Restaurante Lala y otros proyectos al centro de demanda contra productor Noah Assad
En otro caso, una árbitro sostuvo la determinación que prohíbe al productor y a la empresa Rimas Sports representar jugadores del béisbol de grandes ligas.
Grupo Symenta LLC (GS), contratista de construcción del restaurante Lala en The Mall of San Juan, demandó al productor Noah Assad Byrne, a su esposa, Joann Nicolle Toro, y a las compañías NAB Development LLC y NG Restaurants LLC, por falta de pago sobre trabajos realizados en ese y otros proyectos.
Según la demanda enmendada sometida el miércoles, GS y su dueño, Carlos A. Rivera Bacó, tienen relación con Assad Byrne desde 2021 a través de la arquitecta Brenda García. Entre los proyectos que el contratista completó, a satisfacción del productor, están los camerinos del equipo de baloncesto de los Cangrejeros de Santurce, remodelaciones en la casa del productor en la urbanización Montehiedra, y la demolición de parte de las oficinas de Rimas, la entidad a través de la cual el productor maneja la carrera de Benito Antonio “Bad Bunny” Martínez Ocasio.
La relación llegó a ser de “amistad” y continuó con otros tres proyectos, la rehabilitación de una residencia en Punta Las Marías, el restaurante y el desarrollo de una residencia en un lote de la urbanización Los Paseos. Este último proyecto se concibió bajo un acuerdo verbal de que GS y la arquitecta reducirían sus honorarios para realizar proyectos en terrenos que Assad Byrne adquiriría. Las tres partes se dividirían las ganancias de la venta en lo que se describe como una “ambiciosa gama de proyectos de construcción” del productor.
En lo que GS alega que fue un patrón en los tres proyectos en controversia, Assad Byrne o Toro iban a los proyectos y realizaban múltiples órdenes de cambio de diseño y de materiales que no estaban contemplados en la cotización original. La constructora realizó los cambios, aunque no conseguía que Assad Byrne se reuniera para discutir los aumentos en costo que los mismos provocaban en los proyectos. Entre los cambios, figuran terminaciones de madera, un área VIP elevada tipo tarima y sustitución de losas.
Cuando lograban reunirse, el productor y su esposa no le prestaban atención y no resultaba nada concreto del encuentro. “Durante la reunión, los codemandados Sr. Assad y Sra. Toro no mostraron interés alguno en llegar a una solución o acuerdo con referencia al proyecto del restaurante Lala. Se intentó explicar la situación, sin embargo, ambos codemandados ignoraron al Sr. Rivera, prestando más atención a sus respectivos teléfonos celulares”, relató GS. A esa reunión, el productor y su esposa llegaron dos horas tarde, “conducta que sería continuamente repetida por el codemandado Sr. Assad y sus representantes durante meses y que forzó la presentación de esta demanda”, añade el documento.
En el proyecto de Punta Las Marías, Toro intervino en la relación de Assad Byrne con los contratistas y dejó de pagar facturas. Los problemas en esa obra entonces se extendieron a la construcción del restaurante, un proyecto cuya cotización original era $2.2 millones. Las remodelaciones abarcaron construir un estudio de grabación, una piscina, toda la electricidad, cablería, plomería, puertas, ventanas y sellado de techos.
En Los Paseos, se construiría una casa de cinco cuartos, cuatro baños, una cocina italiana, sala, comedor, marquesina, y una piscina en hormigón bajo un plan de $1.6 millones de construcción y $4.5 millones de venta a un comprador que ya estaba identificado. GS trabajo en ese proyecto hasta el 18 de enero pasado, cuando la seguridad del complejo prohibió la entrada de los obreros y el equipo de la constructora por supuesto atraso en el pago de las cuotas de mantenimiento por parte del productor. Luego de recobrado el acceso, ya los otros dos proyectos tenían problemas, por lo que GS no prosiguió, aunque entienden que la propiedad se vendió, sin culminar la construcción, por $1 millón.
Antes de la demanda, GS intentó un proceso de mediación en verano pasado y, aunque se identificó y acordó un mediador entre ambas partes, el productor “nunca confirmó su participación” y la mediación “nunca se concretó”.
La reclamación de GS es por casi $1.5 millones ($535,802 por trabajo realizado en los tres proyectos; $200,000 por daños extracontractuales; y $735,802 por otros daños). Además, piden al tribunal que declare que el productor actuó con temeridad porque entienden que el pleito se pudo haber evitado con los esfuerzos previos de mediación y de llegar a acuerdos.
También el miércoles, se supo que el 30 de octubre pasado una juez de mediación falló a favor de la Unión de Jugadores de Grandes Ligas (MLBPA en inglés) en las sanciones que emitieron contra Rimas Sports (RS), la agencia de representación de jugadores de béisbol que inició Assad Byrne y en la que Martínez Ocasio tiene una participación pasiva.
Las sanciones son que ningún jugador o equipo puede involucrarse con RS, Assad Byrne, el cofundador de RS, Jonathan Miranda, y los agentes Michael Arroyo y William Vázquez porque estos ofrecieron incentivos indebidos para que los jugadores firmaran con ellos, incluyendo taquillas VIP para conciertos de Bad Bunny, acceso a una suite para un juego de NBA (Phoenix Suns), un préstamo de $200,000 libre de intereses, y un regalo de $19,500 en efectivo.
La jueza concluyó en su laudo que “no cabe duda de que estas son violaciones graves, tanto en el número de violaciones como en el rango de mala conducta”. “Como testificó el director ejecutivo de MLBPA, Anthony Clark, nunca ha visto tantas violaciones de tantas regulaciones diferentes durante un periodo de tiempo significativo”, añadió.
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