Campus peatonal: buena idea por mal camino (vídeo)
La intención de transformar el recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en un campus peatonal es una buena idea, pero con una mala aplicación.
Estudios en distintas ciudades y universidades han demostrado que el limitar el espacio que se le da al automóvil para otorgárselo a la gente aumenta la calidad de vida, fomenta la interacción entre personas y reduce la incidencia criminal. Sin embargo, como se plantea realizar en el primer centro docente del País conllevaría contratiempos en su implementación, según expertos en el tema.
La propuesta presentada por la rectora Ana Guadalupe a raíz de incidentes de actos lascivos, acoso y robos que se han reportado recientemente y con más frecuencia en el recinto incluye requerir a los estudiantes y empleados sello o permiso de estacionamiento, restablecer el proceso de expedir y cobrar multas y el remolque de vehículos. La pregunta que surge es cómo se le dice a toda una comunidad que no tiene otra forma de llegar al campus que ya no se puede estacionar dónde lo hacía antes, o que no puede transitar por el centro del recinto o que ahora debe pagar por algo que antes era gratis.
Tanto para el planificador Jardany Díaz Salgado, como para el urbanista y profesor asociado Gabriel Moreno Viqueira, la transformación del espacio es un proceso que toma tiempo. Contrario a una idea original de la rectora de comenzar con estas medidas el mes pasado. Los estudiosos en el tema también coinciden en que la idea guarda muchísima relación con la reducción del crimen.
'Aumentar los ojos en la calle, aumenta la vigilancia, por lo tanto va a haber más seguridad. Mientras más actividad haya, más personas están al tanto de lo que está pasando', apunta Díaz Salgado. Sin embargo, como se plantea en el plan de la rectora Guadalupe, la implementación requeriría que las personas deban mostrar sus tarjetas de identificación y que tengan un sello de estacionamiento, lo que a juicio del profesional puede ser peligroso porque se trata de una universidad pública. 'Es excelente idea que se quiera crear un recinto peatonal, pero tiene que haber la infraestructura adecuada para que esto funcione. El área de restricciones es una que va a traer mucho conflicto y mucho debate. Entiendo que aunque sí es buena idea que sea un recinto peatonal y que se quiera tener un recinto seguro, no se pueden violar los derechos ni a la intimidad a las personas. Es una universidad pública. O sea que no debe haber un sistema que le prohíba o restrinja la entrada a los espacios públicos a todo aquel que quiera visitarlos'.
El urbanista y profesor Moreno Viqueira, ha sido propulsor de la transformación desde que lo presentó en el Senado Académico en el 2000. Incluso, su plan de campus peatonal para el recinto de Río Piedras fue seleccionado por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) como parte de los cinco mejores a nivel de Estados Unidos. Comoquiera, no se ha implementado por no ser una prioridad, hasta ahora que resurge porque la administración se ha dado cuenta de que es una alternativa obligada si se quiere hacer de la universidad una más segura.
Aunque es fiel defensor de la idea, para el experto faltan dos elementos: la discusión con la comunidad universitaria y la infraestructura para que sea viable.
'Estas cosas toman tiempo. En todos los proyectos en los que yo he trabajado, cuesta varios años, cuatro o cinco, a la gente entenderlo y en que pueda empezar a tomar impulso', dice reconociendo que al inicio siempre hay resistencia de las personas cuando se les trata de bajar de su automóvil, 'pero cuando comienzan a ver la transformación quieren más'.
Moreno Viqueira utilizó el ejemplo del Condado, un espacio urbano que ha propiciado que las personas que allí residen no tengan que hacer sus gestiones montándose en un vehículo para ir a un lugar que les queda cerca. Por el contrario, van a pie o en bicicleta y los automóviles no ocupan las aceras, sino la gente, que tranquilamente puede sentarse bajo una sombrilla, al aire libre y disfrutar de un café o de una conversación. Entonces, el hecho de que los estacionamientos sean limitados, que haya solo un carril y que el tráfico se mueva lento, es beneficioso para quienes utilizan otros métodos de transportación porque se reduce la probabilidad de ser atropellados y se sienten más seguros.
De acuerdo con el experto, en el caso del recinto de Río Piedras, también hay una cuestión de justicia económica envuelta cuando se habla de campus peatonal. Y es que según estudios realizados por él mismo junto con sus estudiantes, tras la construcción del Tren Urbano, solo la mitad de los universitarios llega en vehículo privado al recinto. 'Pero el presupuesto de todos se va en mantener los estacionamientos, que requieren muchísimo gasto en mantenimiento, en iluminación en guardias de seguridad. Son espacios privatizados porque se pagan con el dinero de todos, pero es para los carros. Es un subsidio al automóvil'. Además, 'los estacionamientos nunca van a ser espacios seguros'.
Igual ocurre con las aceras que sirven de 'parking'. 'Hay una falta de conciencia de que la acera es un espacio público y no puedes privatizarlo con un carro'.
Para que esta transformación sea efectiva, dice el planificador Díaz, debe haber un proceso de educación a la comunidad, algo que no ha ocurrido en el recinto riopedrense. Se necesita una infraestructura de trolleys que sea efectiva, para que los estudiantes que no puedan llegar al área de otra forma que no sea en automóvil, puedan dejarlo en la periferia del recinto y transportarse luego hasta sus respectivas facultades, pero este servicio tiene que ser periódico y puntual para que funcione. Mientras, habrá que reacondicionar las instalaciones, crear paisajismo, texturizar aceras y conseguir que el espacio sea cómodo para caminarlo.
'Lo que falta es el diálogo', considera Moreno Viqueira. 'Mi experiencia es que cuando lo discuten, ellos (los miembros de la comunidad) lo apoyan'.
Lo más importante, enfatiza, es que 'no es solo una cuestión de seguridad, calidad de vida es el propósito'.