Eddie Guerrero Narváez y Keyvan Cartagena Suárez fueron declarados culpables de conspirar en la comisión de un 'carjacking' en una gasolinera de Carolina contra una madre y sus dos hijos pequeños en enero de 2018, ante el juez federal Juan M. Perez Gimenez.

Durante el juicio de dos días, Fiscalía federal presentó evidencia de que Guerrero Narváez y Cartagena Suárez trabajaron juntos, a plena luz del día, para robar un vehículo deportivo BMW con una madre con sus dos hijos pequeños en el asiento trasero, en una estación Puma en la avenida Los Ángeles de Carolina.

Según el testimonio de la víctima, el 3 de enero de 2018 Guerrero Narváez se acercó a ella cuando intentaba salir de su vehículo para echar gasolina. La amenazó a ella y a sus hijos al afirmar que si cooperaba saldrían ilesos a la vez que gesticuló como si el tuviera un arma. Temiendo por su vida y la seguridad de sus hijos, la víctima cumplió y permitió que Guerrero Narváez tomara el vehículo.

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Más tarde esa noche, Guerrero Narváez fue arrestado en Carolina en posesión de las llaves del auto. Cartagena Suárez caminaba con Guerrero Narváez en el momento de su detención. Despues de encontrar las huellas dactilares de Cartagena Suárez en la manija de la puerta del conductor, su licencia de conducir dentro del automóvil y un video que mostraba a Cartagena Suárez y Guerrero Narváez juntos en la gasolinera, Cartagena Suárez se agregó a la acusación.

Según el testimonio de un agente especial del Negociado de Investigaciones Federales (FBI por sus siglas en ingles), durante una entrevista Cartagena Suárez admitió ir a la estación de servicio sabiendo que se produciría el robo y luego subió al carro robado.

El caso fue procesado por el fiscal federal adjunto David T. Henek. Los acusados ​​enfrentan una pena máxima de 15 años de cárcel. La lectura de sentencia fue pautada para el 12 de julio de 2019.