Río de Janeiro – El conocido estilista brasileño Walter Rodrigues dejó ayer de piedra a los asistentes de la cuarta jornada de la semana de la moda de Río de Janeiro (Fashion Rio) con una colección inspirada en la austeridad de la cultura amish.

Modelos con poco maquillaje y sin mostrar casi la piel, los colores oscuros, con predominio del negro y apenas algo de rojo y azul, fueron la arriesgada apuesta de Rodrigues para el próximo invierno austral.

Las mujeres acompañaban los largos vestidos con casacas que las cubrían casi por completo, así como pañuelos que cubrían sus cabezas, que se inspiraban en la ropa austera de los amish, congregación cristiana protestante de Estados Unidos conocida por su renuencia a adoptar técnicas y comodidades de la vida moderna.

El segundo desfile del día, de la firma R. Groove, estuvo dedicado a la ropa para hombres y demostró que la unión entre lo clásico y lo deportivo también puede ser elegante.

Estampados florales, con copos de nieve y formas geométricas marcaron la colección del diseñador Rique Gonçalves, que prefirió el blanco y negro más que cualquier otro color.

Las firmas brasileñas Ágatha, Filhas de Gaia y Printing, habituales de la Fashion Rio clausuraron los desfiles del penúltimo día.

La feria de moda celebrada de forma paralela al Fashion Río concluyó hoy con una facturación de 830 millones de reales (unos 460 millones de dólares), según informó hoy la organización.

El volumen de ventas superó en un 9,2 por ciento a la última edición de otoño-invierno de esta feria, considerada por sus organizadores como el mayor mercado de moda al por mayor de América Latina.

La feria aglutinó a 300 marcas de ropa brasileña, de entre las cuales doce de ellas realizaron sus propios desfiles, de forma paralela a la pasarela principal del Fashion Río, evento que concluirá mañana.