del precipicio... Pero la seguridad que provee el equipo es reconfortante. Una red elástica espera a los estudiantes y trapecistas tras cada uno de sus 'vuelos'.

'La parte más espeluznante es inclinarse y brincar', admite la instructora. 'Después de superada esa prueba, es cuestión de fluir y disfrutar'.

Dentro de los dos meses que lleva la compañía en Puerto Rico, ya han participado personas de entre 6 y 86 años como estudiantes. El reto de agarrar el trapecio por primera vez es más psicológico, que de requerimiento o fuerza física.

'Me encanta ver la experiencia que tienen los estudiantes, la emoción, el terror y después que saltan, la alegría que les da saber que ellos pueden hacer algo que ven y solo sueñan de hacer en el circo', comentó Edgar Ortiz Campos, gerente general de la escuela.

La experiencia de colgar y columpiarse de la barra a varios pies sobre la tierra, resultó ser electrificante. Aún con las piernas temblorosas, la sonrisa brota en los labios tan pronto se pisa la red.

Y para aquellos que logran sostener el trapecio con sus rodillas y colgar boca abajo con los brazos tendidos hacia el suelo, resulta aún más liberadora la experiencia.

'Es increíble, es algo diferente a lo cotidiano', mencionó Emanuel Ramos, gimnasta acróbata, que llegó por primera vez a la escuela de trapecio.

'Siempre está la oportunidad de ver este tipo de cosas en el circo, pero nunca de hacerlo', mencionó por su parte, Joshua Vélez, quien se sentía emocionado con la experiencia.

El arte del trapecio siempre pasa como algo reservado para unos pocos... Atletas, bailarinas y acróbatas. Pero ya no. Trapeze School of New York ha hecho accesible la ciencia del trapecio para todos.

Frente a la barra y las cuerdas a 23 pies de altura queda un reto liberador para quienes deseen transformar su rutina y vencer sus miedos.

Para inscribirse sólo tienen que visitar http://puertorico.trapezeschool.com/ y enlistarse de manera sencilla vía Internet.

   

La intrépida reportera de NotiCel, Laura Quintero, se lanzó con el trapecio para poder contarte de primera mano. (Josian Bruno/NotiCel)
Foto:
La intrépida reportera de NotiCel, Laura Quintero, se lanzó con el trapecio para poder contarte de primera mano. (Josian Bruno/NotiCel)
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La intrépida reportera de NotiCel, Laura Quintero, se lanzó con el trapecio para poder contarte de primera mano. (Josian Bruno/NotiCel)
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La intrépida reportera de NotiCel, Laura Quintero, se lanzó con el trapecio para poder contarte de primera mano. (Josian Bruno/NotiCel)
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La intrépida reportera de NotiCel, Laura Quintero, se lanzó con el trapecio para poder contarte de primera mano. (Josian Bruno/NotiCel)
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