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En manos de la juventud el futuro de Haití

Puerto Príncipe, Haití - Siempre hay quienes dejan a un lado oportunidades de exito individual por dedicarse de una forma u otra a echar a su gente hacia adelante, pese a todas las excusas y oportunidades para montarse en un avión e irse a lugares más prósperos. En Puerto Rico, la ruta de escape más común es Estados Unidos. En Haití , piensan muchas veces en Puerto Rico y más allá.

Al igual que en Borinquen, la lucha por retener ese talento entre las fronteras nacionales es una constante batalla contra la marea, más aún ante décadas de pobreza, pobre ejecución política y la falta de oportunidades de progreso agravadas por un terremoto que en el 2010 dejó al país de rodillas y contra la pared.

Florys Dorante es un profesor de administración de empresas en la Universidad de Haitíquien en el 2011, luego del terremoto, vino a Puerto Rico con una beca que le permitió estudiar su maestría en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, con la única condición de que una vez terminara sus estudios regresara a Puerto Príncipe a trabajar.

La primera pregunta para Dorante fue obvia: por qué aceptar una beca que lo obligaría a volver? 'Yo tengo una misión para este país, para la juventud de este país', dijo con mucha pasión quien día a día lucha por erradicar pensamientos de lucro individual en la mente de sus estudiantes, sustituyéndolos con una idea más colectiva.

'Como profesor de la universidad, yo ahora estoy tratando de motivar y educar la juventud porque, para mí, el problema de Haití es un problema de gerencia de los líderes del país ya que no han tomado buenas decisiones. Han tomado decisiones solo para lograr sus objetivos personales y mezquinos, no para resolver problemas y con objetivos comunes', explicó el profesor que se salvó de heridas físicas en el terremoto, por suerte. Ese 12 se enero de 2010, en la universidad, su edificio no colapsó.

ParaGertyPierre, otra estudiante que logró viajar a Puerto Rico a para estudiar bajo la misma beca y quien afortunadamente acompañó a Florys a su cita conmigo, la suerte no fue la misma. Con cicatrices en el rostro y los brazos, contó cómo ese día el mundo entero se le vino abajo.

'Estaba en mi casa, una de tres pisos, y se cayó encima mío. Yo pasé una noche completa bajo los escombros, inconsciente. Pero como siempre he dicho, hay que salir adelante. Lo importante es tener vida. Cuando uno tiene vida, puedes hacer lo que quieres', mencionó agradecida de no haber perdido una pierna o un brazo como miles de otras personas que sufrieron el azote del terremoto.

'Hay personas que cuando le hablas del tema se asustan y quieren llorar, pero yo lloro de alegría porque tengo vida. Pero sí, fue horrible. Desde que te levantas sientes unos muros encima de ti y no te puedes mover. Te levantas de un día para otro y te encuentras un país destrozado y bloqueado. Es horrible', recordó la joven bióloga quien también completó su maestría en las aulas riopiedrenses.

Sobre los detalles de esa experiencia, ninguno de los dos abundó mucho. Tampoco quise preguntar. No fui a Haití a buscar lo trillado: el terremoto y las historias de sufrimiento, de sangre, de hambre. Quería algo más. Algo que nadie se había percatadoy, con cierta ironía, fue con cerveza en mano que encontré la historia.

Gerty, igual que Florys, ve a Puerto Rico como un ejemplo a seguir, incluso con los problemas que afectan a los borinqueñosen el ámbito económico. 'En Puerto Rico cada pueblo lo tiene todo. Si tienes que ir a San Juan es porque quieres ir a San Juan ya que lo tienen todo (en los municipios), agua, luz, infraestructura; es un país en desarrollo. Haití es un país que no tiene nada de eso. Ah, y (los políticos) no quieren que digan que Haití es pobre pero yo sí lo digo. Haití es pobre. Pero la pobreza no es por dinero y recursos, es por una falta de conciencia de que es el propio haitiano el que se tiene que levantar', sentenció la mujer.

ContóFlorys, 'de por sí, antes del terremoto, ya todo el mundo hablaba de Haití como un país pobre porque todos los indicadores mostraban eso. No hay infraestructura médica, hay una tasa alta de analfabetismo, no hay escuelas suficientes para los niños. Es un país pobre pero lo que los políticos están haciendo ahora lo confirma'.

