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Tribunales

Rosselló pidió a Maceira que se reuniera con productor para ayudarlos en crisis del chat

La defensa de Sixto Díaz Colón llevó al testigo a admitir también que inicialmente no le dijo al gran jurado que el productor lo extorsionó pidiéndole un pago de $300,000.

Anthony Maceira a su salida del tribunal federal en el Viejo San Juan.
Foto: Luis López

El exsecretario de Asuntos Públicos, Anthony Maceira Zayas, admitió que el exgobernador Ricardo Rosselló Nevares y su esposa, Beatriz Arréizaga, le pidieron que se reuniera con el productor Sixto Jorge “Sixto George” Díaz Colón para que ayudara a la administración de gobierno después de que se revelara el chat de Telegram escandaloso que provocó la renuncia del funcionario.

La admisión establece que, aún después de conocer que Díaz Colón supuestamente los extorsionaba pidiendo $300,000 para evitar la filtración del chat, el mandatario le pide a su principal oficial de comunicaciones que busque la ayuda del mismo productor para enfrentar la tormenta por la publicación del chat.

Maceira Zayas aseguró que el gobernador y su esposa no le dijeron cómo es que el productor ayudaría. El testigo le dijo al abogado defensor, Rafael Castro Lang, que no estaba consciente de que el gobernador había contratado a Díaz Colón para hacer control del daño en la opinión pública y que le habrían pagado $100,000 en fondos del comité de campaña para ello.

El licenciado Rafael Castro Lang, abogado de Sixto George.
Foto: Luis López

La solicitud fue cerca del 13 de julio, cuando el Centro de Periodismo Investigativo reveló 889 páginas del chat. El 15 de julio, Díaz Colón orquestó la primera entrevista de televisión que Rosselló Nevares concedió tras la revelación. Ocurrió en Nación Z, espacio de televisión y radio que Díaz Colón producía y del cual fue despedido ese mismo día por la forma en que ocurrió la entrevista.

A la salida del tribunal, Díaz Colón dijo que tuvo un contrato verbal con Rosselló Nevares, sufragado por su comité de campaña, para ayudarlo a mejorar su imagen por el que le pagaron $100,000 el 17 de julio, otros $100,000 días después y quedó un balance de $100,000 porque el acuerdo era por $300,000. Esa es la misma cantidad que Maceira Zayas dice que Díaz Colón le pidió para evitar que Raúl Maldonado Nieves, hijo del entonces secretario de Hacienda, Raúl Maldonado Gautier, filtrara el chat. Es la misma cantidad también que el productor le habría pedido después de la publicación del chat para evitar que Maldonado Nieves filtrara más chats y para armar una campaña a favor del gobernador en la que le pagarían a figuras de radio y televisión, incluyendo $50,000 al productor de La Comay, Antulio “Kobbo” Santarrosa.

La cantidad de $300,000 también figuró en el contrainterrogatorio de Maceira Zayas cuando Castro Lang le planteó si no era esa la cantidad que el amigo del testigo, el licenciado Carlos Mercader había pedido para encargarse del manejo de crisis después de la publicación del chat. El testigo dijo que no recordaba. En otra instancia, Castro Lang volvió a mencionar a Mercader en el contexto de que traería a una firma de relaciones públicas de la capital federal, también por $300,000.

La solicitud del gobernador a Maceira Zayas ocurrió después de que el exsecretario le dijera el 21 de junio por la tarde que se acababa de reunir con Díaz Colón y que había pedido $300,000 para evitar que Maldonado Nieves publicara el chat. El testigo dijo no recordar si le había dicho al FBI que el gobernador le pidió reunirse con Díaz Colón.

Sobre esa reunión del 21 de junio en el restaurante Musa, Castro Lang, también llevó al testigo a admitir que en su primera comparecencia ante el gran jurado no dijo que el productor le había pedido $300,000. Díaz Colón enfrenta cargos de extorsión, intento de extorsión y destrucción de evidencia.

El productor Sixto Jorge ''Sixto George'' Díaz Colón.
Foto: Luis López

La evidencia es que el 20 de junio de 2019, Díaz Colón envió un mensaje a Maceira Zayas que este tomó como una amenaza. Por esto, provocó y coordinó un almuerzo para el día siguiente en el que pudiera tener más detalles de la supuesta “evidencia contundente” contra la Administración Rosselló Nevares que tenía en su poder. Maceira Zayas grabó esa conversación con su teléfono, pero la fiscalía no presentó esa grabación en evidencia, optando por concentrar su testimonio en una segunda grabación que el funcionario realizó el 16 de julio cuando ya estaba alambrado y cooperando con el Negociado Federal de Investigaciones (FBI).

