La historia de Puerto Rico acaba de perder a uno de sus máximos investigadores y reseñistas. Pero no sólo por sus trabajos publicados sino por las investigaciones que inspiró en cientos de estudiantes universitarios que se desarrollaron como tesis o como publicaciones.

Fernando Picó, historiador y profesor universitario falleció ayer a los 75 años de edad, dejando un vacío en el Departamento de Historia del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR) donde impartió clases desde 1972.

Su pasión por la educación y el servicio al prójimo le vino desde joven, lo que contribuyó a su decisión de ingresar al seminario jesuita Saint Andrew en Hudson, Nueva York, donde estudió filosofía y teología en ruta a convertirse en sacerdote.

Desde el inicio, la Compañía de Jesús atrajo el corazón y el intelecto del joven Fernando porque coincidían los carismas de la orden con sus deseos e inquietudes. La Compañía de Jesús fue fundada por San Ignacio de Loyola en 1534 y sus integrantes se caracterizan por su trabajo apostólico como educadores e intelectuales, entre otras tareas.

Además de sus estudios en teología, hizo una maestría en historia de la Universidad de Fordham y un doctorado en la Universidad John Hopkins.

Como profesor, ofreció cursos en todos los niveles universitarios y formó parte del programa piloto dirigido aviabilizarel acceso de la población de confinados y confinadas a estudios de nivel universitario, que estuvo en marcha en la institución penal Anexo 292 de Bayamón.

Como escritor, quizás su obra más popular es la 'Historia general de Puerto Rico', publicada en 1988 por Ediciones Huracán.

Pero trabajó muchos otros libros que repasan momentos puntuales de la historia de Puerto Rico como 'Los gallos peleados', '1898, la guerra después de la guerra', 'Vivir en Caimito', 'El día menos pensado: historia de los presidiarios en Puerto Rico (1793-1993)', 'Amargo café', 'San Fernando de la Carolina: identidades y representaciones' y 'Libertad y servidumbre en el Puerto Rico del siglo XIX', entre muchos otros. 'La sequía de 1847' fue su último libro publicado.

Recibió múltiples reconocimientos en su vida. Para el 2015, el Instituto de Cultura Puertorriqueña le otorgó la Medalla de la Cultura, la cual recibió en el Archivo General de Puerto Rico, donde acudió por casi 40 años como asiduo investigador.

Ese mismo año sufrió un infarto que pudo sobrepasar.

'Picófue uno de los más distinguidos miembros de la Universidad de Puerto Rico.Ejemplo de un cabal universitario por su compromiso y dedicación con su cátedra y con los estudiantes. Se distinguió grandemente por su calidad humana. Perdemosa un incansable defensor del derecho de la población penal a su rehabilitación a través de la educación. Es una enorme pérdida para la institución y para el País', lee la declaración del cuerpo de decanos del recinto de Río Piedras de la UPR.

'Reconozco su gran desprendimiento por la patria, el prójimo y los estudiantes. Nuestra aspiración debe ser alcanzar algún día la espiritualidad y empatía que lo distinguieron durante toda su vida. Hoy decimos adiós a un gran ser humano, pero tenemos la certeza de que su ejemplo y sus enseñanzas marcaron generaciones y perdurarán por siempre. Celebro y agradezco mucho su vida', expresó, por su parte, el senador Eduardo Bhatia.

El municipio de San Juan declaró tres días de duelo por su muerte.

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