Nuevo estudio reafirma que personas de piel más oscura tienden a sufrir más discrimen y pobreza
La investigación de la UPR-Cayey evaluó el impacto del discrimen por color o colorismo en la salud autoevaluada entre los puertorriqueños.
Una investigación desarrollada por la Universidad de Puerto Rico en Cayey (UPR-Cayey) evaluó el impacto del discrimen por color o colorismo en la salud autoevaluada entre los puertorriqueños a través de una muestra representativa de 5,794 individuos, utilizando varios modelos estadísticos.
Los resultados mostraron que aproximadamente 202,817 personas de piel oscura en Puerto Rico reportaron un peor estado de salud general que las 425,415 personas de piel más clara.
El estudio titulado “Colorism and Health Disparities in Home Countries: The Case of Puerto Rico”, fue desarrollado por el economista José Caraballo Cueto y la antropóloga Isar Pilar Godreau Santiago, ambos catedráticos de la UPR-Cayey.
“Esta investigación se realizó en Puerto Rico, utilizando datos disponibles del Puerto Rico Behavioral Risk Factor Surveillance System (PR-BRFSS). A raíz de un acuerdo entre el Departamento de Salud y la UPR en Cayey, el PR-BRFSS añadió un módulo especial que incluyó preguntas en torno al discrimen por color de piel. En sociedades estratificadas racialmente como la nuestra, igual que en todas las sociedades post-esclavistas en las Américas, la tonalidad del color de piel es un elemento importante para conocer el nivel de vulnerabilidad de una persona frente al racismo”, indicó la doctora Godreau.
“Para saber cuán vulnerable puede estar una persona al racismo, se implementó una escala que permitía que los participantes pudieran clasificarse ellos mismos según su tonalidad de piel, siendo 1 la tonalidad más clara y 6 la más oscura”, explicó el doctor Caraballo Cueto, Director del Centro de Información Censal de la UPR-Cayey.
La investigación analiza la relación que tiene la salud de las personas encuestadas en Puerto Rico con el colorismo, término utilizado para describir el trato diferenciado que se le da a una persona por la tonalidad de su piel dentro de su propio grupo étnico, de tal manera que mientras más oscura es la piel, más sujeta está a los prejuicios y más vulnerable a los efectos del racismo y mientras más clara sea la piel, menos expuesto estará a estos efectos perniciosos.
El estudio concluyó que las personas con color de piel más oscura tienden a sufrir más discrimen, pobreza y malos resultados de salud.
“Aunque estudios previos realizados en los EEUU habían confirmado que el discrimen racial afecta la salud de poblaciones latinas, algunos asumen que dichos efectos surgen como consecuencia de la migración hacia los EEUU. Los resultados de este estudio en Puerto Rico demuestran que los latinos no están exentos de los efectos perniciosos del discrimen en la salud en su propio país de origen. Esto conlleva a que reconozcamos el racismo como un problema de pertinencia para Puerto Rico que afecta la salud de los que están más expuestos a sus efectos, incluyendo el estrés, el trato desigual en los servicios y el acceso diferenciado a recursos”, explicó la doctora Godreau.
Por su parte, el doctor Caraballo Cueto expuso que, “hallamos que el trato desigual en la salud es tal que una persona de piel oscura, que comparta las mismas características observables que una persona de piel clara (clase, educación, acceso a plan médico etc.), tiene mayor probabilidad de sentirse peor en su salud en general. Al interpretar estos resultados, seguimos estudios previos que subrayan el impacto de la discriminación en el estrés psicosocial y la salud física, así como aquellos que destacan el papel del racismo estructural, su impacto en la desigualdad racial y el acceso a la atención médica”.
Se espera que esta investigación promueva el que se continúe estudiando el impacto del racismo en la salud entre la población puertorriqueña y otras poblaciones latinas, ya que la evidencia creciente indica que no son inmunes a los efectos perniciosos de la estratificación racial en sus sociedades de origen.
El apoyo para desarrollar esta investigación provino de la UPR-Cayey, el Programa RCMI del Recinto de Ciencias Médicas de la UPR, la oficina regional de PR- BRFSS y el Programa VISAPUR de la Universidad de Princeton.