Castro Lang llevó al testigo a admitir que en el mensaje de Telegram que su cliente le envió el 20 de junio tampoco había elementos de extorsión, pero Maceira Zayas dijo que al texto, el mismo que se usó en su interrogatorio con la fiscalía, le faltaba un párrafo sin que se aclarara eso. El abogado intentó establecer que la grabación que el testigo hizo el 21 de junio era ilegal bajo la ley de Puerto Rico, pero el juez Francisco Besosa no lo permitió por objeción del fiscal Michael Lang.

De hecho, el contrainterrogatorio estuvo marcado por objeciones de la fiscalía e intervenciones del juez que hicieron difícil el desarrollo de las líneas de preguntas de la defensa. En ocasiones, Castro Lang también hizo preguntas confusas o se equivocó con los hechos. Por ejemplo, intentó establecer que la exgobernadora Wanda Vázquez Garced había pintado a Maceira Zayas como un embustero cuando emitió un comunicado de prensa el 6 de noviembre de 2019 para consignar que lo despidió de su puesto como director ejecutivo de la Autoridad de los Puertos porque, ese mismo día, en una portada de periódico, Maceira Zayas había alegado que había renunciado. El abogado defensor lo planteó como si se tratara de su renuncia a la posición de Secretario de Asuntos Públicos y el punto nunca se le pudo exponer concretamente al jurado.

El despido de Maceira Zayas de Puertos el 6 de noviembre ocurrió dos días antes de su comparecencia ante el gran jurado y cuando ya se conocía que él y los demás participantes del chat de Telegram que provocó la renuncia de Rosselló Nevares estaban bajo investigación. Esa pesquisa, por parte del Departamento de Justicia y de la Oficina del Panel del Fiscal Especial Independiente, eventualmente no resultó en procesamiento criminal, por lo que el juicio federal contra Díaz Colón es el único proceso criminal que se ha desarrollado con relación a ese chat de Telegram.

Hubo elementos adicionales que Castro Lang pudo exponer al jurado y otros que no, por objeción de la fiscalía.

El testigo admitió que sabía que Díaz Colón era simpatizante del Partido Nuevo Progresista; que inicialmente no le mostró el mensaje de texto amenazante al gobernador Rosselló Nevares; que él “y todos en la administración” tenían interés personal en que no salieran chats adicionales; y que, hasta donde él sabe, las conversaciones que tuvo con el productor sobre las supuestas exigencias de pago y otros beneficios se quedaron solo en conversaciones, porque nunca hubo un esfuerzo del testigo para conseguir los $300,000 pedidos.

De hecho, Castro Lang recaló en que Maceira Zayas se había rehusado a participar en un plan del FBI de hacerle un pago parcial de $20,000 en un maletín a Díaz Colón para grabarlo. El testigo indicó que no lo hizo porque pensaba que el acusado no aceptaría menos que los $300,000, pero el abogado ripostó que en la reunión del 16 de julio habían hablado de la posibilidad de pagos divididos. El testigo lo disputó y dijo que no era que el productor iba a recibir pagos divididos, sino que el productor podía dividir los $300,000 para pagarlos a otros de distintas maneras.

Castro Lang no pudo llevar al testigo a admitir que cuando le dijo a su cliente el 21 de junio que “estaba claro” de que el mensaje del día anterior no era una amenaza, eso significaba que estaba conforme conque no fue una amenaza. “Yo estaba diciendo que estaba claro que lo había tomado como una amenaza”, le devolvió Maceira Zayas al abogado. El testigo rechazó que borrara chats de su teléfono por temor a que los incriminara, sino que los borraba periódicamente porque ya no los necesitaba.

Castro Lang no logró tampoco entrar en el proceso que siguió el testigo para convertirse en informante del FBI. Maceira Zayas rechazó que el FBI le diera “instrucciones” sobre lo que tenía que lograr de la segunda conversación grabada (el 16 de julio). “No fueron instrucciones, yo estaba tratando de que confirmara los contenidos de la reunión previa (el 21 de junio)”, dijo el testigo.

El abogado defensor tampoco pudo completar una línea de preguntas sobre cómo el testigo primero negó haber estado en el chat y luego apareció participando; sobre una supuesta reunión de Díaz Colón y Rosselló Nevares con un productor de Netflix; y sobre si le dijo al FBI que Díaz Colón estaba desarrollando una campaña negativa para sacar del Senado a Thomas Rivera Schatz.

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Periodista y abogado con 25 años de experiencia. Cofundador, o miembro de los equipos fundadores, de NotiCel, el Centro de Periodismo Investigativo, Red 96, Primera Hora y El Nuevo Día Interactivo.