Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
UPR

Sin perspectiva de género difícil prevenir la violencia sexual en los campus

La preocupación estudiantil ante las fallas estructurales en la prevención de la violencia de genero, así como la ausencia de un protocolo sólido que atienda los casos de violencia sexual, sobrevuela el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico.

Sin embargo, el lunes se dio un primer paso tímido hacia la resolución del asunto con una proclama a cargo del Departamento de Salud y la Rectoría del Recinto para fomentar la creación de políticas públicas que prevengan nuevos casos de agresión sexual en los campus puertorriqueños. Mientras, al escenario improsivado en la Plaza Baldorioty del Recinto, subían funcionarios de la Universidad, del Departamento de Salud y del Departamento de la Familia, observados por algunos estudiantes del Recinto con recelo.

'Uno viene a estudiar, pero no se siente seguro. Uno está aquí a su propio riesgo', dijo con firmeza la estudiante de quinto año,Madeline Soto. La joven, que se encontraba en el público, comentó que se debe reforzar aún más la seguridad y orientar a los guardias para atender todo tipo de casos.

Por su parte, el rector del recinto riopedrense, Carlos Severino Valdez, explicó que actualmente se revisan los protocolos de seguridad para hacerlos más intolerantes a la agresión sexual, ajustándolos así a la proclama circulada por el presidente de Estados Unidos,Barack Obama, con el mismo objetivo.

Sin embargo, los esfuerzos parecen vislumbrar un camino largo por recorrer. 'La Universidad tiene que mirar para adentro y aplicarse la perspectiva de género. No es solamente estar aquí hoy y firmar proclama, sino decir cómo aplicarlo', manifestó la estudiante graduada de Trabajo Social,Coraly León Morales.

Para la estudiante que participa precisamente del comité que revisa actualmente la política pública para atender casos de violencia sexual, no existe aún un protocolo sólido que transforme la realidad institucional en torno a la violencia de género. Argumentó que todavía faltan aclarar las funciones de las diversas instancias que lidian con casos de agresión sexual e indicar a la comunidad cómo auxiliar a una víctima.

Coincidió la representante estudiantil,Gabriela Medina, coordinadora del Comité de Equidad y Género del Consejo General de Estudiantes. 'Si una compañera viene a donde mí y me dice (que fue víctima de violencia sexual), no hay nada que yo le pueda decir concreto de cómo atender la situación. Mientras los procesos no estén delineados de una manera clara, con personal adiestrado para atender a estas víctimas y a los agresores, nos queda camino por recorrer', expresó.

Asimismo, la directora del Centro de Ayuda a Víctimas de Violación,Rebecca Ward, dijo al público que se debe ir más allá de un solo evento de concienciación, que es necesario fortalecer los protocolos para atender los casos y adiestrar a toda la comunidad para que identifiquen señales de alerta, además de crear políticas públicas que busquen soluciones a largo plazo.

Mientras el Senado Académico del Recinto de Río Piedras se expresó a favor de la implantación de un currículo con perspectiva de género en las escuelas públicas, León Morales, denunció que, 'El Programa de Género de aquí está siendo desmantelado, no tiene fondos suficientes y muchas veces las profesoras tienen que dar las clases de forma gratuita, los servicios para madres y centros de cuido son bien limitados… y hay profesores que son hostigadores o acosadores, y no existen documentos oficiales de cómo trabajar con ellos y si son catedráticos les pasan la mano'.

Además, señaló que las campañas de prevención están dirigidas a responsabilizar a las víctimas, indicándoles que usen ropa suelta y no anden solas, y criticó los comentarios machistas y homofóbicos que dicen los profesores en el salón de clases, escudándose tras la libertad de cátedra 'para seguir fomentando el discrimen'.

León Morales agregó que también falta estipular un proceso de adiestramiento al personal para reeducarlo, de manera que evite a toda costa la revictimización de una persona en el proceso de querella y protección.

Como ejemplo, cuando la estudiante de Trabajo Social, Jennifer Oliveras, salió de su clase a las 7:45 de la noche en agosto pasado, y llegó a un estacionamiento oscuro y aparentemente sin vigilancia, se percató que le habían robado la batería de su vehículo. En aquel momento, la estudiante contó que el trato que recibió de los guardias estuvo marcado por la incredulidad, la burla y las ofensas, desde el momento en que le restaron seriedad al asunto adjudicándolo a un exnovio cualquiera, hasta la frase 'retrátate este', cuando la estudiante y sus compañeras tomaron medidas para identificarlos.

León Morales trajo hoy ese caso a colasión nuevamente para demostrar la necesidad también de estampar en el protocolo de seguridad el adiestramiento a los guardias para que, desde el respeto y la conciencia de género, estén capacitados para atender todo tipo de asuntos.

Ese proceso de reeducación también es lo que intenta llevar a cabo la campaña de concienciación que inicia hoy en el país. Según la profesora de Trabajo Social, Elithet Silva Martínez, las fallas generalmente se identifican más en la implementación de una política que en su construcción.

'La Universidad es un reflejo de lo que es el país. Aunque existe la ley 54 aún estamos en proceso de una implementación real. Debemos hacer una transformación sistémica y una campaña de concienciación que hable no solo de la política institucional, sino de prevención, que sostenga conversaciones genuinas y honestas de la violencia contra la mujer en todo su espectro, y que hablemos también de las comunidades LGBTTIQ, y todas las vulnerabilizadas por distintas razones', enunció.

No obstante, algunos estudiantes entrevistados reconocieron el interés que ha puesto el Recinto en el tema de seguridad. La estudiante de Inglés de quinto año, Ariam Franqui, aunque admitió que tampoco se siente segura, considera que el panorama del Recinto ha mejorado y que eso se evidencia en mayor cantidad de guardias de seguridad.

Por su parte, el estudiante de quinto año de Historia, John Rodríguez, coincidió en que el Recinto 'se está preocupando bastante en cómo mejorar la seguridad del estudiante', con más personal de seguridad, patrullas nuevas y la inversión en otros equipos de vigilancia.

El estudiante admitió que a veces ve personas en el Recinto que evidentemente no forman parte de la comunidad universitaria y que podrían caer bajo un perfil sospechoso, pero admitió que la posibilidad de una agresión sexual contra sí nunca le ha pasado por la cabeza. Cuando se le preguntó si una compañera en las mismas circunstancias puede estar preocupada, asintió. 'Yo estudio por las tardes y el parking de noche se ve peligroso. Para una chica, debe ser bien incómodo', compartió.