Muere exjefe de fiscales federales, Daniel López Romo
El también militar estuvo al frente de la fiscalía federal durante el procesamiento de los policías involucrados en el Cerro Maravilla y del grupo independentista armado Los Macheteros.
Daniel Francisco López Romo, exjefe de la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito de Puerto Rico, murió el viernes en su hogar a los 79 años de un padecimiento cardíaco.
López Romo, conocido como “Danny”, encabezó la fiscalía durante un periodo de procesamientos históricos relacionados con violencia política en la isla. Supervisó el procesamiento tanto de los oficiales de la Policía involucrados en el asesinato de dos jóvenes independentistas en el Cerro Maravilla, como el de miembros del grupo independentista armado Ejército Popular Boricua, conocido como Los Macheteros.
Tras servir como abogado de la Sociedad de Asistencia Legal, fiscal estatal y como fiscal federal, el expresidente republicano Ronald Reagan designó a López Romo jefe de la fiscalía en 1982. Fue redesignado por los expresidentes George Bush, padre e hijo, pero salió del cargo en 1993 cuando el entonces recién electo presidente demócrata William Clinton se propuso cambiar a la mayoría de los jefes de fiscalía de sus antecesores republicanos.
Una vez fuera de fiscalía federal, practicó la abogacía en un bufete junto a su hijo, el hoy juez superior Daniel López González. Desde cerca de 2000, el también general de brigada de la Guardia Nacional Aérea se jubiló para dedicarse a la pintura, la que practicaba particularmente en la Liga de Arte de San Juan.
El juez López González contó a NotiCel que una de las experiencias de servicio público de su padre que más tiene grabadas fue cuando agentes del Negociado Federal de Investigaciones (FBI) llegaron a San Juan para realizar los exámenes de polígrafo, que ayudaron a evidenciar que los policías de Cerro Maravilla mintieron al sostener que habían matado en defensa propia a Arnaldo Darío Rosado y Carlos Soto Arriví. “Probaron el polígrafo conmigo a los 12 años”, recordó.
En febrero de 1984, López Romo anunció un pliego acusatorio de 44 cargos y 70 páginas contra 10 agentes de la Policía involucrados en los asesinatos y a quienes el exgobernador Carlos Romero Barceló había llamado “héroes”. Los cargos no fueron por las muertes, sino por una conspiración para mentir al primer gran jurado que las investigó, por intimidar testigos y por destruir evidencia.
Luego, la oficina de López Romo asistió en el operativo para arrestar a 15 miembros de Los Macheteros el 31 de agosto de 1985 en un operativo con 400 agentes federales durante el que el líder de la organización, Filiberto Ojeda Ríos, se batió a tiros con los agentes para evitar su arresto. El procesamiento judicial del grupo ocurrió fuera de Puerto Rico ya que surgió por el robo de $7 millones de un camión armado de la empresa de transporte de valores Wells Fargo. “Tuvimos protección cuatro años en casa gracias a los Macheteros”, comentó López González.
En otra confrontación, el 23 de septiembre de 2005, agentes federales mataron al entonces fugitivo Ojeda Ríos al dispararle y dejarlo desangrar.
López González dijo también que durante la jefatura de su papá hubo auge en el procesamiento de narcotráfico vinculado al capo colombiano Pablo Escobar y que López Romo siempre resaltó el buen equipo que tuvo en su oficina. Los actuales jueces federales Silvia Carreño Coll y Francisco Besosa Stubbe fueron parte del equipo.
“En nombre de la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos, extendemos nuestro más sentido pésame a la familia y amigos del exfiscal de los Estados Unidos, Daniel López Romo, y reconocemos su servicio excepcional al pueblo de Puerto Rico y a la nación. Que descanse en paz y que su memoria sea eterna”, reaccionó el hoy jefe de la fiscalía, W. Stephen Muldrow.
Algunos de los expedientes de López Romo como jefe de la fiscalía se encuentran en los Archivos Nacionales en la ciudad de Nueva York. En 2017, López Romo fue uno de los exjefes de fiscalías federales que firmaron una carta al presidente Donald Trump para encomiarlo por no despedir al fiscal especial Robert Mueller para que este pudiera terminar su investigación sobre el expresidente.
Al graduado de la facultad de Derecho de la Universidad Interamericana le sobreviven su hijo juez, su hija María, otro hijo, el cirujano ortopeda Francisco, y su viuda, María González Mata. El cuerpo será cremado y se anunciará luego un servicio en la Funeraria Buxeda.