Argo: cuando la historia parece una aventura de ficción
Estrenó en los cines esta semana el filme Argo, dirigido por Mr. Ben Affleck que nos narra un evento que sacudió a los Estados Unidos y al mundo entero a principios de la decada de los 80: la toma de la embajada americana por revolucionarios musulmanes convirtiendo en rehenes al personal diplomático.
En 1979 ocurre una revolución motivada en una parte por los excesos del entonces Shah de Irán y en parte por el fanatismo religioso típico de Irán que no toleraba la libertad de religión y el secularismo que caracterizaba el régimen de entonces. El Shah logra escapar un enjuiciamiento político que hubiera terminado en una ejecución pública como ocurre frecuentemente en este país y recibe asilo humanitario en los Estados Unidos debido a que estaba padeciendo de cáncer avanzado y estaba siendo tratado en la Clínica Mayo. Esto provoca furia en un pueblo enardecido por la revolución extremista y desemboca en el rapto descrito a principios de esta columna.
Esta crisis fue lo que prácticamente definió la administración Carter. De los alrededor de 60 empleados de la embajada 6 logran escapar y guarecerse secretamente en la embajada canadiense lo que pone en marcha un plan orquestado por la CIA y su especialista en extracciones, el gobierno de Canadá, y un productor y un maquillista de Hollywood. Extraña combinación pero así fue como ocurrió.
La película es excelente en su narrativa. Desde el primer minuto logra despertar mucho interés y construye una atmósfera de tensión constante a lo largo de su duración. Es necesario decir que la dirección de Mr. Ben Affleck fue sencillamente impecable. Hemos visto como Mr. Ben ha evolucionado y madurado como director y este filme para mí ya lo posiciona en el círculo de directores elite. El libreto también es brillante y aunque trata a la mayoría de los personajes con cierta superficialidad, me parece que era necesario para enfocarse en el objetivo de la película que es narrar la odisea de los 6 rehenes en la embajada canadiense y el plan para rescatarlos.
Todas las actuaciones estuvieron muy buenas y el casting fue perfecto, incluso en los increíbles parecidos de los actores con las personas de la vida real que estaban representando. Pero tengo que decir que las actuaciones y posiblemente las líneas más memorables provienen de dos actores que aunque en roles secundarios son 'pivotales': Mr. Alan Arkin y Mr. John Goodman (personificando al productor y al maquillista respectivamente) y no me sorprendería que uno de los dos o ambos pudieran recibir nominaciones al óscar.
Recomiendo 100% esta película y ciertamente hasta ahora es de las mejores que ha llegado a nuestras pantallas de cine este año.