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Tribunales

No fue concluyente la investigación sobre participación de banqueros en asesinato de Spagnoletti

El tribunal condenó a vida en prisión a los convictos por el asesinato del ejecutivo de Doral, en medio de discusión sobre la supuesta involucración de otros ejecutivos del banco.

Maurice J. Spagnoletti, exvicepresidente de Doral Bank Puerto Rico junto a su esposa, Marisa.
Foto:

Los dos convictos por el asesinato del banquero Maurice Spagnoletti fueron sentenciados a vida en prisión el miércoles por el juez federal Francisco Besosa Stubbe después de largas sesiones en las que el tribunal repasó los hechos del caso, la viuda y uno de los acusados se dirigieron al juez y la fiscalía admitió que no había evidencia directa sobre el asesinato, sino circunstancial.

“Yo no ordené mandar a matar a nadie”, dijo el convicto Rolando “El Viejo” Rivera Solís, único de los sentenciados que se dirigió al tribunal y a quien la fiscalía presentó durante el juicio como la mente maestra detrás de la ejecución. El gobierno enfatizó también que era sacerdote de la religión Yoruba y ejercía control sobre los demás acusados, devotos de esa fe, para llevar a cabo actividades de narcotráfico y asesinatos.

El reclamo de Rivera Solís fue un eco de la discusión que desarrolló el licenciado Peter Díaz Santiago, abogado de otro acusado, Yadier “Motombo” Serrano Canales, quien trajo al récord una controversia que se había desarrollado confidencialmente entre las partes por una moción en la que pidió nuevo juicio.

La petición se basó en declaraciones que hizo Rivera Solís a su abogado, Leonardo Aldridge, luego del juicio en las que aseguró que estuvo presente cuando ejecutivos del banco ordenaron la ejecución de Spagnoletti por ciertos asuntos que estaba descubriendo, como transacciones y préstamos dudosos. Esa orden se habría transmitido mediante llamada telefónica en “speaker” a un gatillero llamado “Miguelito” que no fue acusado, que ahora estaría muerto y que habría recibido $75,000 por la ejecución.

La discusión provocó que, por primera vez, el fiscal Alberto López Rocafort planteara para récord que en el caso no había evidencia directa sobre el asesinato de Spagnoletti, aunque sí evidencia circunstancial que fue corroborada. “No hay evidencia directa de algún testigo del gobierno que haya visto a Serrano Canales disparar, pero hay evidencia circunstancial”, dijo al tribunal en respuesta a los argumentos de Díaz Santiago.

Abundó que las alegaciones que Rivera Solís comunicó a la fiscalía a través de su abogado ya las había llevado a las autoridades otra fuente no identificada y que se había realizado una investigación contra los ejecutivos pero “no fue conclusiva”. Los ejecutivos implicados, incluso en una demanda civil que la viuda sometió y luego retiró, son el expresidente del banco, Glen Wakeman, y el exjefe de Legal, Enrique Ubarri Baragano.

Según el abogado, la versión de Rivera Solís fue que Wakeman lo llamó y le dijo que tenían que eliminar a Spagnoletti “porque me está jodiendo”. Que el presidente le había ofrecido a la víctima $1 millón para que dejara de destapar problemas en el banco, pero que Spagnoletti le pidió $3 millones.

La sentencia de Serrano Canales fue la única durante la cual la viuda, Marisa Spagnoletti, se dirigió al tribunal o, realmente, se dirigió al convicto. Al mencionar su nombre por primera vez, se volteó para clavarle la mirada y el “Motombo” le correspondió estirando el cuello para encontrarse con su mirada.

La mujer pidió “confinamiento en solitaria por el resto de su vida en la prisión más segura posible” y lo llamó “el diablo en la tierra”, así como “cobarde sin valor, sin alma (y) sin fe”. “Motombo, puedes haber matado a mi esposo, pero no me mataste a mí”, dijo. “Yo sé que hay un infierno y es donde Motombo se quemará por toda la eternidad”, exclamó durante una alocución hecha en voz alta y cargada de emociones.

Las sentencias ocurrieron a 10 días del decimotercer aniversario de la ejecución de Spagnoletti con disparos en la nuca y la cabeza a la entrada del Túnel Minillas, después de salir de su oficina como vicepresidente en el banco Doral y cuando se dirigía al aeropuerto a recoger a parientes para celebrar el cumpleaños de su esposa. La muerte fue en 2011 y el veredicto se registró el 11 de mayo de 2023.

El juez emitió tres sentencias de vida en cárcel por varios cargos cada uno a Luis Carmona Bernacet, quien fue convicto con el grupo pero no por el asesinato de banquero, Serrano Canales y Rivera Solís. Además, ordenó a Serrano Canales y a Rivera Solís a restituir a la viuda y la hija de la víctima poco más de $6 millones por concepto de la pérdida de ingresos del hombre, el valor de su carro y el costo de su entierro. Las sentencias habían sido asignadas brevemente a otro juez por circunstancias de salud que enfrentaba Besosa Stubbe, pero luego volvió a tenerlas asignadas.

Entre los hechos que el juez determinó probados está que Wakeman y Ubarri Baragano visitaban frecuentemente la casa de Rivera Solís para hacer consultas religiosas.

“Espero que el arquitecto de allá arriba, que es Dios, traiga en algún momento la verdad sobre este caso”, dijo Rivera Solís.

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Periodista y abogado con 25 años de experiencia. Cofundador, o miembro de los equipos fundadores, de NotiCel, el Centro de Periodismo Investigativo, Red 96, Primera Hora y El Nuevo Día Interactivo.