Brava Soledad
Con una voz que estremece y que conoce a la perfección, la intérprete Soledad Bravo conquistó a la selecta concurrencia que presenció su concierto la noche del sábado en el Centro de Bellas Artes de Guaynabo.
El auditorio a medias no fue obstáculo para la vocalista entregarse en cuerpo y alma en un recorrido musical por su trayectoria de más de cuatro décadas, que dio inicio a las 9:15 de la noche.
El primer aplauso de la velada lo solicitó la respetada cantante para su colega argentino Facundo Cabral, quien fue asesinado en Guatemala por varios pistoleros aún desconocidos, noticia que conmoció el mundo del entretenimiento a nivel internacional.
'Siempre es muy grato estar aquí, en esta isla maravillosa. Desgraciadamente, esta mañana tuve la ingrata noticia de que murió una persona maravillosa, un luchador, un hombre tierno, un hombre bueno. Nadie se merece eso que le pasó a él, pero él menos que nadie', comentó Bravo, sacudida por el trágico desenlace de Cabral.
El público estuvo de pie para seguir escuchando a la artista resaltar, que 'lo conozco desde sus inicios, cuando ambos éramos muy jóvenes. Era hermoso y todos sus dardos verbales siempre los acompañaba con la belleza de la poesía, la belleza de la flor y quedé muy impactada. Amo a Facundo Cabral, pido un aplauso para él'.
La dama de la protesta y concienciación social comenzó su viaje musical y prendó a sus fieles seguidores con temas como 'El Unicornio Azul', 'Rabo de nube', 'Canción del elegido' -con versos en homenaje póstumo a Cabral- 'Volver a los 17', 'Alfonsina y el mar', 'Caminito' y 'El breve espacio en que no estás'.
Antes de tomar un receso, Bravo deslumbró con su ejecución de 'La Flor de la Canela' y 'Viola Enluarada', con la que enalteció a su amiga Denise de Kalafe.
El espectáculo 'Directo al corazón' -aunque ella prefería llamarlo 'Canciones del alma'- cumplió su cometido, sobre todo, porque marcó el retorno de Soledad Bravo a los escenarios puertorriqueños.
'Ojos malignos', 'De qué callada manera', 'Para vivir', 'Drume negrita', 'Chiquilín de Bachín', 'Gracias a la vida' y 'Son desangrado' atraparon a la concurrencia que cantaba y saboreaba las melodías de Soledad.
Respaldada por sus cómplices, Nené Quintero en la percusión, Carlos Rodríguez en el bajo y Alberto Lazo en el piano y la dirección, la vocalista cantó en forma sensacional los éxitos 'Yolanda', 'Ojalá', 'María María' y 'Mi triste problema', este último de nuestro inolvidable Tite Curet Alonso.
Definitivamente, más que el mismo público -que quedó complacido- fue Soledad Bravo quien disfrutó su recital, porque desempolvó, 'las canciones que definen mi manera de pensar y que nunca renuncié ni renunciaré a ella, por ninguna razón, nunca…'.