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Carta de la Junta de Libertad Bajo Palabra revive en una madre el asesinato de su hijo

Después de 25 años, llegó una comunicación fría e inesperada a la casa de Carmen Pérez Fontánez notificando la fecha para evaluar la salida de Osvaldo Álamo Carpio.

Carmen Pérez Fontánez, madre de Orville Baretty Pérez.
Foto: Juan R. Costa / NotiCel

El pasado 9 de julio, Carmen Pérez Fontánez recibió una carta inesperada por parte de la Junta de Libertad Bajo Palabra (JLBP) notificando que el asesino de su hijo podría salir en libertad, provocando que su peor pesadilla regresara a su vida.

Doña Carmen, quien le abrió las puertas de la casa a NotiCel, jamás pensó que reviviría un capítulo de su vida que pensó había cerrado hace 25 años.

La comunicación, que incluye una misiva fría con el acostumbrado lenguaje formal, le notificó que el próximo 30 de septiembre se celebrará una vista para considerar la excarcelación del convicto Osvaldo Álamo Carpio, el asesino de su hijo Orville Baretty Pérez.

La comunicación de la JLBP, en que le recuerdan su rol “por ser usted víctima o parte perjudicada” hace hincapié que Álamo Carpio cumple 25 años de sentencia y por ley, tiene el derecho a que se le considere su salida a la libre sociedad, a pesar de tener una sentencia de 143 años.

La ley que hace posible su salida es la Ley 85 del 2022, en que se dispone que la JLBP puede considerar la libertad bajo palabra al cumplirse el 75% del término de reclusión. El estatuto es producto de un proyecto de ley de las senadoras Joanne Rodríguez Veve y Gretchen Hau, además de los senadores William Villafañe y Ramón Ruiz Nieves y buscó reducir los años de cárcel mínimos a cumplir antes de que un reo cualifique para libertad bajo palabra.

“Cuando yo recibí esa carta, volví a ese mismo día en que me dieron la noticia porque yo dije: ¿qué es esto?", fue la expresión de doña Carmen en entrevista con NotiCel al recordar el asesinato de su hijo.

Baretty Pérez de 20 años, fue asesinado el 8 de agosto del 1999 en el negocio "El Tequilón de Álex" en la carretera PR-1 en Caguas, tras recibir tres balazos luego de que Álamo Carpio comenzara una discusión con un acompañante de Baretty Pérez, identificado como Julio Díaz Santiago.

El joven era un prospecto beisbolista que era parte del equipo Doble A de Río Grande. Esa noche celebraba la victoria del equipo de San Lorenzo, donde su hermano competía.

Su muerte ocurrió durante sus vacaciones en la isla, ya que estaba estudiando en la Universidad de Kansas City para ser terapista físico de deportes.

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Álamo Carpio, se le radicaron cargos por asesinato en primer grado, tentativa de asesinato y otros delitos.

Su sentencia fue el 9 de junio de 2000 y el 26 de octubre del 2001 el apelante solicitó revocación de las sentencias dictadas por el Tribunal de Primera Instancia sin mayores resultados.

Osvaldo Álamo Carpio en su perfil de Facebook.
Foto: Suministrada

“Yo me encuentro frustrada al recibir esta carta porque supuestamente la sentencia de él son 143 años y medio...Nos afecta porque la libertad que mi hijo pudo haber tenido, la va a tener él. Le quitó la vida por nada, por nada (repitió) porque mi hijo ni se lo merecía ni se lo buscó. Yo no crie para eso, porque yo los crie con unos valores, con respeto. Él era un futuro para Puerto Rico…”, resaltó Pérez Fontánez.

“Yo entiendo que dicen que se rehabilitan, pero ¿y para qué le echan 143 años si a los 25 años ya tienen un derecho?. Yo entiendo que a lo mejor puede ser que sí o no (que salga en libertad bajo palabra), pero yo considero que una atrocidad como la que él hizo, no tiene ese derecho, ni siquiera a unas vistas”, añadió.

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Doña Carmen desconoce si el convicto ha estado en un proceso de rehabilitación durante estos años bajo los programas del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR), pero sí reconoció su rostro cuando vio un anuncio en un periódico en que aparecía como uno de los confinados autores de un libro.

Álamo Carpio, ha estado intentando infiltrándose en la sociedad por medio de las redes sociales.

El 6 de junio de 2010 reapareció en la plataforma de Facebook escribiendo: "aun sigo con vida y pronto coming soon".

La carta que recibió la familia de Orville Baretty Pérez de la Junta de Libertad Bajo Palabra.
Foto: Juan R. Costa / NotiCel

La última publicación realizada, fue una actualización a su foto de perfil el 2 de marzo del 2017.

La negación a la posibilidad de la salida de Álamo Carpio no se basa en temor, sino en un sentido de justicia. Tanto de su madre, su padre y sus dos hermanos que le sobreviven.

“No (que no hay miedo), porque yo considero que estos casos así tan atroces, mi hijo ni se lo buscó, ni se lo merecía. Deben evaluarlo mejor, pero creo que debe tocarle un poquito más (de tiempo en la cárcel)”, contestó a preguntas de NotiCel.

“Porque tan agravante fue lo que hizo, agravante tiene que ser su sentencia”, destacó.

Para doña Carmen, el convicto debe cumplir 25 años más en prisión.

“No estoy en contra, pero tampoco estoy a favor con estos casos… Que evalúen más la gravedad de cada caso porque yo entiendo que hay casos que si pueden salir…pero deben estar seguros de que ellos pueden volver a estar en sociedad. No que cumplió 25 años…allí todo el mundo es bueno”, apuntó.

A pesar de que existe incertidumbre en la familia, Pérez Fontánez dijo que hará lo que está en sus manos para evitar su salida.

"Allí estaremos...así como estuvimos desde el primer día, queremos estar a lo último”, sostuvo.

Carmen Pérez Fontánez, madre de Orville Baretty Pérez.
Foto: Juan R. Costa / NotiCel

Este no es el primer caso que sale a la luz pública en que se conoce que un asesino convicto puede salir a la libre comunidad. Por eso, Pérez Fontánez hizo un llamado a la Legislatura para que tomen en consideración nuevas enmiendas a la Ley 85 lo antes posible.

“Yo entiendo que ellos enmendaron esta ley, pero también debían tener las opiniones de las víctimas porque no soy yo sola, son muchas víctimas las que están pasando por esto. Tienen que tomar otros métodos y evaluar bien", dijo.

Doña Carmen no mostró rencor, pero sí dolor, tras pasar 25 años y no recibir ni un perdón por parte del asesino.

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“Él en ningún momento vimos que mostró arrepentimiento. Yo considero que, si él cometió un error, se supone que lo primero que tenía que hacer era pedirnos perdón a nosotros como familia. Si él lo hace por medio de cualquier otra persona, de los medios, del trabajador social, verdaderamente yo le diría que el dolor más grande que él nos causó es quitarle la vida a nuestro hijo”, relató.

“Pero, nosotros no solos quien para juzgar a nadie. De decir que le deseo lo peor, ¡no!, le desearía que fuera una mejor persona y que todos los días piense que debe hacer algo bueno porque yo le quité la vida a una persona que iba a ser algo bueno, a ser una familia, a ser un producto para Puerto Rico…”, concluyó.

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Periodista con más de ocho años de experiencia en los medios de comunicación de Puerto Rico, enfocada en los temas legislativos y políticos.