Esposa de Daddy Yankee, su “empresaria mamá”, irá a deposición si no entrega documentos
Tras argumentos que buscan desvincular a la esposa de Daddy Yankee del control de sus compañías, surge un segundo acuerdo en pleito por control de las empresas.
Mireddys González Castellanos, la esposa de Ramón “Daddy Yankee” Ayala Rodríguez, estaba ajena a negocios millonarios que su esposo hacía sin documentos en el “universo empresarial de la calle”, argumentaron sus abogados hoy, martes, antes de llegar a un nuevo acuerdo judicial para que la mujer entregue documentos de dos corporaciones del artista.
En el acuerdo de hoy, González Castellanos se expone a someterse a deposiciones confidenciales bajo juramento, que ya tienen fecha, si no quedan satisfechas las solicitudes de su esposo sobre información que necesita para mantener las compañías corriendo. A fines del año pasado, en un primer acuerdo, la mujer accedió a renunciar a sus posiciones gerenciales en las empresas y entregarle el control al cantante.
La entrega de información ocurrió durante la Víspera de Año Nuevo. Pero, después del Día de Reyes, los abogados de Ayala Rodríguez volvieron a recurrir al tribunal para denunciar incumplimiento con la sentencia del 26 de diciembre, que recogía el acuerdo del 20 de diciembre.
Específicamente, buscaban que González Castellanos y la codemandada, su hermana Ayeicha, firmaran cartas gerenciales mediante las que, bajo juramento, dieran cuenta de que habían entregado la información “ imprescindible para responsablemente operar” las corporaciones El Cartel Records, Inc. y Los Cangris, Inc. Las corporaciones son propiedad de los esposos en partes iguales, y son parte de lo que se dilucida en un caso de divorcio separado y confidencial. Las demandadas eran sus únicas oficiales hasta que renunciaron y le cedieron la gerencia a Ayala Rodríguez a fin de año como parte del caso.
El jueves, 9 de enero, sorpresivamente, se le notificó al tribunal que las hermanas González Castellanos le habían solicitado renuncia inmediata a sus abogados (Pilar B Pérez Rojas, Hipólito Torres Rivera y David Carrión Baralt), a quienes quedaron en pagarle honorarios. A la vez, anunció su entrada al caso el abogado Roberto Alonso Santiago junto a Mariel Colón Miró. Esta última fue la abogada del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán y, aunque puertorriqueña, no practica en la isla, por lo que el Tribunal Supremo tuvo que intervenir de forma urgente para autorizar la comparecencia. Ambos abogados nuevos son criminalistas y este es un caso civil.
En la vista, sin embargo, no hubo ningún argumento legal nuevo y Colón Miró se mantuvo en silencio.
Con una mezcla de súplica y prédica, Alonso Santiago dijo al juez Anthony Cuevas Ramos que tuvo acceso al expediente el domingo y estuvo hasta tarde anoche tratando de darle cumplimiento a la sentencia, a la satisfacción del demandante, pero no había podido, por lo que se arrojó a la misericordia del tribunal. “Hágase su voluntad juez, pero hágalo contra nosotros, no contra ella”, dijo en referencia a González Castellanos y a la posibilidad de que se le imponga desacato.
El juez aprovechó para aclarar que nunca llegó a emitir una orden de arresto por desacato y que lo que había dejado sin efecto era la posibilidad de un desacato por el asunto específico de las entregas de las contraseñas electrónicas que requería el demandante.
Entre el domingo y la vista, Alonso Santiago sacó tiempo para el lunes juramentar a su exsocio, Thomas Rivera Schatz, a la presidencia del Senado, una función que ha realizado en otras ocasiones. A su vez, uno de los abogados del demandante, Carlos Díaz Olivo, había llegado anoche de España, un viaje acortado por el señalamiento de la vista presencial.
Díaz Olivo calentó las hornillas al reaccionar a la intervención de Alonso Santiago recordándole al tribunal que no es momento de relitigar una sentencia que ya está emitida ni de hablar de los testigos que se hubieran presentado por parte de González Castellanos. Dijo que para su cliente “no es aceptable” el posible arresto de su esposa por desacato, pero que tenían preocupación de que en la información ya entregada habían detectado posible borrón o eliminación de datos, igual que irregularidades como una comisión de 30% relacionada a la gira con la que “Daddy Yankee” se retiró de los escenarios que le representa $46 millones a la persona que la recibió y que no fue identificada.
“Hay todavía una serie de incertidumbres que no nos corresponden, (las demandantes) tienen que colocar a quien entra en posición de que la corporación siga operando”, argumentó al levantar preguntas, otra vez, sobre las justificaciones, detalles y participantes en la venta del catálogo del artista por $217 millones en octubre pasado.
Al salir de sala tras el acuerdo, el abogado añadió que “si alguien ha sido aquí objeto de hostigamiento o presión económica” es su cliente, que “la operación diaria del detalle de la contabilidad, de la contratación, la tenían las demandadas” y que estas comenzaron a restringirle información corporativa “una vez (González Castellanos) manifiesta su deseo de divorciarse”.
González Castellanos no habló al salir, pero, antes de la vista, había indicado que “en su momento, yo podré hablar desde el otro lado de la historia y aclarar el por qué de muchas cosas”.
Su abogado nuevo pareció adelantar un poco de ese “otro lado de la historia”.
Cuando Díaz Olivo hizo sus argumentos al tribunal, Alonso Santiago abandonó el tono espiritual para adoptar uno más aguerrido.
“Esta corporación tenía dos administraciones. Una administración tipo maternidad y una administración empresarial gigante, millonaria”, expuso para restarle responsabilidad a su clienta de los negocios de la carrera de “Daddy Yankee” porque no tenía el “standing” para entrar en sus negocios “con ese universo empresarial de la calle, con ese vocabulario de los bravos, de los que no tenemos que firmar papeles”. “La administradora materna no tenía esa capacidad, no tenía ese bagaje. Eso era un mundo de adultos, de adultos de verdad”, añadió sobre González Castellanos y en referencia particular a “arreglos millonarios” de Ayala Rodríguez con su manejador, el convicto Rafal “Raphy” Pina Nieves.
Para asegurar al juez que su clienta cumplirá con la sentencia, Alonso Santiago apuntó a “Daddy Yankee”, sentado a su derecha y afirmó que “él va a cantar y él va a seguir haciendo arreglos con los cantantes millonarios y con los empresarios millonarios, y haciendo acuerdos de lo que él sabe hacer, lo único que la empresaria mamá no va a estar”.
Vea:
Mireddys González asegura entregó información corporativa a su esposo Daddy Yankee