Foto:GertyPierreyFlorysDorante. (Juan R. Costa /NotiCel)

Sobre 'los políticos', Florys se refiere a la crisis electoral que afecta al gobierno. La primera ronda de elecciones presidenciales celebradas a finales del 2015 estuvieron plagadas de irregularidades. Aunque observadores de las Naciones Unidas culparon la incompetencia de los funcionarios electorales, la oposición al gobierno de turno alegó fraude e intentos del presidente saliente, Michel Martelly, de mantener a sus aliados en el poder. Ante la violencia generada por el lío electoral, la segunda ronda de elecciones que nombraría a un sucesor de Martelly fueron pospuestas indefinidamente.

Con la salida de Martelly, un gobierno interino tomó el mando en lo que celebran nuevas elecciones para evitar un vacío de poder… un vacío que se siente a como de lugar y que para muchos hueleal inicio de un coup d'etat. Este problema lo exacerba la fuga de talentos que pudieran hacer del país uno mejor y más productivo.

'El presidente se fue y no hay quién lo sustituya. Eso no se puede hacer en un país donde hay democracia. Esta situación política confirma que Haití es un país pobre pero yo creo que pobreza no es la palabra correcta. La situación que estamos viviendo ahora no existía antes. En los 50 no había tantos problemas', dijo Florys. Inmediatamente le cuestioné que en aquella época en Haití no había mucha democracia tampoco. Lo que había era un 'Papa Doc' Duvalier quien a punta de fusil liquidó a miles. 'Y ahora tampoco. Esto no es democracia. Es una cortina de humo', sentenció seguro.

Acto seguido, Gerty rompió su silencio: 'Sí, es una cortina de humo. Ellos quieren tapar la dictadura detrás de la democracia pero todavía estamos en una dictadura. Si una persona no puede hablar, expresarse como quieras o cuando te expresas, mañana te encuentran muerto, eso no es democracia'.

Entre política y otros asuntos, caímos otra vez en el tema central: todos estos detalles van abonando a la fuga de talento. Quienes pueden irse se largan a como de lugar en busca de un mejor futuro. 'Honestamente, quién puede culparlos?', le pregunté a ambos.

'La preocupación más grande de aquellos que estudian es dónde voy a conseguir un trabajo. Cuando tienes un doctorado o maestría, el que ya está ahí piensa que tú vienes a quitarle el poder y no te dan el trabajo. Por eso, el primer objetivo de los estudiantes es (irse) afuera', manifestó el profesor universitario, quien recalcó que igual que en Puerto Ricopermea una actitud de 'me vale la crisis' entre los jóvenes que deciden salir.

'Pero tú crees que un estudiante que no tiene la residencia ni la ciudadanía (americana), va a conseguir un trabajo (en Estados Unidos)?', contestó la bióloga graduada rápidamente. 'No, tú puedes solicitar pero como estudiante o acabado de graduar, nunca vas a conseguir un buen trabajo. Por eso, la necesidad de progresar aquí se hace sentir', reafirmó Gerty, la más vocal de ambos entrevistados por su fluidez en el español, idioma que a Florys le da más de trabajo para conversar.

'Es lo mismo aquí (que en Puerto Rico). Los estudiantes quieren tener un éxito personal y yo estoy muy inquieto sobre el mañana. Ellos quieren salir de aquí para tener éxito (propio). Es una crisis en cuatro dimensiones: política, económica, social y ambiental. Hay problemas en todo aquí y tenemos que hacer algo. Por eso es que regresé. Para motivar al joven estudiante que está estudiando ahora en la universidad. Si no hacemos nada ahora son las generaciones futuras las que van a sufrir', aseguró Florys.

Y conversando entre Prestige -la cerveza haitiana- y alimentos, más de los que muchas familias logran disfrutar en una semana entera en muchos lugares del país, observo la mesa con cargo de conciencia. Entendí que entre Haití y Puerto Rico hay muchas similitudes. Aunque la base de nuestros problemas y la gravedad de estos son diametralmente distintos, nos enfrentamos a retos parecidos siendo el más grande la necesidad de retener el talento joven que, ante un mundo globalizado, encuentra mejores oportunidades en tierras extranjeras.

Así finalizó Gerty:'lo que hace falta es una revolución en la conciencia, de aprender a amar su país'. En Haití hay país y su futuro está en manos de la juventud.

* Nota del editor: Esta es la segunda de cuatro crónicas que componen la serie especial # HaitíHayPaís . Para leer las demás historias,presiona aquí.

Una joven estudiante camina por las calles de Puerto Príncipe, repletas de comercios ambulantes. (Juan R. Costa / NotiCel)
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